Por Carlos A. Solero
Alfred Adler fue un médico austríaco autor de libros tan importantes como El carácter neurótico, obra que motivaría su distanciamiento con el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud. Por su aporte, Adler está considerado como el fundador de la psicología individual.
Había tomado contacto con Freud en el año 1900 interesado por la psicopatología, pero sus visiones acerca de diversas cuestiones y las polémicas que sostuvieron implicaron una ruptura irreversible y cada uno de ellos siguió su camino, produciendo ambos libros perennes que aún en el presente aportan al conocimiento de la psiquis humana y la comprensión del comportamiento.
Vida y trayectoria
Alfred Adler nació el 7 de febrero de 1870 en un barrio de la periferia de Viena (Austria), en el seno de una familia de origen humilde.
En el año 1873 enfermó de tuberculosis y este acontecimiento marcó su personalidad de manera decisiva.
En 1895 finalizó sus estudios de medicina en la universidad de la capital austríaca e inicialmente se dedicó a la oftalmología.
En esa etapa manifestó su simpatía por las ideas socialistas, predominantes en el movimiento obrero y los movimientos sociales de esa región.
Pero sus intereses en los tópicos de la psicopatología lo llevaron a tomar contacto con Sigmund Freud, con quien participó de la fundación de la Sociedad Psicoanalítica de Viena en el año 1902.
En 1903, Adler fue designado vicepresidente de esa institución y después de Freud se lo considera como la máxima autoridad del movimiento psicoanalítico.
En el año 1907 surgieron las primeras divergencias con Freud como consecuencia de la publicación de los estudios sobre la inferioridad de los órganos.
Como explica Hans Romberg, “en esta obra Adler establece los primeros fundamentos de sus teorías psicológicas, en los que se descarta la sexualidad como factor etiológico de primera magnitud en la formación de las neurosis”.
Caminos divergentes
En 1908, en el Congreso Psicoanalítico de Salzburgo, Adler expresó públicamente sus diferencias con las teorías freudianas. En 1910 participó en el Congreso fundacional de la Asociación Psicoanalítica Internacional, celebrado en la ciudad alemana de Nuremberg, y en 1911 se produjo la ruptura definitiva con Freud.
En el año 1912, se publicó el libro El carácter neurótico, que significó el inicio expositivo formal de la psicología adleriana, y con el objetivo de difundir sus teorías, en 1914 Adler creó la Revista Internacional de Psicología Individual.
En 1919 apareció la segunda edición de El carácter neurótico y dos años después Adler fundó en Viena una clínica destinada a tratar los problemas psicopatológicos de los niños y las niñas.
En el devenir de los años, llegaría a dirigir treinta centros similares.
Salto a América
En el año 1926, Adler viajó hacia Estados Unidos de Norteamérica, país donde dictó un curso de psicología en la Universidad de Columbia, situada en la ciudad de Nueva York.
En 1928, se publicó el libro Técnica de la psicología del individuo y características del primero, segundo y tercer hijo.
En 1930, aparecieron los libros de Adler El sentido de la vida y Práctica y teoría de la psicología del individuo.
En 1932, se creó en el Long Island College of New York la cátedra Psicología Médica, que estaría a cargo del doctor Adler.
Sus teorías contaban para ese entonces con una sólida difusión en los medios científicos e intelectuales norteamericanos.
En el año 1934, instalado en Austria y Alemania el régimen nazi del Tercer Reich, el gobierno austríaco decretó la clausura de las clínicas infantiles creadas por Adler, con cual el retorno a su tierra de origen fue imposible.
En 1937 Alfred Adler murió en Aberdeen, ciudad del condado de Greys Harbor, en Washington.
Su obra contribuyó a la formación de la Escuela Culturalista de Psicología y también al desarrollo de otras corrientes del psicoanálisis contemporáneo.
El carácter, piedra angular en la teoría del médico austríaco
Según H. Romberg, “en el libro El carácter neurótico, Adler, además de cuestionar algunos «dogmas» del psicoanálisis freudiano como el de la etiología sexual de las neurosis, apuntaba en general a una desvalorización de la vida instintiva en tanto que estrato primordial de la personalidad humana. Y lo hacía en detrimento de una tesis que con los años se revelaría como el punto cardinal de la psicología del individuo: el sentimiento de inferioridad, vivencia que alcanza todo ser humano en los años de su niñez, y que en algunos individuos se exacerba a causa de algunos defectos corporales, de algunas inferioridades orgánicas”.
Para la perspectiva teórica de la psicología de Adler; “lo importante es la preeminencia concedida no al mundo instintivo, sino al yo; no a los restos mágicos o parapsicológicos de una actividad inconsciente, sino a la voluntad conciente; al carácter, en suma, en tanto que actitud o estilo de vida o manera como el individuo enfrenta la vida.”
Afirma Romberg: “El carácter constituye para Adler aquello que es más singular en un individuo. Su formación es precoz, acontece en los primeros años de la infancia y marca indeleblemente al sujeto para el resto de su vida. Pero es de destacar que, más que en la indagación de las etapas de formación del carácter, Adler se interesa por el futuro del mismo. Constata que la formación del carácter reviste su máximo sentido en tanto que instancia volcada hacia el porvenir. El carácter tiene una finalidad, es teleológico, y nada puede llegar a comprenderse cabalmente si no se atiende a este contenido finalístico que está impreso en todo carácter. Al propio tiempo, el carácter es lo que confiere unidad a la personalidad humana, pues se configura como un centro en el fondo incambiable desde las primeras etapas de la vida hasta la madurez y la senectud del ser humano”.
Corresponde subrayar que “Adler ve en el carácter no algo innato, sino, por el contrario, algo que es adquirido, que es creado por la experiencia”, con lo cual es posible observar que este científico pone el énfasis en los factores sociales.
“Del carácter dice Adler en su libro Conocimiento del hombre, sólo se puede hablar asociándolo con el mundo circundante. El carácter es un concepto social”.
En esta obra, Adler afirma de manera contundente que “todo el comportamiento de un ser humano está determinado por una meta u objetivo que no es otro que el de la superioridad, soberanía y dominio sobre los demás. Ocurre sin embargo, que existe también en todo carácter un sentimiento de comunidad, que tiende hacia los otros no como forma de dominio, sino de colaboración y solidaridad. Este sentimiento contrabalancea el afán de poder derivado del sentimiento de inferioridad y produce un carácter equilibrado. Si esto no acontece, estamos en presencia de un carácter neurótico”.