En relación a la Resolución JG N° 1/12 (FAAPSS). Paraná, 14 de Abril de 2012
Por José A. Figueroa
En mi calidad de docente-investigador de la Carrera Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan, expongo en esta Carta Abierta una serie de reflexiones, motivado por el CONSIDERANDO de la citada Resolución de la FAAPSS, entendiendo que los argumentos presentados en dicho documento (donde se sostienen las “razones” por las cuales se justificó que el día 10 de diciembre sería el nuevo Día del Trabajador Social en Argentina), carecen de rigurosidad histórica.
Por otra parte, la utilización decorativa de las palabras “religioso” y “católico” (como si fuesen evidentes por sí mismas) es la prueba fehaciente de una renuncia a la tarea intelectual. Correcto hubiera sido el uso de las categorías “integrismo nacionalista”, “nacional-catolicismo” o “catolicismo integral”, por ser éstas epistemológicamente pertinentes.
Conjuntamente, la retórica de la Resolución está basada en un ardoroso paternalismo que exime a toda la comunidad de Trabajo Social del fatigoso derecho a formarse una opinión propia. De un modo bastante generoso – tanto en la decisión de destituir el día 2 de julio como en instituir el día 10 de diciembre- frente a aquella decisión tomada el 14 de abril, hemos sido desposeídos de nuestro juicio: algunos han deliberado (y mal) por nosotros, algunos han opinado (y mal) por nosotros y algunos redactaron (pésimo) para, finalmente, dejarnos nada, salvo el simple “derecho” de aceptación. Debo recordar en este sentido que “democracia delegativa” es un modelo político de pura cuna neoliberal que promueve una ciudadanía de baja intensidad, una democracia sin ciudadanos. Y ese ha sido –contradictoriamente– el dispositivo aplicado “para avanzar en la calidad institucional, en la pluralidad de pensamiento, en la democratización de las relaciones profesionales” (según se expresa en la Resolución, -en adelante RJGN°1/12-). De nada vale, que luego se pretenda barnizar como “democrática” una decisión de elites.
Antes de cerrar, es necesario resaltar que la Resolución en cuestión hiere un registro de profundo valor para la subjetividad tanto singular como colectiva: la identidad. La hiere cuando trata livianamente su resignificación, desconociendo los procedimientos pertinentes para que su inscripción tenga eficacia material y simbólica; faltando al registro histórico; utilizando términos que no tienen estatuto de categorías que estén al servicio del pensar sino que obturan y ocultan los sentidos vivificantes que toda identidad necesita para ser incorporada. La hiere cuando -primero y antes que nada- no cancela con argumentos genuinos la herencia maldita sobre la que se sustentó aquel lejano 2 de julio.
Por último, debo expresar mi más profundo desconcierto, al ver que la Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social (FAUATS) en reunión de Comisión Directiva de fecha 8 de Marzo de 2012, decidió adherir a la propuesta presentada por la Comisión Directiva de FAAPSS, según consta en la RJG N° 1/12. Un verdadero salto cualitativo (al vacío) de nuestra jerarquía académica.
EXORDIO
Teniendo en cuenta que se entiende por considerandos a cada una de las razones esenciales que preceden, y sirven de fundamento a un fallo o dictamen, es preciso señalar que en un texto -que podría haber aspirado a merecer la categoría de documento instituyente- se cuidara con celo el desarrollo de la línea argumental, la consistencia semántica, la congruencia gramatical, la correcta utilización de los signos de puntuación y la estructura sintáctica, entre otros elementos importantes para su redacción. Todos estos términos hubieran concurrido a dar forma al contenido del texto, garantizando que el sentido que pretendió transmitirse fuera lo menos impreciso posible. La Resolución, es un claro ejemplo de todo lo contrario.
Por otro lado, el uso del aparato conceptual e interpretativo pertinente para fundar los razonamientos actuales sobre los eventos históricos, merecería haberse realizado sobre la mayor cantidad posible de evidencia empírica: documentos, publicaciones, testimonios, etc. a fin de haber evitado caer en una suerte de abdicación intelectual por el sentido común. Es por ello que ni los hechos ni los actores mencionados han sido trabajados con rigor historiográfico ni epistémico. Se ha erigido una “verdad de sentido común” como verdad ontológica, todo lo cual remite a una peligrosa característica propia de una disciplina como el Trabajo Social. Haber propuesto una “hipótesis causal segura” sobre la relación entre catolicismo/Marta Ezcurra/UCISS/2 de julio, es un perfecto ejemplo “desencantador” sobre la explicación en historia, ya que se basa en una entelequia.
