Estimados docentes, estudiantes, colegas
Es difícil encontrar las palabras justas para comunicar a toda la comunidad académica el fallecimiento del Prof. Carlos Eroles, ocurrido el sábado 7 de noviembre por la tarde.
Es difícil porque en estas palabras estamos despidiendo al profesor, al colega, al compañero de tantos años, al militante de los derechos humanos, al luchador por los derechos de las personas con discapacidad, al referente de muchos de nosotros. Es difícil como son difíciles las despedidas de la gente que se quiere, que se respeta, de la gente que -como Carlos- por siempre dejará una marca en todos nosotros.
Carlos amó esta profesión que eligió en sus años jóvenes y por ella trabajó incansablente; amó entrañablemente esta Carrera que lo contó por muchísimos años como uno de sus miembros más activos y presentes; amó esta Facultad de Ciencias Sociales de la cual fue parte activa en su creación hace algo más de 20 años y que lo tenía actualmente como Consejero Directivo; y amó esta Universidad de Buenos Aires que lo contaba hasta estos días como Subsecretario de Extensión Universitaria. Amó y defendió cada una de estas instituciones, sabiéndolas con debilidades, con miserias pero sabiéndolas también llenas de virtudes y potencialidades y para su grandeza trabajó por más de 30 años.
Tenía una capacidad de trabajo admirable, un entusiasmo que contagiaba y una energía e iniciativa que sus problemas físicos nunca menoscabaron; todo era posible para él. “Eroles no para!, cómo hace?” nos escuchábamos decir y ahí nos sumábamos a alguno de sus nuevos proyectos. Entre sus muchas actividades amaba el aula, tenía una gran dedicación a sus estudiantes y muchas expectativas y esperanzas puestas en las nuevas generaciones, tuvo una particular forma de relacionarse con ellos y de escucharlos muy especialmente. Ojalá podamos tener la fuerza y las convicciones que siempre tuvo para llevar adelante sus ideales y la lucha por la educación pública y por los derechos humanos.
Los días que vengan no van a ser lo mismo sin él: vamos a extrañar las masivas jornadas de principio de año a las que nos tenía acostumbrado; no vamos a tener las visitas que nos hacía cada vez que venía a dar clases; no lo vamos a ver llegar con nuevos proyectos, pensando un nuevo libro, acercando ideas. Las organizaciones no lo van a contar como uno de los docentes más reconocidos y queridos del Programa de Capacitación para Organizaciones Sociales. Nos va a faltar su discusión franca y sostenida en las reuniones de Junta de Carrera y en el Consejo Directivo, sus argumentaciones claras y a veces duras, sus enojos y al mismo tiempo su calidez.
En estos últimos años nos acompañó de manera particular, sus problemas nunca hicieron que no pudiéramos contar con él. En cada momento difícil que nos tocó transitar como gestión al frente de la Carrera , Carlos estuvo con su decisión, su presencia, su palabra y su afecto. Vamos a extrañar acudir a su celular cuando surja un problema, alguna duda, cuando le queramos contar una alegría o tengamos un proyecto que compartir.
Por momentos el dolor de su partida no nos permite disfrutar de cada momento que compartimos. Seguramente el tiempo irá pasando y los recuerdos, las anécdotas, su memoria irá haciendo a un lado esta tristeza.
Alguien nos dijo se fue un señor y un compañero, otros perdimos a un luchador; hubo quien manifestó que perdimos a un maestro y algunos que nos dejó un amigo.
Se nos fue Carlos Eroles, lo vamos a extrañar.
Equipo de Gestión
Carrera de Trabajo Social UBA
Buenos Aires, 9 de noviembre de 2009