Jean Paul Sartre. La vigencia y potencia de un pensar y accionar filosófico

Por Carlos Solero
Más allá de las modas intelectuales hay pensamientos y acciones que mantienen su vigencia y potencia porque incitan a acciones a favor de la solidaridad social y la libertad. Desde nuestra perspectiva es pertinente evocar a Jean-Paul Charles Aymard Sartre, conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre. Fue un filósofo francés nacido en París el 21 de junio de 1905 y falecido en esa ciudad europea el 15 de abril de 1980.
Precursor de la corriente existencialista, activo participante de la resistencia antifacista durante la Segunda Guerra Mundial cuando gran parte del antiguo continente estaba ocupado por las tropas del nazismo hitleriano alemán.

El compromiso de Sartre no fue sólo teórico. Fue un protagonista singular del pasado siglo XX. La novela La naúsea, la que fue escrita secuencialmente entre 1931, 1934 y 1936, se publicó como versión definitiva en 1938. Es una aguda reflexión sobre la cosificación, la alienación, la deshumanización y el agobio a que someten las sociedades contemporáneas a las personas. Posee las marcas de la etapa inicial de la formación sartreana con fuertes influencias de la fenomenología de Edmund Husserl y las concepciones filosóficas de Martin Heiddegger, lecturas que Sartre frecuentó tempranamente. Autor además de la trilogía Los caminos de la libertad, escrita entre 1945 y 1949, en el período de la Segunda Postguerra Mundial. Componen la obra las novelas: La edad de la razón, El aplazamiento y La muerte en el alma.

Las palabras (1964), es un libro el que evoca sus primeros años, su niñez y juventud frente a lo que Borges mencionó poéticamente como “el paraíso de una biblioteca”.

La lucha por la liberación del pueblo argelino como súbditos del estado francés contó con su apoyo explícito, prologó el libro de Franz Fanon Los condenados de la tierra, que incita a la rebelión contra la opresión imperial.

Entre sus obras teatrales se destacan entre otras: A puertas cerradas, Las manos sucias, La mujerzuela respetuosa, El engranaje.

Jean Paul Sartre cultivo también el ensayo como género de reflexión filosófica legando a los saberes del género humano obras fundamentales como: La imaginación (1936), La trascendencia del ego (1938), El ser y la nada (1943), El existencialismo es un humanismo (1945-1949), Crítica de la razón dialéctica (1960).

Entre muchos otros los siguientes pensamientos de Sartre son una interpelación que muestra la vigencia de sus planteos: “Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia.” “Soñar en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir.” “No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro.”

Sin categoría

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *