Por Carlos Solero
Para quienes se muestran como rostros visibles de los verdaderos poderes en las sombras que gobiernan el mundo, lo grave no son sus atropellos permanentes a la dignidad de los seres humanos de todo el planeta sino que estos hechos se ventilen.
Las autoridades norteamericanas no escatiman recursos y maniobras para la cacería de aquellos a los que consideran responsables de todos los males, a saber, los pueblos que no aceptan mansamente su expoliación y despojo, los resistentes a las campañas bélicas imperiales en Latinoamérica, Asia y África y desde hace un tiempo también a quienes revelan sus tropelías de espionaje masivo de poblaciones. La difusión de estos “secretos de Estado”, claramente violatorios de los derechos individuales y colectivos es considerada un crimen.
Ventilar documentos diplomáticos como hizo Assange desde wikileaks, desencriptar información que muestra los espeluznantes operativos contra civiles desarmados en Irak como hizo Bradley Manley o dejar al desnudo los operativos de la cia como hizo Snowden, no se perdona y como en la etapa de conquista del lejano oeste se persigue con saña implacable la insumisión a escala global.
El reciente incidente que tuvo como protagonista al presidente de Bolivia Evo Morales, mostró una vez más que después del 11 de setiembre de 2001 no habrá límites para los procedimientos en la era de la guerra total.
En lo esencial de Bush a Obama si hubo cambios en los aspectos antes descriptos son tan sutiles que resultan imperceptibles, el racismo y la xenofobia los exhiben todos los Estados desde EE UU a todos sus subalternos asociados y hasta el diligente V. Putin, amonestó a Snowden por perturbar a la administración gubernamental norteamericana.
Está claro que cuando los manifestantes callejeros en todo el mundo denuncian el carácter homicida del capitalismo no se limitan a señalar los mecanismos de la economía global, sino el conjunto de dispositivos de poder que cada día nos coartan. Y así debe ser la impugnación a este sistema predador de la vida en todos los aspectos debe ser integral.