Dilemas y desafíos de nuestra época

Por Carlos A. Solero
La filósofa antifascista Simone Weil, una las más lúcidas exponentes contemporáneas afirmó: “La época actual es de aquellas en las que todo lo que normalmente parece constituir una razón para vivir se desvanece, en las que se debe cuestionar todo de nuevo, so pena de hundirse en el desconcierto o en la inconciencia.”Este llamamiento, formulado en un tiempo dramático, el período de la Segunda Guerra Mundial es una incitación para llevar adelante acciones colectivas contra el vaciamiento existencial y cultural.

El transcurso del tiempo le otorga absoluta vigencia, ya que el sinsentido reina en las sociedades, con altos niveles de alienación. Las migraciones forzadas de millones de personas por las guerras y espeluznantes condiciones de vida no hacen sino ampliar la brecha y multiplicar las injusticias.

Regímenes que no paran de saciar las demandas del sistema financiero, mientras lanzan al desempleo a crecientes contingentes de trabajadores. La exclusión social persistente y demoledora, las prácticas militaristas en creciente e imparable expansión.

Es preciso, como señalaba S. Weil, poner en cuestión los paradigmas que presentados como cargados de una “racionalidad única e inexorable” son en realidad falacias repetidas como propaganda. Meros slogans que ocultan más de lo que explican.

El colosal fracaso de la reciente cumbre multilateral sobre medio ambiente, muestra que, en realidad los jerarcas de las principales potencias no están dispuestos a modificar en lo esencial una cultura del despilfarro y el consumismo que pone en serio riesgo la vida de millones.

Los desafíos de la hora son acuciantes y es preciso encararlos con lucidez y coraje, desechando prejuicios y anacronismos. Actuar colectiva y solidariamente para no quedar entrapados en el desconcierto y la inconciencia.

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