No existe ninguna huella documental sobre la misteriosa propuesta realizada en el marco de las “II Jornadas Nacionales de Servicio Social” de 1961. Lo que sí existe alrededor de este hecho es un mitoi. La función del mito es vaciar la realidad. El mito es un habla despolitizada. El mito no niega las cosas, al contrario, las purifica, las vuelve inocentes, les da una sinceridad que no es la de la explicación, una sinceridad feliz: las cosas parecen significar por ellas mismas. Al pasar de la historia a la naturaleza, el mito destruye la complejidad de los actos humanos, les da la simplicidad de las esencias, elimina todas las dialécticas, organiza un mundo sin contradicciones porque no tiene profundidad, un mundo abierto de par en par, un mundo evidenteii.
Unido a aquello, huelga decir que nuestro compromiso ético-político con los Derechos Humanos está articulado con la memoria, la historia y la identidad. Lamentablemente, dicho vínculo, ha sido omitido en la Resolución.
Sabemos que la condición parlante del ser humano, reviste un aspecto de inasibilidad plena del objeto y su representación. Que la palabra bordee al significante, habla del esmero que debe disponerse al momento de emitir por medio de un registro escrito, un pronunciamiento en nombre de un colectivo. En este sentido se vuelve pertinente señalar algunas expresiones vertidas en el CONSIDERANDO de la RJGN°1/12, emitida en la ciudad de Paraná el día 14 de Abril de 2012 por la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social.
En el CONSIDERANDO de la misma, se indica
“QUE hasta el día de la fecha se venía celebrando el 2 de julio como Día del Trabajador Social en Argentina, fecha que tenía un origen religioso, ya que fue la asistente social Marta Ezcurra quien propuso la misma en 1961 coincidiendo con la liturgia católica de entonces que ese día celebraba el Día de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y esto tenía que ver también con el hecho de que Marta Ezcurra era miembro de la UCISS, la Unión Católica Internacional de Servicio Social, con sede en Bélgica, institución ésta que influyó en la creación de las primeras escuelas latinoamericanas de Servicio Social, en tanto que en Argentina por entonces las escuelas católicas lideraban la profesión y las estructuras de las asociaciones y colectivos profesionales”(RJG N° 1/12; ver completa en el ANEXO)
Dando cuenta en primer lugar, que las locuciones o expresiones conjuntivas (ya que, puesto que, pues…) introducen una explicación de por qué se produce el hecho expresado en la oración principal, el sentido que emana de este párrafo alude a que “el 2 de julio es una fecha de origen religioso ya que (puesto que, pues…) fue la asistente social Marta Ezcurra quien la propuso”.
Si el argumento principal quería hacer referencia a que en dicha fecha se celebraba una festividad mariana y que por ello, está dentro del Calendarium Romanumiii de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, debería haber sido redactado de otra manera y no del modo en que fue hecho. En la redacción infortunada, el error de sentido que emana es que el 2 de julio tenía un origen religioso porque Marta Ezcurra lo propuso, lo cual es un absurdo.
El 2 de julio es una fecha de origen religioso porque en el año 1390 el Papa Bonifacio IX promulgó la bula “Superni Benignitas Conditoris”, con la cual extendía a toda la iglesia occidental la nueva festividad mariana; el documento lleva la fecha oficial del día de la coronación del mismo Bonifacio IX, es decir, el 9 de noviembre de 1389. Adquiría así vigor de ley todo lo que ya Urbano Vl había establecido, a saber: que la fiesta de la Visitación se celebrara el 2 de julio con rito doble y que tuviese vigilia y octavaiv.
Al mismo tiempo, la citada RJGN°1/12, señala que “esto” (utilizándose el pronombre demostrativo –cuya función es dar cohesión al texto–, inmediatamente posterior a la frase que dice “coincidiendo con la liturgia católica de entonces que ese día celebraba el Día de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel) “tenía que ver también con el hecho de que Marta Ezcurra era miembro de la Unión Católica Internacional de Servicio Social”. Se vuelve pertinente preguntar ¿A qué se refiere “esto”? ¿Quizás a qué por ser Marta Ezcurra miembro de la UCISS, propone que el día de la “Visitación de la Virgen María”, sea el día de celebración en Argentina de la profesión, por influencia directa de aquella organización belga?
