[La columna de Martín Yeza – 24/9/07]
Con esta nueva era, de las cámaras fotográficas para todo el mundo, las grandes pinturas de la historia, los textos de todos los tiempos, el deporte globalizado, un cuaderno y una lapicera, un lápiz y una servilleta, el mundo y el universo, todo a nuestro alcance.
Prendemos la computadora, abrimos un fotolog y vemos que una persona en algún lugar del mundo acaba de retratar un hada besando una hoja de eucalipto debajo del rocío de la mañana. Vamos a youtube, ponemos Messi o Maradona, y vemos el gol al Getafe, o a Inglaterra.
Nos metemos en una comunidad literaria y vemos que millones de personas en todo el mundo, piensan a diario en cómo sacarle una sonrisa a alguien o cómo hacer un modelo digno de un Neruda, un cuento de Cortázar o del negrito Fontanarrosa.
Vamos al trabajo, observamos a nuestro jefe y notamos la experiencia en el manejo de circunstancias que solo se aprende con la vida.
Vamos a la facultad y conocemos alguna idea que quizás se nos ocurrió pero que jamás se nos cruzaría por la cabeza dedicar nuestra vida a indagar lo suficiente como para escribir un libro sobre ella, nos vemos maravillados.
Una charla en el café, con un amigo o una amiga, sobre política, haciendo futurología (barata o no, pero entretenida al fin de compartir ese cafecito).
Una cerveza, tradición semanal, escuchando música, esperando a que pasen “ese tema”, que quizás escuchás todos los días en tu casa y ya estas medio cansado, pero cuando suena “ahí” es totalmente distinto.
El amor, el amor, el amor. Hacer el amor, recibir un beso, una caricia, devolverlo, todo un arte.
Hacer dibujos o escribir textos que solo uno puede entender, con el fin de sentirnos un poco incomprendidos en un mundo que se obsesiona con encasillarnos en modelos prefabricados.
La belleza, no me atrevo a definirla, porque eso le corresponde a su hermana(mayor o menor, depende de quien la conozca y cómo) la razón, por eso me concentro en buscarla, porque cada vez que la encuentro me hace feliz y enriquece mi memoria, es la que forja mi mundo ideal y la que hace que se achique la brecha entre sueño y vigilia.
Por Martín Yeza
Hola. La verdad es que el articulo me pareció excelente, el inicio con un interrogante, y vaya interrogante y la descripcion desde la cotidianeidad absoluta del contexto contemporáneo, de sus cambios, visibilizándose claramente en la tecnologÃa, y encontrándole desde tu escrito la belleza y utilidad a eso, me encantó.
Ademas que todo lo que planteas se vincula en y con relacion a un otro, a esta necesidad de romper con lo establecido, con la fragmentaciòn, con lo impuesto (como este texto), a la belleza indiscutible de contruir con el otro.
Agrego una pregunta, vos decis al final, que la razon es la que buscas por lo que ella permite, como “achicar la brecha entre sueño y vigilia”, entonces, ¿que papel jugarÃan por ejemplo, los sentidos en esa busqueda, que exceden a la razon, y permiten enbellecer ese mundo?
¡¡Perdon por la extensión!!
Te agradezco la lectura y el análisis Silvana.
Los sentidos, creo yo, son en sí mismos bellos, más aún cuando uno se decide a explorarlos introspectivamente, desde lo que son hasta lo que producen y representan.
No creo que nada exceda a la razón, pero, sin otorgarle demasiado poder a la razón, creo que todo pasa por un proceso inteligible y en definitiva, lo que nos hace valorar o avisorar lo bello, es justamente la elaboración de juicios concretos que nos ayuden a comparar circunstancias.
Te mando un abrazo, espero que se continúe el debate.
Hola Martin! nada que agradecer, es un placer poder intercambiar, debatir, crecer desde la construcción conjunta. Soy yo quien debe agradecer por tu respuesta.
Qué es la belleza sino aquello que nos representa, que nos reconforta, no?
Sin querer, creo que entramos en un debate filosófico que desde antaño es tema de discusion, la dualidad sentir/pensar, objeto/sujeto.
El riesgo que me parece que corremos, cuando sobrevaloramos a la razón, es creer que ella es la unica que nos permite ser, y no creo que siempre sea así, en tanto que lo bello no sólo surge desde la comparación y desde el juicio, sino también, es visible cuando algo nos moviliza,nos conmueve, nos da felicidad, tristeza, desde algo que viene antes del proceso inteligible…a eso me refería a que excedían la razón, quizás el término fue incorrecto, sino que anteceden a la razón…en cuanto a mecanismo de racionalización y abstracción absoluta.
Un beso grande, “que no se corte”
Silvana