Impunidad e injusticia en todos los rincones de América

Que América (y el mundo) está dividido en países en forma artificial no es ningún hallazgo.
De todos modos, asombra conocer casos similares que se producen en distintos países y tienen el mismo tratamiento por parte de la Justicia burguesa: se defiende a los ricos y poderosos mientras se castiga a pobres con condenas sin fundamento, culpabilizando a inocentes (a quienes en Argentina se conoce como “perejiles”) con el propósito de cerrar el caso y aumentar la sensación de impunidad. Argentina y Guatemala nos permiten comprobar esta sentencia.  
En Guatemala, Claudia Lucía Pac Franco fue asesinada en febrero del 2004. Era miembro de una de las familias más ricas de Quetzaltenango, propietaria de una cadena de hoteles.
En Argentina, Nora Dalmasso fue encontrada asesinada en su casa en un country (barrio cerrado) de la ciudad de Río Cuarto. Su familia y contactos estaban relacionados con el poder.
En ambos casos, las hipótesis de los investigadores fueron cambiando al paso del tiempo. Las investigaciones fueron un verdadero fiasco. En ambos casos se protegió a los allegados al poder económico y político.
En ambos casos se detuvo a un “perejil”.
Veamos el tratamiento que tuvieron en la prensa local:

Río Cuarto: un pintor preso y mucha gente salió a protestar

El obrero está acusado de violar y matar a la mujer. Los vecinos no aceptaron este giro en la investigación y reclamaron que lo dejen libre porque lo consideran un “perejil”, o sea, inocente.

Más de 3.000 personas salieron a protestar por el centro de Río Cuarto después de que se conociera la detención de un pintor acusado por el crimen de Nora Dalmasso. Gastón Zárate (27) era uno de los albañiles que trabajaba en las refacciones de la casa de la víctima y ayer quedó detenido como principal sospechoso del asesinato. El joven se entregó luego de que se hiciera pública su orden de captura y de denunciar que la Policía quería inculparlo.

El nuevo rumbo que tomó la causa provocó ayer una reacción espontánea en Río Cuarto. Más de 3.000 personas se reunieron en la plaza principal y de allí caminaron hasta la sede de la Policía y los Tribunales. Algunos llevaban ramos de perejil en sus manos. La razón: la marcha se denominó “perejilazo” para dejar en claro que muchos creen que Zárate es el chivo expiatorio de un caso en el que los culpables pueden ser personas poderosas.


La decisión de apresar a Zárate surgió el jueves cerca de la medianoche, luego de la reconstrucción del crimen realizada en la casa de la víctima, en Villa Golf. A partir de esa medida, los fiscales, los abogados de la querella, los policías y los peritos policiales se habrían convencido de que quien estranguló a Nora Dalmasso entró por una ventana.
Luego de la reconstrucción se supo también que el cuarto de la hija de Dalmasso, donde fue hallado el cuerpo, quedó desordenado luego del crimen. Las primeras versiones, en noviembre, destacaban el orden que apuntalaba así la hipótesis más difundida entonces: que a la mujer la había matado un amante en un juego sexual. El desorden, en cambio, apunta más a un “ataque”.

Los fiscales y la querella sostienen la acusación contra el pintor a partir de los siguientes indicios:
# La empleada doméstica de la familia Dalmasso declaró que Zárate era “ágil” y “que se movía como un mono”. Fue después de que al pintor se le cayera una espátula y en lugar de dar vuelta a la casa para buscarla, saltara desde el balcón y volviera a subir agarrándose de una pérgola.
# La imputación también se basa en que encontraron huellas de las zapatillas de Zárate en la parte de arriba de la casa y sobre la pintura. Precisamente ésa es la zona en la que el detenido trabajaba. En el resto del chalé no hay rastros que lo vinculen.
# La novia de Zárate declaró que él le había regalado “un teléfono celular con tapita”. Como de la casa de Nora desapareció un Motorola V3, se presume que podría ser el mismo aparato. El celular desapareció de la casa de la chica, pero ella dice que cree que fue antes de que asesinaran a Dalmasso.
“Se habla mucho del celular —le dijo el defensor Zabala a Clarín— pero mi cliente no lo tiene y la novia no lo pudo identificar; si es por eso, yo voy preso porque también tengo un V3”.
# En su testimonio, “Carlitos” Curiotti, un amigo del pintor, señaló que el propio Zárate le confesó ser el autor del crimen. Esa declaración ahora está cuestionada por varios motivos. “Carlitos” sufre un retraso y su edad es la de un chico de 7 años, su padre asegura que no le leyeron lo que firmaba e incluso que lo presionaron y amenazaron para declarar contra Zárate (ver Denuncian amenazas… ).
Ayer mismo el abogado de Zárate hizo una presentación para que liberen a su defendido por “inconsistencia en la acusación”. Por lo pronto, y pese a las dudas, el joven quedó detenido en el penal de Río Cuarto, acusado de “abuso sexual con acceso carnal, homicidio agravado y hurto calificado”. Esta tarde está convocada otra marcha para pedir la libertad del pintor.

