Por Vicky Peláez, para El Diario de New York, 12 de febrero de 2008
“La guerra es el más viejo, vicioso y más lucrativo fraude”. (General Smedley Butler).
La vieja premisa de los historiadores, indicando que “en el transcurso de la historia, la guerra siempre ha sido utilizada por líderes poco visionarios como un remedio inmediato para solucionar los problemas económicos nacionales” está más latente que nunca aquí en los Estados Unidos donde buscan desesperadamente salir de la recesión que generó el gobierno de George W. Bush.
Con el dólar en caída, los bancos con problema de solvencia, la bolsa de valores tambaleante, la burbuja de bienes raíces desinflándose aceleradamente, etc., no es extraño lo que declara el secretario de defensa Robert Gates al decir, “necesitamos aumentar significativamente nuestra capacidad militar para poder enfrentar grandes ejércitos. No sabemos lo que pasará en Rusia, China, Corea del Norte, Irán o en cualquier otro país”.
El Director de la Agencia Nacional de Inteligencia (DNI), John Michael “Mike” McConnell fue inclusive más explícito cuando presentó su Informe Anual a la Comisión de Inteligencia del Congreso sobre ‘los peligros latentes para la seguridad nacional’. Dijo: “Rusia, China y los países de la OPEC, especialmente Venezuela e Irán podrían utilizar su bonanza financiera para su expansión geoestratégica y política en detrimento de los intereses vitales de Norteamérica en el planeta”. En realidad lo que quiso decir es: “nuestros enemigos tienen plata y con ella pueden comprar gente y las compañías que quieran”.
Lo que más molesta a los halcones de EE.UU., es el resurgimiento de Rusia como potencia económica y militar. Sus incalculables recursos energéticos, de acuerdo a los estrategas estadounidenses, influirán en el futuro rumbo de la Unión Europea que no tiene otra alternativa para sus necesidades energéticas que el petróleo y el gas ruso. Esto la alejaría de Estados Unidos y haría resquebrajarse a la OTAN, que actualmente es el pilar del dominio norteamericano en Europa. En la percepción del Secretario de Defensa Robert Gates, estas condiciones obligan a las fuerzas armadas de EE.UU. a prepararse para la guerra contra Rusia. Por lo pronto ya planifican rodear Rusia con un sistema de radares y misiles que van a ser instalados en Polonia, República Checa y posiblemente Georgia. Así piensan controlar todo el territorio, pero los rusos les mostraron hace poco, que tienen misiles que no pueden ser interceptados.
Estados Unidos, primero, teme una futura alianza militar entre Rusia y China que le haría perder en una posible guerra, y segundo, percibe que la expansión financiera y económica de China en Africa, Asia, América Latina e inclusive en EE.UU. está debilitando la influencia norteamericana en el mercado global, y está haciendo reducir su acceso a recursos naturales. Así, China también entró en la lista de potenciales enemigos. A esto el Jefe del Comando Conjunto chino, general Chen Bingde, contestó: “No somos enemigos de nadie, y si EE.UU. está asustado de nuestro desarrollo económico y militar, eso quiere decir que Norteamérica no tiene intestinos y es extremadamente miedosa. Nuestro gasto anual militar es de 45 mil millones de dólares, mientras que EE.UU. derrocha unos dos millones de millones”.
Resulta que EE.UU., en la perspectiva del Director de Inteligencia McConnell, tiene enemigos por todos lados y lo más alarmante dice que su número está creciendo en su propio “patio trasero”. Ya no es solamente Cuba sino Venezuela, Bolivia , Nicaragua y Ecuador. Para McConnell, Hugo Chávez es “más peligroso que su maestro Fidel Castro debido a las enormes cantidades de petrodólares que tiene y la dependencia norteamericana, aunque limitada, del oro negro bolivariano”. Lo que espera McConnell, es que la alianza estratégica latinoamericana, donde Cuba y Venezuela son líderes, no prospere, debido a ciertas “diferencias entre Raúl Castro y Hugo Chávez”.
Mientras tanto EE.UU. ha desatado una campaña sucia internacional millonaria para sabotear, no sólo el proyecto bolivariano, sino a todos los que quieren una independencia económica, para esto no excluye futuras guerras en nuestro continente, es decir, hacernos pelear entre hermanos para llenar sus arcas.
EE.UU. necesita urgentemente otra guerra
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