Por Carlos Solero
Habitualmente ubicada en la ciencia ficción, su literatura escapa a los encuadramientos por la originalidad que exhibe.
Theodore Sturgeon es ubicado habitualmente en el género de ciencia ficción pero desde nuestra perspectiva fue un escritor cuyos relatos escapan a los encuadres rígidos.
Sin alcanzar la notoriedad y masividad de otros de los que fue contemporáneo, ejerció una influencia fundamental en autores como Ray Bradbury. Sus obras son insoslayables dada la originalidad con que aborda las problemáticas de la existencia humana y la calidad de su prosa.
Retazos de una vida
Este escritor nació en Staten Island (New York), Estados Unidos de Norteamérica, con el nombre de Edward Hamilton Waldo, el que cambiaría por el de Theodore Sturgeon.
En el año 1938, el periódico del Mc Clure´s Syndicate publicó sus primeros relatos y en 1939 irrumpió en la ciencia ficción con Ether Breather, dada a conocer en Austounding Science Fiction.
En el comienzo de su carrera fue frecuente la aparición de relatos breves que llevaban su firma o bien, alternativamente, seudónimos como el de E. Waldo Hunter con el que escribió para Ellery Queen la novela The player on the other side.
Sturgeon utilizó en su escritura múltiples recursos, pero, como señala un comentarista, “sus trabajos tienen elegancia poética y se destaca por usar la técnica que se conoce como prosa rítmica, en la cual el texto se ubica en una métrica estándar, lo cual genera en los lectores un efecto de cambio de ánimo sin aviso previo.”
La novela de T. Sturgeon que alcanzó mayor nivel y difusión fue Más que humano, publicada en el año 1953.
Algunos capítulos de la célebre obra Viaje a las estrellas (Star Treak) son de autoría de Sturgeon, quien también escribió guiones para series como Tierra perdida a la vez que su novela Killdozer inspiró películas para la televisión y hasta historietas de Marvel.
Las antologías de relatos de ciencia ficción publicadas en las décadas del 50 y 60 recopilaron cuentos de Sturgeon muy bien considerados por los críticos.
John Clute, en la Enciclopedia de la ciencia ficción, afirma que “la influencia de Sturgeon en escritores como Harlan Elison y Samuel Delany fue seminal, y su vida y labor son claves en la ciencia ficción estadounidense de la segunda posguerra”.
Más que humano
Según se reseña, Más que humano (More than human, 1953) es una novela que reúne lo que el autor había concebido originalmente como tres novelas cortas, que fusionó y desarrolló para crear esta obra. El libro fue ganador del premio International Fantasy Award.
La trama de la historia narrada trata de seis niños con habilidades psíquicas que son capaces de formar una “gestalt” (una palabra alemana que significa “forma” o “figura”), es decir que son capaces de unirse psíquicamente para formar una sola entidad.
En la primera historia, El idiota fabuloso, conocemos a Lone, un joven vagabundo de 25 años que vive como un animal.
Lone sabe que puede forzar a las demás personas a hacer lo que él quiera, pero sin embargo nunca abusa de este conocimiento.
Después de un tiempo y algunos problemas, Lone se instala en el bosque, y a él se unen otros tres pequeños; Janie, una niña de 8 años con poderes telekinéticos, y los gemelos Bonnie y Beanie, quienes no hablan pero poseen la capacidad de teletransportarse.
Lone visita a una pareja de campesinos con los que estuvo viviendo en otra época, los Prodds, y descubre que la señora Prodd murió durante el parto al dar a luz a un niño con aparente síndrome de Down. Lone lo adopta y percibe que el niño tiene una capacidad mental increíble, casi como la de una computadora.
El último integrante del grupo es nombrado Bebe, y representa el cerebro de esta nueva entidad: el “homo gestalt”.
Con una prosa límpida y sencilla Sturgeon utiliza un McGuffin (personas con habilidades psíquicas), usado hasta el cansancio en la ciencia ficción, y logra crear una historia humana y fresca libre de clichés”.
“Más que humano es una obra de ciencia ficción inteligente y humana, que trasciende sus propios términos y confirma a T. Sturgeon como uno de los mejores escritores de ciencia ficción, aunque nunca fue tan valorado como Asimov” (Arthur Clarke).
Otras novelas y relatos
Es posible mencionar también novelas de Sturgeon como Los cristales soñadores (1950), Venus más X (1960) y Cuerpo divino, publicada en 1986. También recopilaciones de relatos tales como La fuente del unicornio (1953), Caviar (1955), Regreso (1955), Extrapolación (1964), Las invasiones jubilosas (1965), Nuevamente Sturgeon (1971) El soñador (1974) y Las estrellas son la Estigia (1979).
Theodore Sturgeon murió el 8 de mayo de 1985 en Eugene, estado de Oregón.
Como afirma uno de sus comentaristas, él hacía algo que pocos escritores de ciencia ficción conocen: imprimía su obra con una claridad mental y un humanismo muy sabio y sincero, nada pretencioso. Se valía de un estilo claro para hacer llegar el mensaje sin florituras.
Hay una frase que le es atribuida a Sturgeon: “Lo mejor de la ciencia ficción es tan bueno como la mejor ficción en cualquier campo”. No se puede aplicar esta frase de mejor forma que a su propia obra.