La clave interpretativa de la presencia del catolicismo en la historia política y social del período de entreguerras, donde la profesión alcanzó su institucionalización, sí tiene que ver; como también es igual de pertinente analizar una de sus dimensiones clave: el “intelectual católico”v por su dependencia simbólica (no sólo a su fe, sino a las directivas de la jerarquía eclesiástica) y obviamente a las contradicciones que lo atraviesan. Esto también tiene que ver.
Lo que no tiene nada que ver, es considerar a la UCISS como factor determinante de una “ideología hegemónica” en el pequeño escenario del trabajo social. Dentro del proceso sociopolítico general que despliega la Iglesia Romana en el país, hechos como la condensación del catolicismo como “ideología nacional”vi (donde se superponen Patria e Iglesia), la invalidación de la Constitución (en cuanto no concordante con el Derecho Canónico), la negación de iguales derechos de ciudadanía a quienes no profesaran la catolicidad, la impugnación en bloque de la cultura laica, son elementos concretos de un completo proyecto político y social “restaurador” que confronta de lleno con el proyecto civilizatorio de la modernidad.
Por ende, sostener que Marta Ezcurra estaba influida por la UCISS es un pleonasmo; pero es un disparate mayor sostener que el “catolicismo” (–en tanto proyecto hegemónico– se debe a una institución con sede en Bélgica. No es Bélgica, en todo caso, es El Vaticano. Esto no es un error menor.
La identidad nacional, cristalizada como “católica”, se convirtió en el punto nodal de un discurso -que se presentó como “doctrinario” e inmutable- vertebrado en valores excluyentes. Como la filiación católica se constituyó en un rasgo excluyente de la identidad nacional, se superpuso la categoría de “católico” a la de ciudadano. Quien estaba fuera de lo nacional-católico, estaba fuera de toda legitimidad. Hubo un intercambio de roles entre las instituciones religiosas y las militares. Defender esta versión del catolicismo era defender la esencia nacional. De ahí que el Estado se transformara en custodio de la ortodoxia católica. Mientras que los militares se transformaron en teólogos del catolicismo nacional, importantes sectores católicos se militarizaron. La negación de la dignidad de la ciudadanía a quienes no cabían en estos límites de lo “católico”, fue el caldo de cultivo de la represión. Los enemigos, deshumanizados, eran traidores a la patria, un peligro para el alma de la Nación.
Esto llevó, asimismo, a la persecución de todas las formas de “lo diverso”: la inmigración portadora de otras culturas, las Iglesias reformadas y, hacia fines del siglo XIX, al rechazo de la población judía, un antisemitismo “criollo” que se profundizará más adelante. La ley de sufragio universal, las de enseñanza laica y de matrimonio civil, así como todas las que abrían espacios a la participación, fueron combatidas por “ilegítimas”, lo que justificó la convalidación de todos los golpes de estado clerical-civico-militares que, desde 1930, se sucedieron en el país y cuya confrontación con los proyectos nacional-populares culminarán en el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” de 1976.
Esta “legitimidad” guió la práctica en los espacios públicos de todos aquellos quienes hicieron de su condición de “católicos” una categoría política, (la que debe ser necesariamente diferenciada de una condición de fe). “Católicos” fueron quienes con la “cruz y la espada” buscaron imponer a toda la sociedad –mediante la conquista del Estado- un orden fundamentalista, autoritario, reaccionario y antiliberal: una “nación católica”.
La equivocación en este tópico, es técnicamente injustificable.
Quizás lo que quisieron explicar quienes redactaron la RJGN°1/12 fue que al ser Marta Ezcurra miembro de una institución internacional vinculada orgánicamente a la Iglesia Católica Romana -como la UCISS- era lógico entonces que prosperase la propuesta del 2 de julio como fecha emergente de una doble identidad: ser católico y ser profesional, elementos estos, presentes –según la Resolución- en la mayoría de los centros de formación o círculos profesionales en esa época.