Fuente: Diario Clarín, Argentina


Entonces, ¿quién mató a Claudia Pac?
RELATO DE UNO DE LOS JUICIOS MÁS CONTROVERSIALES EN GUATEMALA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Los guatemaltecos hemos perdido la capacidad de sorprendernos. Hemos visto muertos acarrear basura y hasta votar en las elecciones. También hemos visto a delincuentes absueltos por la justicia, pero, ¿condenar a inocentes? Eso pocas veces lo vemos.

El juicio del asesinato a Claudia Pac ocupó durante mucho tiempo espacio en los medios de comunicación. Tras un largo proceso, se llegó a inculpar a Roberto Lionel Tejada Oaxaca. Según el testimonio de los reporteros que cubrían la noticia, se sorprendieron, ya que éste era el que menos indicios presentaba para ser declarado culpable.

Claudia Lucía Pac Franco fue asesinada en febrero del 2004. Ella era miembro de una de las familias más ricas de Quetzaltenango, que es dueña de varios hoteles.

Al inicio de las investigaciones, no se tenía nada, por lo que se empezó a preguntar a la gente de los alrededores. Entre éstos, surge un testigo, Cruz Tecún Ajú, residente de la aldea Cumbre de San Nicolás, cercana al río Cangrejal.
Cruz Tecún es el responsable de involucrar a la mayoría de los sospechosos. Éste empezó a dar varias declaraciones; en todas, se encontraron incoherencias en su testimonio, por lo que pronto fue desechado como testigo y fue incorporado como otro sospechoso.

Pronto habría de aparecer un segundo testigo, Rubén Portillo, salvadoreño, quien indicó ser guardián de la finca en donde apareció muerta Claudia Pac.
Este fue un testigo un poco más consistente en sus declaraciones, sin embargo, también presentó varias incoherencias en sus distintos testimonios.
Pero, de hecho, sí había muestras de semen dentro de la vagina de Claudia Pac, pero, según la prueba científica: esta muestra presentaba “perfil genético compatible con el de la víctima”.
Estas pruebas, más otras que no se enumeran en esta ocasión, eran más que suficientes para determinar la inocencia de Roberto Tejada Oaxaca, sin embargo, fue el único condenado.
Una de las pruebas que más pavor causa es que dos de los sospechosos habían pedido hacerse prueba de ADN, ya que supuestamente Claudia Pac habría sido violada momentos antes de su asesinato. Por medio de esta prueba, se determinó que, al menos, no se encontraba material genético de ninguno de los sospechosos.
De hecho, el forense no había declarado que Claudia Pac había sido violada, ya que no presentaba las marcas habituales en esos casos. Sin embargo, algunas veces los testimonios decían que sí había sido violada.

El 22 de noviembre de 2006, la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, determinó que el proceso estaba muy viciado, por lo que ordenó repetir el juicio, el cual debe tener lugar el próximo mes.
Si se ordenó repetir el juicio, porque es evidente la inocencia de Roberto Lionel Tejada Oaxaca en este caso, entonces, ¿quién, verdaderamente, mató a Claudia Pac?

Fuente: Diario La Hora, Guatemala.

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Un pensamiento en “Impunidad e injusticia en todos los rincones de América

  1. maria jose b Responder

    He seguido bastante esta historia y me es muy triste siempre que me topo con casos similares o este en particular, ya que conocí personalmente a Claudia. Fuimos compañeras en algunos cursos en la Universidad. Realmente un ser con tantas oportunidades por delante, un corazón impecable, siempre dispuesta a ayudar a todos. Recuerdo estar en clase y escuchar la risa de Claudia afuera que pasaba, era imposible imaginarla enojada mucho menos probable verla así. Fue una muy buena estudiante, y no dudo que también buena hija, hermana, compañera y amiga. Con un corazón tan grande que no me cabe duda que ella, antes que todos los que la conocimos, logró perdonar a las personas que le robaron la vida.

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