A largo de la historia social aparece la tensión entre hombres y sistemas económicos, políticos y sociales. La cuestión de si lo que predominan son las estructuras o la voluntad de los sujetos ha sido y continúa siendo motivo de diversos debates.
Desde las posturas materialistas y/o estructuralistas hasta las claramente subjetivistas y/o voluntaristas, aparecen ensayando explicaciones desde por lo menos el siglo XIX.
Escribe Carlos Solero
Los socialistas desde Proudhon hasta Marx ponen el énfasis en las condiciones materiales de existencia de las comunidades. Otros como Bakunin agregan factores como las fantasías discursivas más o menos teologales conjugadas con mecanismos socioeconómicos.
Rudolf Rocker en su magistral libro Nacionalismo y cultura añade el tema de la voluntad de poder como factor histórico que entronizó a líderes y caudillos como Alejandro Magno o Julio César. Rocker fue contemporáneo al ascenso y caída de los totalitarismos nazi fascistas, vivenció la traición hacia la revolución socialista alemana. Observó y padeció cómo se escamoteaba la voluntad de los pueblos por la demagogia de los Mussolini, los Hitler, los Stalin.
El reciente recambio político superestructural en la isla de Cuba merece la atención porque no se nos escapa la trascendencia de la figura de Fidel Castro como protagonista de la historia del siglo XX, pero corresponde recordar que las sucesiones dinásticas son más propias de las monarquías que de sociedades que se pretenden igualitarias y socialistas. Ya lo dijo el gran libertario ruso “la libertad sin socialismo es opresión y explotación y el socialismo sin libertad es barbarie y esclavitud.”
El digno y valiente pueblo cubano, merece como todos su derecho a ejercer una genuina autodeterminación, para que nunca más vuelvan a transitar por sus calles los magnates y mafiosos de imperio alguno.
Carlos A. Solero
casolero_1@hotmail.com
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