Más pobreza, más muerte en el Chaco

Otras dos muertes de habitantes aborígenes conmueven a la provincia del Chaco. La lista se eleva a 18. Transcribimos a continuación la denuncia del Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela de derechos humanos, en la que se informa sobre el fallecimiento de Juan Juárez, de un paraje cercano a Castelli, y de Irma Yolanda Largo, del barrio Margarita de La Leonesa.

Nuevos fallecimientos
El 18 de septiembre la Corte Suprema de Justicia hizo lugar a las medidas cautelares que planteara el Defensor del Pueblo de la Nación en legítima defensa de las comunidades aborígenes que viven en territorio chaqueño, que se encuentran en situación de pobreza extrema y bajo riesgo o peligro de extinción como pueblos.
La Corte ordenó a los gobiernos de la Nación y de la Provincia del Chaco que suministraran agua potable y alimentos a las comunidades indígenas que viven en los Departamentos General Güemes y Libertador General San Martín. También dispuso que debían proporcionar medios de transportes y comunicación hacia los puestos sanitarios.
Frente a la orden judicial emanada de la Corte, encontramos dos respuestas: el gobierno nacional, que objetivamente encaró acciones insuficientes y parciales, como no convenciéndose o no sabiendo que deben instrumentarse planes diferenciales, dirigidos a comunidades famélicas y enfermas; y el gobierno de la provincia del Chaco, que directamente no hizo nada concreto destinado a combatir la pobreza extrema que rodea a los pueblos aborígenes; solamente se redujo a publicar, por medios masivos, una supuesta inversión de 490 millones de pesos para infraestructura, equipamiento y desarrollo productivo, absolutamente inexistente en el presupuesto 2007 y en el proyecto de presupuesto 2008. Un nuevo engaño que afecta a los chaqueños, en particular a las poblaciones hambrientas y excluidas.
Es evidente que a pesar de la pobreza extrema y del hambre instalados a lo largo de la geografía chaqueña, especialmente en las comunidades indígenas, los gobiernos no atinan ni aciertan a planificar ni a ejecutar políticas públicas relativamente eficaces y eficientes para rescatar a estos pueblos de la penosa situación que atraviesan producto de la extrema pobreza en la que cotidianamente viven. A partir de la situación creada, siguen ganando las enfermedades y las muertes prematuras o evitables.

La muerte 17
Hace pocos días tomamos conocimiento de la muerte de Don Juan Juárez, que se produjera el 20 de septiembre, cuando este aborígen toba tenía 58 años de edad.
Vivió en el Paraje Pampa Argentina, que depende del municipio de J.J. Castelli. Fue pastor evangélico de la Iglesia Cuadrangular. Con Hilario Juárez fueron dos hombres reconocidos y respetados en la zona.
Vivió con su mujer, algunos de sus hijos y nietos. Uno de ellos, Raquel Juárez, de 36 años de edad, con un hijo de 10 años y sin marido, atraviesa una seria encrucijada puesto que prácticamente está ciega.
Su hermana Cármen Juárez, de 22 años, también sufre la pérdida de la visión como consecuencia de una enfermedad endémica en las comunidades originarias. Mientras tanto, la madre desmejora aceleradamente.
Don Juan Juárez falleció luego de acarrear una antigua tuberculosis; al momento de su muerte, presentaba severa desnutrición secundaria, asociada a aquella fatídica enfermedad que tiene atrapado al pueblo indígena ante la inercia y los desaciertos de la políticas socio-económica y sanitaria ejecutada por los gobiernos nacional y provincial.

El infortunio del pueblo mocoví
Los miembros de las comunidades mocovíes repiten que están solos y abandonados. Que los gobiernos y las comunidades blancas no los consideran. Dicen que solamente cuentan con el acompañamiento de Dios. Es la étnia que constituye la minoría indígena en el Chaco. Así les va.
Hace mucho tiempo que Oscar Villalba, que vive en La Tigra, lanza sus repetidos pedidos de auxilios para la comunidad mocoví, especialmente para siete familias que sobreviven, en condiciones absolutamente inhumanas, en el basural de Villa Ángela. Hasta ahora no ha logrado su objetivo de que se rescaten a estas familias de la más extrema indigencia que pueda afrontar cualquier persona.-

La muerte 18
El miércoles 17 de octubre falleció Irma Yolanda Largo, de 53 años de edad. Vivió en el Barrio Margarita de la localidad de La Leonesa. Estaba casada con Desiderio Tazuri. Ambos de la etnia toba. Tuvieron 6 hijos. Vivieron en un humilde rancho, a mil metros del basural de la localidad. Sobrevivieron de hacer canastos de totora y de levantar restos de los productos volcados por los vecinos y por la municipalidad en el basural.
Hace un año y medio comenzó a manifestarse la enfermedad. Irma Yolanda comenzó a sufrir mucha tos y fue perdiendo peso, fundamentalmente durante los últimos meses. A comienzos de septiembre fue internada en el Hospital de La Leonesa. Luego fue derivada al Hospital Perrando, para ingresar rápidamente y de urgencia a terapia intensiva. Los médicos refirieron que tenía el pulmón muy afectado; que murió de pulmonía. En realidad, arrastraba una tuberculosis que nunca fue adecuadamente tratada. A esto se agregó que de tanto no comer, fue perdiendo el apetito y peso hasta quedar desnutrida.
Tomta llií
La casa familiar cuenta con una sola pieza en donde vive el padre, cuatro de los seis hijos que nacieron de la pareja y cuatro nietos. Ninguno de ellos tiene ingresos regulares porque no trabajan en relación de dependencia. Fundamentalmente viven de levantar cosas del basural y de algunas changas. Están en situación de pobreza extrema. Son excluidos totales.
El fin de semana pasado uno de los nietos de Irma Yolanda, de 3 años de edad, lloraba. Serían las 15 horas cuando este niño lloraba porque tenía hambre. Su mamá le proporcionó agua natural, azúcar y pan. Rato después, el niño ya estaba durmiendo.
Es probable, hasta muy probable, que el itinerario y el desenlace de Irma Yolanda se reproduzcan y se repitan en sus descendientes, que anticipadamente están signados por hambre, desnutrición, enfermedades y fallecimientos prematuros o evitables. Es que no están bien alimentados. Es muy posible que continúen mal alimentados, y que los niños deban llenar sus panzas con tomta llií, que en lengua toba significa jugo natural.
Resistencia, Chaco. 22 de octubre de 2007
Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela DD.HH. (www.centromandela.com.ar)

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