Pero aquí existe una discordancia y además una anacronía: lo que hubiese sido esperable de los colectivos profesionales e intelectuales vinculados al movimiento católicovii, debiera haber ocurrido treinta años antes. Citaré dos ejemplos pertinentes:
El “Consorcio de Médicos Católicos”viii: el interés específico, en tanto grupo social, fue conformar una moral médica católica y hegemonizar la profesión obteniendo la conducción moral de sus pares. En el año 1941, obtuvieron -por parte de la Universidad de Buenos Aires- que el Día del Médico se celebrara en coincidencia con el santoral de la festividad de San Lucas (18 de octubre)ix;
La “Asociación Católica de Enfermeras”: esta entidad fue fundada por -el tristemente célebre- Mons. Miguel De Andrea en el año 1935, y fue él quien ese mismo año instituyó la celebración del día de la enfermera eligiendo el onomástico católico del día de homenaje a Nuestra Señora de los Remedios, Virgen. (21 de noviembre). Como vemos, ambas fechas coinciden en ser conmemoraciones confesionales, religiosas, específicamente católico-romanas. Otra coincidencia es que ambas asociaciones son declaradamente “católicas”. Y finalmente, las dos fueron instituidas en la época en que el movimiento católico se lanzaba a “recristianizar” la sociedad.
Surge entonces un par de interrogantes interesantes: el año 1961 -que señala la Resolución- ¿no deja acaso espacio para una duda razonable el hecho que Marta Ezcurra esperase treinta años para realizar la propuesta del 2 de julio?, ¿Por qué no lo hizo cuando en el país existieron inmejorables condiciones (el “renacimiento católico de los años ´30”)xxi para instalar dicha fecha?.
Por otro lado, la Resolución menciona vagamente unos eventos históricos al decir “creación de las primeras escuelas” o “en Argentina por entonces” sin situarlos temporalmente, dejándolos a la libre interpretación. Lo que sí afirma es que existió una relación de peso de las “escuelas católicas” ¿sobre cuáles otras?, ¿fueron acaso las primeras?.
Es en esta parte esencial de la RJGNº1/12 donde se advierten otras aberraciones de orden histórico (y no sólo de estructura lingüística o nulo rigor metodológico):
MARTA EZCURRA (El azote de Dios)
Marta Ezcurra era “católica”xii, antes de entrar en contacto con la UCISS. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio del Sagrado Corazón de la localidad de Almagroxiii (Buenos Aires) y egresó en el año 1915. Desde esa fecha hasta 1925, estuvo ligada a varias obras apostólicas, de caridad, beneficencia y filantropía a saber: la Congregación de las Hijas de María, la Liga de Damas Católicas, el Apostolado de la Oración, las Cooperadoras Salesianas, la Congregación de los Padres Vicentinos y -por ende-, la Conferencia de Damas de la Sociedad San Vicente de Paul, el Taller de Santa Rita de los Padres Agustinos, la Unión Noelista Argentina de los Padres Asuncionistas y de las Hermanas de la Asunción (donde realiza su primera experiencia editorial con la Revista Noel), y su primer ensayo de trabajo en la asociación no confesional “el Centavo”. Es el momento en que se produce –sobre todo en Buenos Aires- una “explosión benéfica”xiv, cuando una gran red de sociedades de beneficencia y de asistencia se comienza a consolidar a partir de los años del cambio de siglo. Su devoción mariana y su desempeño apostólico en aquellas tareas de acción social, la llevaron a ser Presidenta de la Congregación de las Hijas de María hacia fines de 1925. Por otro lado, ha comenzado a acumular una gran experiencia en torno a la “minoridad”: participa en el voluntariado creado por medio de la Reglamentación de la Ley N° 10.903 en carácter de delegada honoraria e inspectora de libertad vigilada al servicio de la justicia de menoresxv. Su calidad de “amateur” terminará cuando se reciba de Asistente Social en el Museo Social Argentino. Este hecho la llevará a abandonar su lealtad primaria hacia toda la red de instituciones de beneficencia.
Marta Ezcurra decide cursar sus estudios universitarios en la flamante Escuela de Servicio Social del Museo Social Argentino en 1930. La Escuela de Servicio Social, dependiente del Museo Social Argentino, estuvo bajo la dirección del Dr. Alberto Zwanck. Su inicio, coincide con la unión del Museo con la Universidad de Buenos Aires, convirtiendo a dicha Escuela en un Instituto Universitarioxvi. El proyecto del Museo Social Argentino, fue un experimento político-académico –no confesional– de la oligarquía conservadoraxvii. Nada tuvo que ver la UCISS en la puesta en marcha de la Escuela dirigida por Zwanck, ni Marta Ezcurra tuvo ningún motivo vinculado a su fe que le impidiera recibirse allí de Asistente Social. La razón hay que buscarla en los intereses mancomunados que Iglesia y Oligarquía sostienen frente a la cuestión social y que emergen del clima social y político de la épocaxviii. Forman parte de la Comisión Directiva del MSA Carlos Ibarguren y Enrique Uriburu –flamantes autoridades con lazos familiares del General Félix Uriburu– quien en esos días daría el Golpe de Estado contra Hipólito Irigoyenxix.
