Momento 1: Fin de las funciones de Abel
Natasha Oupi grita a Abel: “tus funciones han terminado, andate”. Abel le pide que lo haga por escrito, ella se niega. Apenas y con los nervios haciéndole una mala jugada, Abel no comprende el sentido de tamaña violencia, intenta escribir, balbuceando sobre lo ocurrido. Antes recurre a Froncini lo interpela, le exige una definición, pero Froncini, ubicado en el otro lado dice –desde un intento de argumento-: No fuiste a Gayo. Alterado y con la voz que le quedaba Abel responde no estaban los viáticos. Se va, termina el escrito, se aproxima a la mesa de entrada, hace el intento de presentar esa pequeña expresión humana debilitada por el exceso de maldad reinante. No tiene en cuenta que ahí, casi de la nada, aparece Berez, quien ordena y grita: “no reciban la nota”. Prevalece el deber y el escrito se reconoce en el sello y la firma de quien sostiene cierta racionalidad institucional. Juana sin estudios, pero sabia en sensibilidad, condenada a fregar, solloza, no puede soportar el clima, igual cumple órdenes, lleva la nota, Natasha rompe el pequeño resquicio institucional que quedaba. El aire se corta, el oxigeno se escapa, todo por el mismo precio y en nombre de un Estado de Derecho y a través de una profesional de lo jurídico.
Momento 2: Los Amigos de Martone
Atrás Martini recibe la orientación necesaria, se le aproximan Martola, Sincosta y Natasha Oupi. Juntos delinean la continuidad de la obscenidad, desde esos objetivos, se animan y producen.
Momento 3: Las lágrimas de Laira
Laira dice “no avalo las formas”, lagrimea, convence a algunos, no está de acuerdo con los despidos, dice que no es gente de Martini, apenas si su suegra es amiga del Gobernador. Habla de tregua, reconoce que la culpa es de Noria. Realiza el trabajo de un sacerdote –aunque al revés-, llama de a una, se confiesa, dice -mientras no deja de llorar, no sé si sigo.
Momento 4: Tratamiento para la opresión
Indrea, Marian y Naty van a la marcha mientras la libertad cura la herida causada por la opresión. Regresan a la peste. Miran la espada de Damocles firme para ser asestada y casi sin opciones, inician el camino a la Comisaría, se exponen nuevamente en la búsqueda de alguna protección salvadora.
Momento 5: Limpieza de ratas y muertos de hambre
María Grostina siente el vértigo de la presión, le rodean, le observan, le cierran, le niegan el desayuno, un control desmesurado le aprieta y corroe el alma, se debilita. Pregunta, se esgrimen falsos argumentos referidos al supuesto robo de documentos, precisan que si bien se trabaja en la Administración Pública, las oficinas son privadas. Siente que va a enloquecer, parece que nadie visualiza la dimensión que adquiere la locura, tiene ganas de gritar, inventa una necesidad, verbaliza el deseo de ir al baño, pide permiso. En el sanitario recibe el llamado de una radio, era Mercedes Bosquez. Allí en ese cubículo emerge, toca la libertad, vuela, su voz se expande, recorre la provincia, relata el encierro, el manicomio está ahí. Pero el instante se esfuma, y comprende el costo del regreso a su oficina, le pesan las alas. Orienta el camino, llega, pero una puerta como obstáculo feroz la separa de su oficina, en la que había sobrevivido lo único humano que reconoce: su cartera azul, diáfana como el cielo de afuera. Pretende el ingreso, no puede. De nuevo Natasha. La ve y recuerda que tiene casi la edad de la democracia y en esas imágenes con que le sorprende la mente, no puede comprender cómo y de donde se nutre de recursos violentos, irracionales, dictatoriales. Natasha grita, le despide, mientras arroja la cartera por el aire.
Natasha sonríe, la felicidad ilumina su rostro. Finaliza “estamos limpiando la casa de ratas y muertos de hambre”.
Momento 6: Discursos de paz en contextos de violencia
Froncini se les acerca, habla, esgrime estrategias pacíficas, “cortemos con las marchas, hay que recuperar el diálogo, nunca se les faltó el respeto, nadie violó ningún pacto, no está en nuestras manos resolver este problema, hubo confusión, se bajó mal la información.
Conclusiones para cerrar momentos
En Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=Zqo0ewa1zgs) se difunde un video de la Dirección Programación y Acción Social de Corrientes, organismo que se define con números de la Asistencia Integral de Comunidades en Riesgo Social, en segundo lugar refieren al apoyo que reciben los celíacos. La Subdirección muestra -también en números- las pensiones no contributivas y graciables de ex combatientes y adultos mayores. Y punto, no hay más.
No se sonrojan cuando hacen pública ésta miseria de política. No registran la violencia implicada en éstas acciones meramente asistencialistas, frente a un escenario social complejo, diverso, con cifras de pobreza que no permite relajarnos. Se convierten en los responsables directos de este escándalo, sostenido día a día. Y hasta prefiero para la delineación de estos objetivos un ámbito privado, pero no, los muertos de hambre, las ratas o rateros como a ellos les gusta decir en forma despectiva e irónica, merecen de una sana intervención, realizada en el único ámbito posible, -el público- en el cual se implementan las Políticas Sociales.
Cierro los momentos, sueño en las rupturas indispensables, en la construcción de metodologías abiertas, en el profundo sentido que adquiere la Planificación Estratégica, en su esquema conceptual, en el análisis de la situación, en la Investigación del Problema, teniendo en cuenta la visión, los escenarios, el análisis prospectivo, los actores y la articulación que corresponde.
Las cosas por su nombre: Me voy, seguiré con otras construcciones profesionales. Espero que ellos se vayan, al menos de éste lugar, al cual deberíamos transformarlo en eso que su nombre lo indica: Desarrollo Humano.