La información da cuenta de la inspección que realizó el 31 de marzo de 2016 el juez Marcelo Quaglia al edificio conocido popularmente como “La Toma”, para acreditar la presencia de las instituciones que trabajan o funcionan en ese espacio recuperado luego de la quiebra del supermercado Tigre en 2001.
A pesar de sendas leyes sancionadas oportunamente por la Legislatura provincial para expropiar el predio (2004 y 2009), el juez debe fallar ahora ante una nueva presentación planteada por la sindicatura de la quiebra, cuyos miembros acusan a los trabajadores de “usurpadores”. Durante su visita, Quaglia pudo conocer a fondo a los miembros de cada espacio (más de 30 organizaciones populares tienen sede permanente) que desarrollan sus actividades productivas y culturales en el edificio recuperado.
Además del Centro Cultural creado en 2001, en La Toma funciona un Comedor Universitario, la galería de arte de la facultad de Humanidades (UNR),el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar),Grupos de Estudio de la Universidad Nacional de Rosario, así como diversos talleres. Alberga a varias cooperativas de producción (alimentos, agendas, artesanías), el mercado popular (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular), un teatro, biblioteca popular y comercios populares como carnicería, librería, bar, peluquería, etc.
Desarrollan actividades los centros municipales de economía social, la asociación de actores, el Sindicato de Guardavidas, la CTA de los trabajadores, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep); la Mutual de Psicólogos, el Centro Aprender a Vivir Mejor y organizaciones de derechos humanos como la APDH, Familiares y el Espacio Juicio y Castigo.
También utilizan el lugar organizaciones solidarias, como el Movimiento de Acción Solidaria (MAS).
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El juez Marcelo Quaglia, cargo del juzgado Civil y Comercial Nº 14 de Rosario, se constituyó en el predio que ocupa la Cooperativa de Trabajadores Solidarios en Lucha, para constatar “la utilidad y función social” que se le da a las instalaciones donde funcionó el hipermercado Tigre hasta su cierre en 2001. Mientras el juez hablaba con integrantes de cada espacio, su secretaria registraba cada detalle, explicando que “la idea es constatar todo lo que ustedes informaron en el expediente… que cada una de las entidades que vamos a controlar esté efectivamente…”.
Juan Lewis, abogado de los trabajadores, explicó que la visita el Juez se debía a una presentación realizada por la Cooperativa con el fin de que se acreditara la presencia de las instituciones que trabajan o funcionan en “La Toma”.
Lewis señaló: “pedimos un par de medidas, entre ellas una inspección judicial y la prueba de informes a algunas entidades públicas para acreditar qué se está haciendo acá adentro, entre ellas la Municipalidad y la Universidad de Rosario”.
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Por su parte, Carlos Ghioldi, Presidente de la Cooperativa de Trabajadores Solidarios en Lucha, explicó la posición de los trabajadores afirmando que “…nosotros, trabajadores que hace 15 años luchamos por los puestos de trabajo, poniendo al establecimiento al servicio de la comunidad, de los sectores populares, recibimos por primera vez la visita de un juez que se acerca al lugar a hacer un relevamiento. Nosotros le pusimos un nombre, se trata de una especie de inventario social de lo que los trabajadores organizados hemos construido a lo largo de estos 15 años. Para ello contamos con la solidaridad de la población, con el acompañamiento de los sectores populares.
Mientras que algunos creen que los papeles y la especulación transforman a los lugares en chatarra que puede ser ejecutada, nosotros los trabajadores nos dedicamos a trabajar para encontrar soluciones al problema de mantener el trabajo de cada uno de nosotros y a la vez pensando en nuestros compañeros que necesitaban, en los sectores populares que necesitaban organizarse. Por eso es que el lugar nunca fue una recuperación de una empresa. Siempre fue un establecimiento puesto a funcionar en manos obreras, es decir con un criterio distinto, no con la voracidad de lucro y la búsqueda de rentabilidad que caracteriza a los empresarios, sino anteponiendo la solidaridad, valores que tienen que ver con lo colectivo, con compartir y ayudarnos entre los sectores populares.
Por eso lo que el juez hace es constatar cómo a lo largo de estos 15 años, treinta organizaciones populares, instituciones como la Universidad o el Área de Economía Social de la Municipalidad de Rosario, han desarrollado un espacio de producción, de solidaridad, de divulgación de ideas, de cultura, mientras otros creen que este es un lugar que debe servir sólo para especular”.
Consultado acerca de las razones que motivaron esta nueva presentación judicial para lograr el desalojo, Ghioldi respondió que se trata de “…una cuestión que tiene que ver con la razón especulativa propia de sectores que compran hipotecas de remates por dos pesitos y se creen que pueden hacer rápidamente un negocio. Habrá sectores que habrán creído que hoy se abre un tiempo más favorable para una suerte de revancha contra conquistas que se han logrado con la lucha de los trabajadores.
