Investigación y entrevista por Miguel Parra.
Mucho se habla hoy en día de la violencia como un hecho social ligado fuertemente a los tiempos que corren, sin tener en cuenta que la agresión atravesó –y aún lo hace- distintas esferas humanas a lo largo de la historia. La sensibilidad hacia estos hechos genera, en diferentes ámbitos, métodos diversos para afrontar esta problemática.
El tema de la violencia en las aulas, entendida como la conflictividad que surge de la coyuntura social e irrumpe en la institución educativa, no escapa a dicha sensibilidad y al análisis crítico de los caminos a tomar para un abordaje positivo.
En esta oportunidad consultamos a la Profesora en Ciencias de la Educación María Marta Vargas, quien desde su rol de Inspectora de Equipos de Orientación Escolar nos dio algunas respuestas acerca de la metodología de acción que implementa un órgano de gobierno dedicado a estos y otros temas como es la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Vargas desarrolla su tarea en la Sede de Inspectores de la ciudad de Dolores; pero el cargo, además, tiene extensión a las localidades de Tordillo y Castelli. En total atiende 30 servicios de nivel Inicial, Primaria, Secundaria (básica y superior) y Adultos.
Su trabajo en el área, que cumple tres años de desempeño el primero de noviembre, la acerca a hechos de violencia múltiples y variados. Al ser interpelada al respecto enumeró: “Pueden ser agresiones físicas y verbales, situaciones de autoagresión, intentos de suicidio y suicidios, consumo de sustancias tóxicas, fugas de la escuela o del hogar, muertes violentas, violencia sexual; como también situaciones de maltrato entre alumnos, entre alumnos y docentes, entre docentes, entre docentes y alumnos, entre padres y alumnos, entre padres y docentes, entre padres y otros padres”.
“Como la violencia es una problemática compleja y multideterminada, el origen se encuentra en la interacción de factores sociales, institucionales, familiares e individuales”, dijo Vargas para luego agregar que se ha incrementado el número de hechos de violencia en los últimos años, al igual que ocurre en la sociedad en general y que “el estar atravesado por situaciones de violencia obviamente obstaculiza el desarrollo de los procesos pedagógicos; determinando, muchas veces, el fracaso escolar”.
Ya se mencionó que las situaciones de violencia son complejas y como tales implican múltiples causas; es por eso que ante un hecho de estas características se intenta poner en práctica un abordaje institucional que abarque distintos enfoques. Vargas opina que es fundamental la contención de los grupos implicados y no abordarlos únicamente de manera punitiva a través de levantamiento de actas y suspensiones de clases. “Se pretende procurar el impulso de acciones de reflexión sobre las manifestaciones de violencia y su incidencia sobre las relaciones docente–alumno, y a la vez generar un clima escolar y actividades escolares donde se discuta y analice el papel de los sujetos de la acción (directivos, docentes, padres y alumnos)”, dijo la inspectora.
A su vez “es importante trabajar con los grupos áulicos tratando de construir grupos más “sanos”, para lograr la integración de todos sus miembros, desalentando la matriz competitiva y la dialéctica descalificatoria”, según explicó Vargas quien asegura que hay que brindar a los chicos espacios donde puedan expresarse, donde puedan aprender la práctica de la comunicación y de la participación, de la escucha y el respeto mutuo; así como proveer espacios de reflexión sistemática donde los educadores pueden reflexionar sobre su propia práctica, sugerir y apuntalar acciones que susciten el interés por el aprendizaje, debatir proyectos, etcétera.
A raíz de la declaración de la entrevistada: “Buscamos sanciones consensuadas en Códigos de Convivencia vigentes; abordajes personalizados de los protagonistas y sus demandas individualizadas”, se le preguntó si existe una legislación específica sobre violencia en las aulas a lo cual respondió que sí, aunque no es específica para el aula sino para la escuela en general. “El tema es que en la mayoría de las instituciones hay un profundo desconocimiento de este marco jurídico, lo cual obtura la intervención”, dijo Vargas.
Un dato que no hay que olvidar -y que se tocó a lo largo de la entrevista- es que, en el tema de la violencia en las aulas, no son únicamente los alumnos quienes aparecen como protagonistas y su resolución tampoco depende sólo de ellos. Hay otros actores sociales responsables en el momento de la intervención: docentes, autoridades o padres toman parte en el asunto dependiendo de la situación. “Si la gravedad del hecho lo requiere, puede darse intervención a algún servicio de emergencia” declaró la inspectora y advirtió que la intervención policial no es recomendable cuando los involucrados son niños o jóvenes.
Como cierre la Inspectora Vargas expresó su sentimiento en relación a la violencia en las aulas, y señaló que: “Los hechos de violencia particularmente me impactan, me conmueven y me movilizan a actuar, a trabajar, a prevenir, a buscar que se tome conciencia de que esta es una problemática que nos involucra a todos. Me genera el luchar por el cumplimiento de derechos básicos de las personas, sobre todo niños y jóvenes, y la búsqueda de alternativas de solución de conflictos”.
Un acercamiento a la violencia en las aulas
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Hola!!! ante todo me parece sumamente interesante, poder ver como “la violencia” en general, atraviesa un escenario en particular, como lo es la escuela, y más concretamente en sus aulas.
Coincido con esta Profesora, en que faltan espacios de contencion, expresión,no sólo para los chicos sino también para docentes, directivos, donde poder identificar fortalezas, debilidades y formas/métodos de resolución conjuntos, y el diagnóstico que presenta, por la poca experiencia que tengo en escuelas, es bastante acertado.
Lo que quizas habría que ver ahora, como eso que dice, lo plasma en el accionar, como se propicia desde las escuelas estos espacios que ella manifiesta que faltan, como acompañan su construccion y sostenimiento, que elementos y recursos aportan.
Asimismo que bueno sería poder trabajar en y con la conviviencia, desde la vinculacion, la interaccion,el dialogo y desde las mismas aulas y hacia afuera de ellas (porque podemos caer en que la escuela es una isla en relacion a la comunidad), y desde toda la comunidad educativa, por lo cual no serian necesarias las sanciones…aunque si estas reglas o normativa, es la impuesta “desde arriba”, y no se genera el espacio para problematizarlas, modificarlas y apropiárselas desde los propios protagonistas y particularidades del contexto, es casi seguro su fracaso e imposicion a traves de la coerción…
¡¡¡Perdon por la extensión!!!, es que este tema da para mucho debate, análisis e insumos para poder pensar alternativas de resolución. ¿que pensarán los chicos al respecto? ¿y los docentes? ¿y el autor de esta nota?
Saludos y muchas gracias por propiciar la reflexión sobre un tema tan interesate, sobre un tema que a todos nos preocupa, pero que muy pocos se ocupan, felicitaciones por ser uno de ellos.
Silvana