Hace algunos años, desde Margen organizamos algunos materiales referidos a la problemática del Trabajo Infantil. Publicamos advertencias y programas impulsados desde organismos internacionales y la promesa de los distintos gobiernos de sumarse al empeño y trabajar en pos de la reducción y eliminación del trabajo infantil.
Nuestra propuesta era la de sumar voces y aportar elementos para acompañar esa empresa. Lo hacíamos con esperanza y optimismo, pero éramos concientes de lo difícil de la causa.
Al paso del tiempo, vemos que se ha avanzado muchísimo en cuanto a legislación.
El problema es que no se cumple lo que está plasmado en la letra de la Convención sobre los Derechos del Niño. Por ello creemos necesario reafirmar los principios enunciados por las declaraciones y convenciones internacionales, así como las legislaciones de orden nacional, luchando con toda forma de trabajo infantil.
Por esa razón continuamos actualizando el Dossier sobre Trabajo Infantil, que puede consultarse en: www.margen.org/trabinf »
Entre otros documentos, destacamos el Informe publicado por la O.I.T.: “Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infanti. Estimaciones y tendencias mundiales 2000-2012”
Aún tiene vigencia lo que decíamos en 2009
La crisis económica mundial, generada por el reacomodamiento del sistema capitalista en una nueva jugada de concentración de la riqueza, desplazó a millones de seres humanos a condiciones de extrema pobreza.
Así, millones de niñas/os deben trabajar -aun en situaciones extremas de insalubridad- para colaborar con las economías de sustento familiar.
El 12 de junio se conmemoró el Día mundial contra el trabajo infantil, en un mundo que se parece demasiado a aquel sistema feudal en el que los siervos no tuvieron ningún valor y conformaron el ejército esclavo que posibilitó la acumulación de riquezas que constituyó la base para el despegue del Capital, confirmando y sosteniendo la División del Trabajo.
Mundo/espacio en el que las/os niñas/os padecen la continuidad de la desventura de los adultos pobres y desheradados de la Tierra, proletarios tal como fueron considerados en la antigua Roma por poseer tan solo -y miserablemente- a su prole.
Mundo/tiempo propicio para renovar esfuerzos para romper las cadenas de la injusticia.