De asistencia y asistidos. De beneficiarios y paliativos.

“De manera directa o indirecta, casi cuatro millones de habitantes de la provincia de Buenos Aires reciben asistencia en alguno de los planes sociales a cargo del gobierno que conduce Daniel Scioli”

Así comienza la nota que fue publicada por el Diario La Nación el día 8 de febrero. A partir de la misma intentaremos leer críticamente, procurando traspasar la información en relación al número de beneficiarios, para acercarnos a reflexionar sobre lo que implica ello, en la calidad de vida de las personas.

En este sentido nos permitimos dudar, respecto de que si lo que se menciona en esta nota hace referencia a la asistencia, o simplemente son paliativos que no hacen más que reproducir la desigualdad.

Por Silvana Rodríguez


Más aún, cuando “El ministro bonaerense del área, Daniel Arroyo”, dijo a LA NACION “que para este año el gobierno provincial va a concluir con la reconversión de la asistencia alimentaria. Eso significa, aclaró, que se podrá acceder libremente a la tarjeta Alimentos.”

Cómo si el eje del problema fuera el acceso o no a la tarjeta, que no es un aspecto menor, pero no el central.
En este sentido, debería pensarse la “reconversión” no desde modificar los medios de acceso a la asistencia alimentaria, sino desde el modo en que deje de ser necesaria, en pensar de que cómo podría dejar de ser una constante para constituirse como subsidio frente a situaciones excepcionales, quizás sea cuestión de pensar en politicas universales que permitan garantizar efectivamente los derechos básicos…

Asimismo, pensar en los medios para reconvertir la asistencia no es más que pensar en las consecuencias; es decir, se implementan acciones sólo en relación al emergente, que en el contexto actual es necesario (imprescindible podría decirse) para que la gente viva, pero que debe ser acompañado de proyectos más generales, de una mirada más global que permita ver a esta situación como parte de una estructura mayor, que no se resuelve de modo alguno con una tarjeta de acceso a alimentos (y no nos detendremos siquiera en el importe de la misma, que lejos está de cubrir la canasta básica según los datos oficiales).

Quizás sea necesario también problematizar la cantidad de personas que deben acceder a algún tipo de plan social para subsistir, en lugar de difundir y hasta “felizmente” la cantidad de beneficiarios que acceden a los mismos… debería obligar esta extrema y terrible situación a alguna crítica… y posterior acción.

Y más aún, si el gobierno, cree que una asignación familiar de 100 pesos por cada hijo menor de 6 años a quienes no la reciban en sus empleos o sean desocupados, es instrumentar el derecho garantizado para la niñez…

¿Y si empezamos por hablar en serio?…

Hablemos y hagamos asistencia… pero asistencia real e integral, ésa que implica acceso a salud, educación, trabajo…

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1097732

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