La Escuela de Servicio Social, comienza sus actividades cuando la dictadura del General Félix Uriburu ha decretado la pena de muerte en todo el territorio nacional, disuelto en Congreso e intervenido las provincias y universidades. Cuando la Sección Orden Social de la Policía Federal Argentina llena las cárceles de presos políticos; cuando el Comisario Leopoldo Lugones (h) “inventa” la picana; cuando el régimen contaba con la adhesión de la organización nacionalista y fascista, Legión Cívica Argentina. Nada es casual, como tampoco lo es la genealogía familiar: los Uriburu están emparentados con los Ezcurra y viceversa.
Marta Ezcurra en 1931 –y mientras cursa su segundo año de estudios en la Escuela de Servicio Social del MSA- inicia su militancia orgánica en la Acción Católica Argentinaxx. Es ella la que organiza y funda la Asociación de Jóvenes de la Acción Católica por expreso pedido del ex Vicario General del Ejército, Segundo Obispo Auxiliar de Buenos Aires y futuro Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Santiago Luis Copello. Es este quien la unge como Presidenta del Primer Consejo Superior Provisorio de las Jóvenes.
La creación de la Acción Católica Argentina, formaba parte del gran proyecto global de la Iglesia de Roma -bajo el pontificado de Pio XI- quien subordinó todas las organizaciones de laicos a la jerarquía eclesiástica para ofrecer una guerra total a escala planetaria y restituirle el trono a Cristo Rey.
Marta Ezcurra alcanza el mérito de ser el modelo de militante de la Acción Católica Argentina. Las jóvenes –por ella organizadas- constituyeron el sector más dinámico en el crecimiento de la ACA en todo el paísxxi. Por eso será ella quien tendrá el honor de viajar a Roma en 1932 enviada por el futuro “príncipe de la Iglesia” y primer Cardenal hispanoamericano: el aristócrata clerical e integrista Santiago Luis Copello, Arzobispo de Buenos Airesxxii.
Pio XI recibía en Roma a una mujer que le llevaba un informe encuadernado en cuero blanco. Era la primera memoria de la institución que ella había organizado –apenas un año antes- en Argentina. Una audiencia privada –absolutamente personal- con el Sumo Pontífice no la tiene cualquiera… Marta Ezcurra sí. Había demostrado ser la mejor alumna y el mejor soldado de la gran cruzada integrista en Argentina.
Marta Ezcurra egresa de la Escuela del MSA como Asistente Social en 1933. Es la época de oro del catolicismo integralxxiii que busca –a través de la Acción Católica- recristianizar la sociedad argentina y alcanzar el objetivo ordenado por Pio XI: Instaurare Omnia in Christo, y así implantar la Nación Católica. A esta altura de su vida, conoce muy bien a dos de sus distinguidos profesores del MSA: el Dr. Luis Agotexxiv y el Perito Francisco P. Morenoxxv. El guía espiritual –e instructor militar– de estos dos exponentes y “guardianes de la argentinidad”, había sido Mons. Miguel de Andrea doce años antes. Como doce años antes, la Liga Patriótica Argentina bajo la jefatura de Manuel Carlés, convocó a las mujeres católicas bajo el lema “Patria y Orden” y estas desplegaron una amplia tarea focalizada en los barrios obreros en torno al mensaje del “Cristo Blanco” (del amor) contra el “Cristo Rojo” (del odio)xxvi. ¿Ya adivinan quién anduvo por allí?
Marta Ezcurra es nuevamente convocada por el movimiento católico entre 1933 y 1934 (cuya labor se extenderá hasta mediados de 1945). Esta vez estará bajo las órdenes de Mons. Miguel de Andreaxxvii. Su actual “pastor” es el mismo que en un encendido discurso bautizado “Oración Patriótica” -en ocasión de los fastos oligárquicos del Centenario- tildó de “Feliz Provocación” los sucesos de la “Semana Roja”xxviii de 1909. Miguel de Andrea (haciendo honor a su nombre de ángel guerrero) tuvo un papel decisivo y públicamente reconocido en la presentación en sociedad del brazo armado del nacional-catolicismo: organizó, legitimó y equipó la “Liga Patriótica Argentina”xxix.