Pero se han equivocado profundamente. Después de 15 años de lucha, si nos sostuvimos fue por la inmensa solidaridad de la población. Esto significa una inmensa responsabilidad para nosotros. Ni aunque quisiéramos, podríamos desertar de este puesto de lucha que hemos construido. Ni aunque estuviéramos cansados, ya no podemos irnos de acá. Que no le quepa la menor duda, que nadie piense que los trabajadores nos vamos a ir de este lugar. De acá no nos moveremos. Y es una obligación asumida con el conjunto de la población que nos apoyó”.
En relación al argumento presentado por la Sindicatura de la quiebra para lograr el desalojo de los trabajadores y sus posibles consecuencias, Juan Lewis señaló que “En este momento esta medida se ubica dentro de un concurso especial, que intenta rematar este inmueble, y para esos fines lo que se pretende es que se lo pueda llevar a remate. Por eso mismo peligran todas las actividades que se realizan en este espacio. Lo que no estaba acreditado, a pesar de que es muy conocido por la comunidad rosarina, es la función social y las tareas de utilidad pública que se despliegan en este espacio. Entonces, cuando comparece la Cooperativa por primera vez en este expediente, lo que plantea es justamente esto. Y esta medida fue aceptada por el Juzgado y se encuentra relevando todas las actividades que se desarrollan en este ámbito. Nosotros entendemos que cualquiera sea la resolución que se tome al respecto de este inmueble, tiene que contemplar necesariamente esta utilidad pública que se está desplegando”.
HISTORIA DE LUCHA
Los trabajadores de la Cooperativa de Trabajadores Solidarios en Lucha son los pioneros que marcaron el camino de la acción a favor de la utilización social y solidaria del establecimiento recuperado en 2001.
El proceso se extendió durante varios años (por lo menos desde 1998), a partir de un proceso de vaciamiento empresario. Luego de funcionar en forma ilegal en un marco de quiebra declarada, sobrevino el cierre definitivo en julio de 2001. A partir de ese momento los trabajadores del ex supermercado Tigre decidieron hacerse cargo del establecimiento después de varios meses sin que se efectivizaran salarios o aportes, con el objetivo de mantener la fuente de trabajo y resistir la profunda crisis que atravesaba la Argentina.
Como historió Javier I. Echaide (En “La recuperación de empresas y su relación como estrategia de clase”), “Otro caso notorio de este tipo de manejos de la gerencia es el caso de Supermercados Tigre, en la ciudad de Rosario. Llegó a tener 14 locales y más de 1.000 empleados hasta 1997. El monto total facturado la llevó a ser incluida dentro de las 500 primeras empresas en facturación del país. Muchas de las sucursales mencionadas fueron adquiridas por concesión de los locales Supercoop de la Cooperativa El Hogar Obrero Ltda., con aval judicial dado que dicha cooperativa se hallaba en proceso de quiebra. El 28 de diciembre de 1998, Supermercados Tigre se presenta en concurso preventivo de acreedores. Ese día se inicia un proceso de vaciamiento de la empresa que la llevará definitivamente a la quiebra. En julio de 2001, y ante el vaciamiento generalizado de la empresa, los empleados de la sucursal Centro de Supermercados Tigre ocuparon sus instalaciones. Para esa altura ya se habían trasladado muebles, maquinarias, mercadería, vehículos, y demás a otras empresas de
los mismos dueños, los que adeudaban ya seis meses de salarios, dos años de aportes previsionales y habían efectuado despidos en gran escala”.
El siguiente paso, una vez tomada la decisión de ocupar el predio y defender la fuente de trabajo, fue la fundación del Centro Cultural La Toma. En su fundamentación se afirma:
“Desde el momento en que los trabajadores del Supermercado Tigre ocuparon las instalaciones del establecimiento de calle Tucumán 1349 de Rosario, luego de un largo proceso de vaciamiento empresario a mediados de 2001, la primera preocupación que pudo expresarse ha sido la de -rescatando las tradiciones de los pioneros de la organización del movimiento obrero- buscar construir un espacio para propiciar la elevación cultural de la clase trabajadora.
El Centro Cultural de La Toma surge de ese proceso de lucha por los puestos de trabajo.
Propiciar ediciones de autores y compañeros que se interesen por difundir y hacer conocer aspectos del pensamiento y las experiencias del movimiento obrero es parte de la tarea que se llevan adelante junto con el acompañamiento solidario de las luchas y los reclamos obreros y populares”.
MOVILIZACIÓN ACTIVA
Desde el mes de febrero, cuando se conoció el pedido de desalojo, se han realizado numerosos actos, asambleas y marchas en apoyo a los trabajadores y militantes populares y contra el desalojo de La Toma.
Como otras tantas veces desde el año 2001, cientos de personas unieron sus voces a las expresiones de las organizaciones sociales, organismos defensores de los Derechos Humanos, partidos y agrupaciones políticas, docentes y estudiantes, miembros de las empresas de la economía social y vecinos, para reafirmar la voluntad de sumarse a la defensa de esta experiencia de lucha y solidaridad.
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Informe: Equipo Margen