Por María Bar
Hoy día del Libertador José de San Martín, feriado por ser el aniversario de su fallecimiento, ocurrido hace 160 años, exactamente en 1850, recuerdo a Remedios.
Remedios… ¿que nombre, no? Y sin dudar creo que Remedios hizo honor a ese nombre, (los remedios sirven para prevenir, diagnosticar, tratar, aliviar o curar enfermedades, síntomas o estados patológicos. -1-) Como pensado para el rol que le tocó jugar en el “Complot de los fusiles”, junto a otras mujeres, quienes armaron un contingente a partir de sus propios recursos en beneficio del movimiento emancipador. El documento que elaboraron esas damas finalizaba así: “Yo armé el brazo de ese valiente que aseguró su gloria y nuestra libertad.”
Las cosas que tiene cierta historia especializada en negar los hechos, como por ejemplo que Remedios ha estado al lado del padre de la patria, en los momentos más trascendentales de la historia de nuestro país, Chile y Perú. Esta mujer muere de tuberculosis, reclamando la presencia de su amor, el 03 de Agosto de 1823.
Ella no podía entender la obstinación de Rivadavia tan distante de este hombre maravillosamente luminoso, quien se ve privado de compartir ese doloroso, pero necesario e íntimo momento de despedida.
Seis – meses después (Febrero de 1824), San Martín emigra – casi en carácter de exiliado – a Francia. Y lo que viene después, lo sabemos: su amor por Mercedes, la melancolía por el distanciamiento forzado de su tierra. Más aún, después de haber arriesgado todo y como nadie, por la independencia. El dolor ante la ingratitud de otros y muchos Rivadavias. Y también él, muere austeramente tranquilo y en paz, y seguramente eran sus recuerdos de Remedios que aliviaron esos pesares. También tengo la impresión que muchos historiadores pretendieron confundir la trayectoria de este padre, – nuestro – diciendo que era masón, sin embargo señala Mario Meneghini, exactamente lo contrario, citando fuentes inobjetables -2-.
No creo en eso de detrás de un gran hombre se esconde una gran mujer, Remedios nunca estuvo detrás y menos escondida. No lo está quien elabora un documento como el que hago mención precedentemente. Tal vez las enormes presiones, teniendo en cuenta la época, profundizaron su mal, muriendo muy joven, y en esto se emparenta con otra gran mujer argentina: Eva Duarte.
Hemos visto pasar en las últimas décadas todo tipo de gestiones educativas: formalistas, burocráticas, autoritarias, indiferentes, liberales, representantes del Terrorismo de Estado…
Todo.
Ninguna tuvo en cuenta el respeto que se merece la formación del Trabajo Social.
Y si no se respeta al Trabajo Social, no se respeta la vida, menos en Corrientes, donde según un Informe del INDEC, el 25% de sus hogares son pobres y el 7,1 de sus habitantes indigentes, compartiendo con otras capitales del NEA los más altos índices de pobreza e indigencia -3-.
El pasado año un grupo de docentes del Instituto Superior de Servicio Social, “Remedios Escalada de San Martín” hemos sido injustamente sumariados, trasladados y denunciados, lo que ha producido un daño que no ha sido reparado.
Este año he presentado al Sr. Gobernador una Nota – en Secretaría Privada, fechada en Mayo pasado – en la que le solicitaba una audiencia y le planteaba – a modo de síntesis – los Ejes preocupantes que atañen a la Profesión de Trabajo Social. No he recibido respuestas.
Recientemente el Instituto ha sido intervenido en el marco de la lógica potenciación de conflictos que se originan en la desnaturalización de la formación de futuros trabajadores sociales. Y con respecto a la intervención, lo traigo a Gustavo Cerati con su “Nada Personal” y canto con él, busco algo que me saque este mareo.
Pero muchos de los que conforman esos números de la pobreza, tal vez ni conocen a Cerati y seguramente están más atentos al próximo round con motos que librarán con el otro grupo rival de cumbias, mediatizado por aquello que el sistema ofrece de manera perversa y cruel: drogas, armas, sexo sin cuidado, rivalidad sin objetivo, desnaturalizando la esencia del ser correntino. Ese ser tan cercano al Criollo del universo -4- del excelente Francisco Madariaga, tal vez el primer defensor de nuestros esteros, y tal vez por ello, pudo superar las adversas consecuencias de esta moda de globalizar o tinelizar todo: Oh, acude a mí, a mi jerarquía de peón del planeta,/gaucho con trenzas de sangre,/mi padre,/y ensíllame el mejor caballo ruano del universo:/para atravesar el agua de oro de la muerte,/y escucharme,/todo,/siempre en ti./El blanco océano solloza por la inmortalidad.
¡Ay Remedios! Te necesito para prevenir, diagnosticar, tratar, aliviar o curar enfermedades, síntomas o estados patológicos (incluido mi querido Instituto de Servicio Social). Ese efecto que buscan los medicamentos es lo que pretendemos hacer los Trabajadores Sociales y para ello, la formación debe estar consolidada a partir de las implicancias de toda disciplina científica, en la que también se condensa el espíritu de Independencia que motivó a San Martín.
Tal vez ahí, no sollocemos por la inmortalidad, que no es la nuestra, sino la de todos.
Casi como la de nuestro padre… y madre Remedios.