Aguas de furia

Por Carlos A. Solero
Una vez más las lluvias intensas azotan a poblados en la Pampa Húmeda, resulta una verdadera paradoja que la región que en otras épocas era símbolo de prosperidad se ha tornado en las últimas décadas en el emblema de una debacle en ciernes.
La rapaz codicia de los grupos más concentrados del capital, está concretando su anhelado proyecto de una agricultura sin agricultores. Bien lo saben los campesinos que en diversas regiones son las principales víctimas de la usurpación de tierras de las que son expulsados con métodos intimidatorios.

En efecto, los pool de siembra todo lo arrasan, con la prepotencia de sus tecnologías destructivas de la biodiversidad y con letales consecuencias para el medio ambiente.

Poblaciones enteras están siendo afectadas por desastres, con la complicidad estatal por acción u omisión.

Políticas que públicas que favorecen los intereses de una elite dominante expoliadora y explotadora.

Los habitantes de los partidos de Arrecifes, Pergamino y San Antonio de Areco, son los testigos vivos de la desolación por la furia de las aguas y la irracional construcción de canales acuíferos sólo favorables a una siniestra abstracción que un coro mediático al servicio de los poderosos llama ambiguamente: “el campo”. No es el campo, son las clases dominantes y sus intereses y prácticas malsanas lo que destruye.

Cercanos a un Bicentenario que rememora una revolución que no fue y que deparará más de una desagradable sorpresa para los de abajo, la naturaleza pone una vez más al desnudo, lo irracional y devastador de un sistema cuya esencia es el egoísmo, el capitalista.

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