Evocación de Adolfo Bioy Casares

Por Carlos A. Solero
El 15 de setiembre de 1914 nació el escritor Adolfo Bioy Casares, autor de novelas extraordinarias como La invención de Morel, Dormir al sol, Diario de la guerra del cerdo y relatos fantásticos tales como El sueño de los de los héroes, El héroe de las mujeres y La trama celeste entre otros.

Bioy Casares es un excepcional narrador de historias en las que lo fantástico y lo real aparecen mixturados de modo tal que es difícil para sus lectores captar dónde comienza la ficción, pues lo inusitado irrumpe repentinamente.
 
Lo que inicialmente se esboza como la simple rutina de un viajante de comercio puede derivar en el hallazgo, tras un medano, de una clínica de lavado de cerebro. Entonces el personaje de El atajo, sometido a la inyección de sustancias químicas, comienza a vislumbrar su pasado y su futuro, pero el presente parece diluirse en su conciencia.

En el Diario de la guerra del cerdo aparecen los conflictos intergeneracionales, el culto de la eterna juventud y el exterminio de las personas ancianas: una cruda metáfora de las sociedades contemporáneas.

El recurso de ensamblar en el mismo relato realidad y ficción es frecuente en los cuentos de Bioy, perceptible sobre todo en libros como Historias fantásticas e Historias desaforadas.

Adolfo Bioy Casares escribió en colaboración con Jorge Luis Borges, a quien lo unió una prolongada amistad. Utilizaron diversos apelativos para esta labor “a cuatro manos”, los dos fueron B. Suárez Lynch, pero el más conocido de los seudónimos del dúo fue Honorio Bustos Domecq. De esta unión de talentos surgieron libros con relatos policiales tales como Seis problemas para don Isidro Parodi.

Bioy Casares, Borges y Silvina Ocampo realizaron una magnífica e insoslayable Antología del cuento fantástico.

Adolfo Bioy Casares murió en la ciudad de Buenos Aires en 1999, dejando tras de sí un legado perenne de novelas y cuentos a los que siempre es maravilloso frecuentar, pues sus tramas narrativas parecen mutar frente a nosotros cada vez que nos acercamos a ellas. Releemos a Bioy Casares y cada lectura es un viaje apasionante hacia lo desconocido que nos gratifica.

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