Por Carlos Solero
La contundente presencia de 20.000 mujeres en Tucumán participando del nuevo Encuentro Nacional de Mujeres no pudo ser enturbiada por la hostilidad hacia la marcha de cierre de un grupo de fanatizados energúmenos muy parecidos a los falangistas después de 1939 en la España devastada.
La horda de fanáticos que insultó y hostigó a las mujeres que se expresaban a través del color verde, en favor -entre otras cuestiones- de la despenalización del aborto, forma parte de la cohorte retardataria que se opone sistemáticamente a la educación sexual, los planes de prevención de embarazos adolescentes.
Esto no es nuevo, están en diversas provincias y se acercan con ánimo belicoso a cada Encuentro masivo de mujeres que deliberan, acuerdan y debaten.
La violencia de género, expresada en lo cotidiano en avisos publicitarios degradantes de las mujeres, en la trata de niñas y adolescentes, tiene en estos personeros del oscurantismo a cómplices objetivos.
Pero las mujeres no se detienen, beligeran por su dignidad y sus derechos.
Y no están solas. Muchos varones conscientes batallamos junto a ellas para reafirmar la vida solidaria y combatir el patriarcalismo, ideología sustentadora de jerarquías y privilegios funcional al capitalismo.
Lo que quedaria por comentar al respecto de estos “fanatizados energumenos” es que representan los intereses de la Iglesia Catolica y el obscurantismo de la Inquisicion. Igual que en “Las brujas de Salem,” a las mujeres que se atreven a cuestionar el status quo y el sistema que legaliza la opresion de genero, se las demoniza cual si fueran “terroristas.” En los anios 60 y 70 se las hubiera tildado de “comunistas subversivas” y traidoras a la patria. La historia se ha repetido y sigue repitiendose, ya sea con gobiernos supuestamente elegidos por el pueblo o aquellos impuestos por golpes militares. Cambiaran los metodos, el tipo de lenguaje utilizado para describir los movimientos sociales y las personas que los llevan adelante, pero como ya lo afirmo el autor del articulo, el patriarcalismo como tal es la ideologia que sustenta y valida aquellos privilegios que son funcionales al capitalismo como sistema.
Voy al Encuentro, salvo excepciones, desde hace 23 años. Varias veces junto a mi hija, hoy mujer, y siempre con viejas amigas con las que compartimos la lucha contra la discriminación de la mujer. Por el Encuentro, que se realiza en provincias distintas todos los años, han participado ya miles de mujeres de todo el país, cada vez más. Hace 23 años no llegabamos a mil las convocadas, este año fuimos 20000. Por què crece? Por què concurren no sólo docentes o profesionales, sino trabajadoras, obreras, campesinas, coyas de Jujuy y porteñas, monjas como la hermana Pelloni o mujeres que sufren la violencia doméstica en sus hogares? Porque encuentran en sus comisiones el ámbito democrático que les permite hablar, porque las conclusiones se sacan por consenso y no por votación de unas contra otras, porque no hay una “dirección” sino Comisión organizadora que varía todos los años.
La alegría de las Marchas, todas juntas, pese a nuestras grandes diferencias no puede ser empañada por la provocación de grupos que no toleran las diferencias y prefieren escudarse detras de un dogma para ocultar su autoritarismo , como los hombres que “cuidaban ” a “sus” mujeres encerradas en las iglesias de Tucumán.