Por Carlos Solero
En 1879 se bendijo la cacería de indios; en 1901 se fundó la central obrera Fora y en 1879 Roca avanzó con el exterminio de indígenas.
El 25 de mayo, como fecha, va asociado a un mito fundacional, está asociado por lo general en la historia oficial de esta región a vítores de libertad y rebelión contra los tiranos, a cintas con los colores del cielo y demandas populares de saber ¿de qué se trata? La iconografía de esa historia oficial muestra el Cabildo de Buenos Aires sin las mutilaciones posteriores y a hombres de levita asomados a un balcón anunciando un día de gloria para el pueblo.
Pero hay otros 25 de Mayo que también ocurrieron aquí, aunque con sentidos contrapuestos: el de 1879 – año en que Roca avanzó en su campaña de exterminio de los habitantes originarios de la Patagonia- un capellán bendijo la continuidad de la cacería de indios y también un 25 de Mayo pero de 1901, se fundó la Federación Obrera Regional Argentina.
Contra el olvido
El 25 de mayo de 1879 debería ser recordado como una infausta fecha, porque en esa jornada a orillas del Río Negro el general Roca -con un solemne Tedeum de por medio- iniciaba la ocupación militar de la isla Choele Choel y las tierras del Neuquén. De ese modo se concretaba la liminar usurpación de tierras habitadas en lo que no era entonces un desierto y el exterminio sistemático de los pueblos indígenas patagónicos.
Julio A. Roca, el combatiente de las batallas de Cepeda y Pavón, destacado oficial en la infame guerra de Paraguay. Roca marchaba triunfal a sangre y fuego con sus procónsules hacia la conquista de 15.000 leguas que luego repartirían las familias aportantes a la campaña desde la Sociedad Rural.
Si indagamos en los documentos en los archivos históricos del Estado Argentino encontraremos crónicas como la siguiente: “el 25 de Mayo de 1879 El Teniente Coronel de Marina Martín Guerrico y efectivos navales a sus órdenes, que apoyaban la acción del Ejército en la Campaña del Desierto, se reúnen en la isla Choele-Choel, sobre el Río Negro, con el ministro de Guerra y Marina, general Julio A. Roca, que dirigía aquella campaña”.
Como vemos, la exaltada fanfarria militarista que como una mancha vergonzante emponzoña aún la cultura vernácula. Roca, Levalle, Vinter, Guerrico, Olascoaga, Francisco P. Moreno. Nombres para recordar con furia, con la memoria alerta contra el genocidio que no cesa, contra Tobas, Mapuches, Wichis, Qom y otras etnias, despojadas, torturadas por la codicia hipócrita de minorías rapaces que practican el racismo por vía económica, política y cultural.
La Fora y 112 años de lucha inclaudicable y continua
Se cumplen ciento doce años desde que aquel 25 de Mayo de 1901 un grupo de trabajadores en su mayoría inmigrantes europeos fundaron en Buenos Aires la Federación Obrera Argentina, confluyeron en la reunión obreras y obreros anarquistas y socialistas.
A poco andar se produjo en la Federación Obrera la retirada de los socialistas que prefirieron la vía parlamentaria y la lucha político- partidaria en procura de una legislación laboral que atenuara los efectos del capitalismo. Los anarquistas por su parte, hegemónicos en la F.O.A. , eligieron los métodos de acción directa y la huelga general como herramienta de lucha y el enfrentamiento directo con el Estado y el capital. Sus objetivos de abolir el sistema de trabajo asalariado, luchar contra el militarismo, los dogmas religiosos y la explotación capitalista los llevaron a impulsar ya desde 1904, cuando la F.O.A., adopta el nombre de Federación Obrera Regional Argentina ( Fora), escuelas racionalistas que funcionaban en los propios locales de las Sociedades Obreras de Resistencia de Oficios Varios.
La Fora proclamó desde el comienzo su carácter internacionalista, revolucionario y anticapitalista, los oprimidos del mundo mujeres y hombres son todos hermanos, en toda latitud y deben luchar colectiva y solidariamente, como se proclamó en la Asociación Internacional de trabajadores de 1864. El lema rector de todo el accionar desplegado por los militantes de la FORA es que “La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos.”
La Fora fue protagonista de acontecimientos singulares y fundamentales en la historia Social de la región. Desde la huelga en la Refinería de azúcar en Rosario, a comienzos del siglo XX, pasando por los cruentos e intensos conflictos económicos, políticos y sociales de cómo la huelga de inquilinos de 1907. En 1909 en las Plazas Lorea y Mazzini el cnel Ramón Falcón reprimió ferozmente a los obreros, dejando un tendal de muertos y heridos. Poco después el obrero Simón Radowitzky vengó esa masacre y acabó con Falcón.
Durante el Centenario las huelgas se multiplicaron y los militantes de la Fora fueron perseguidos con saña por el Estado que además aplicarles la Ley de Residencia 4144, expulsándolos como indeseables, alentó la destrucción de los locales de periódicos como La Protesta y la destrucción de bibliotecas y centros de estudios sociales impulsados por los ácratas.
Capítulo aparte son las huelgas impulsadas por la FORA durante el gobierno de Yrigoyen: La Semana Trágica de Enero de 1919, las masacres como la de Jacinto Arauz en La Pampa, La Forestal y la Patagonia Rebelde en 1922, marcan hitos en el derrotero del Movimiento Obrero revolucionario de la región.
Los militantes anarquistas de la Fora, no sólo impulsaban huelgas, sino que además llevaban adelante la tarea de divulgación de su ideario a través del teatro, las artes, plásticas, la música a través de los payadores libertarios. Las ciudades y los campos eran escenario de la propaganda y la organización proletaria y campesina.
El fatídico año de 1930, con el inicio de la dictadura de Uriburu es el comienzo de una persecución sistemática con la Fora y sus militantes: el fusilamiento en Rosario de Joaquín Penina, el proceso contra Los presos de Bragado, la persecución a los Ladrilleros de San Martín y la declaración estatal-judicial de asociación ilícita fueron el comienzo de un acoso permanente que se intensificó con la emergencia del peronismo.
A pesar de este acecho policial y judicial la Fora continuó sus luchas sobre en gremios como Marítimos y Portuarios.
También enfrentó a la dictadura de Aramburu-Rojas acompañando solidariamente la huelga de catorce meses junto a la Federación de Obreros en Construcciones Navales y los sucesivos conflictos obreros de las décadas del 60 y 70, como el Villazo de 1975, momento en que fue dinamitado el local de la Fora, en Villa Constitución.
En la última se producido un relevo generacional y entonces confluyen en la Fora los veteranos militantes y jóvenes que impulsan Sociedades de Oficios varios en diversas provincias como Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Santa Cruz y también la Capital Federal.
Ciento doce años de la Fora una organización que sigue actuando en la región y una convicción inalterable, luchar solidarios contra las injusticias que provoca el capitalismo pero de modo autogestionario, fraterno y solidario con los oprimidos de toda latitud para construir una sociedad de mujeres y hombres verdaderamente libres. Una sociedad basada en la solidaridad socialista y libertaria.