Por Silvana Rodríguez
El 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Y si bien en los últimos tiempos fue una de las problemáticas que implicó notable visibilizacion y tratamiento en los medios masivos de comunicación como también a nivel legislativo, aun no hay una política integral que implique la efectiva erradicación de la violencia de género.
Por ello, se considera imprescindible evaluar los dispositivos institucionales dispuestos para tal fin y la capacitación/formación de quiénes son los responsables de implementarlos. De modo que la víctima no sea victimizada una vez más y no sea el Estado quién también vulnere los derechos de las mujeres.
Lamentablemente en la actualidad, las estadísticas se incrementan y día a día mueren y arriesgan sus vidas mujeres víctimas de las diferentes formas de violencia, producto de las desigualdades que implica la arraigada y sostenida cultura patriarcal. Así, las manifestaciones de la violencia no sólo se visualizan y naturalizan en el ámbito doméstico- familiar, sino también en el ámbito institucional, laboral, comunitario, Estatal.
En relación con esto último, se entiende que la violencia institucional es tan frecuente como también intencionadamente invisibilizada, en tanto que suele poner de manifiesto la desprotección a la que se expone a las mujeres incluso en sus condiciones laborales, y aun, desde el mismo Estado…constituyéndose así las condiciones de trabajo, en condiciones de vida y muerte.
En este marco, se torna imprescindible mencionar a Laura Iglesias, trabajadora social, empleada por el Estado (Ministerio de Justicia- Patronato de Liberados Bonaerense), torturada, violada y asesinada mientras realizaba su trabajo de campo en Miramar, el pasado 29 de mayo. A la fecha, se pretende cerrar la investigación y enmarcar esta situación en “un hecho más de la inseguridad”. No obstante, se seguirá con las jornadas de lucha, las movilizaciones y todas las acciones necesarias para seguir exigiendo justicia.
Ni una muerte más por femicidio. Ni una más. ¡Basta de violencia hacia las mujeres!.
Una vida sin violencia, es un derecho humano fundamental.
“Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”.
Martín Luther King.