Marta Ezcurra, llegará a ser parte fundamental del Secretariado Económico-Socialxxx entre 1936 y 1946 de la Acción Católica Argentina de la mano de Mons. de Andrea. Entre sus reconocidos y estratégicos servicios interpelará y movilizará militarmente a la infanciaxxxi en ocasión del XXXII Congreso Eucarístico Internacional de 1934xxxii, reorganizará a las Juventudes Obreras Católicas, incentivará la creación de sindicatos católicos y paulatinamente se convertirá en una reputada intelectual al editarse sus primeros libros por parte de la Acción Católica Argentina (1938) y relacionarse con tres exponentes: Gustavo Martínez Zuviría (alias Hugo Wast)xxxiii, Atilio Dell’Oro Maini (Cursos de Cultura Católica)xxxiv y Mons. Gustavo Franceschi(Director de la Revista Criterio y Asesor Eclesiástico del Secretariado Económico-Social).
Marta Ezcurra verá coronado su recorrido profesional cuando Mons. de Andrea la recomiende ente el Cardenal Santiago Copello quien no duda un instante en nombrarla como Directora Técnica de la Escuela de Servicio Social del Instituto Superior de Cultura Católica, cargo que ocupará entre 1941 y 1945. Es en este último año que establece dos contactos estratégicos: con el Embajador de los Estados Unidos Spruile Bradeny Angélica Fuselli, Delegada Argentina ante la Comisión Interamericana de Mujeresxxxv. En 1943, organiza la Segunda Conferencia Nacional de la Infancia Abandonada y Delincuente del Patronato de la Infancia. Con estas cartas de presentación, será Jefa del Servicio Social de la Unión Panamericana en la Organización de los Estados Americanos –OEA- en 1950, luego pasará a desempeñarse en las Naciones Unidas –ONU- entre 1952 y 1954. Residirá en Nueva York por cuatro años.
arta Ezcurra asume la Dirección de la Escuela Católica de Servicio Social de Caracas (Venezuela)xxxvi en 1946. En esa institución, se desempeñará hasta 1947. Su nombramiento llega a raíz del proyecto de la “Unión de Damas de la Acción Católica” de crear una “escuela católica de servicio social” en Caracas, Venezuela. Ya con el aval del Nuncio Apostólico Mons. Cento, y al no contar con una Directora, le trasmiten la inquietud a la Presidenta Internacional de la Juventud Católica Cristine de Hemptinne para que ella interceda ante la UCISS y agilice la búsqueda -entre las escuelas de servicio social de Sur América- de un profesional que acepte asumir la dirección. Quien estuvo a punto de asumir en ese cargo, era otra compatriota: Margarita Calventoxxxvii, quien tiempo después y recomendada por Marta Ezcurra, sí lo haría. (Una curiosa pirueta del destino hará que esta trabajadora social católica, cruce su estadía en Venezuela con el Comandante Che Guevara en 1952, -aunque entonces ninguno de los dos lo sabía-)xxxviii. Marta Ezcurra renuncia al cargo en el Instituto Superior de Cultura Católica para asumir la dirección de una ignota carrera en Venezuela. Los hechos que desembocan en el 17 de octubre en Argentina favorecen la “curiosa” decisión. En aquel país, renuncia en 1947, dejando trunco su compromiso, ya que no estará presente cuando egrese la primera cohorte que ella dirigió. Más allá de estos misterios, queda muy claro que la UCISS no era una entidad soberana o paralela al poder eclesiástico de la época, y que “creara” -alegremente y por su propia cuenta-, escuelas de servicio social en la Regiónxxxix.
Es el 19 de septiembre de 1955. Las cinco torres del “17 de Octubre”, se movieron lenta y armoniosamente. Los quince cañones principales de 152 mm apuntaron a la destilería “Eva Perón” en La Plata. El mismo movimiento hicieron los otros ocho cañones secundarios de 127 mm. (Una andanada de esa artillería, podía enviar a un blanco situado a 24 Km. una tonelada de explosivos al unísono). Su gemelo “9 de julio” acaba de rendir Mar del Plata. El Capitán de Fragata Alberto de Marotte es quien dá la orden de hacer fuego naval sobre la ciudad. Las salvas de sus quince cañones principales siembran muerte y destrucción en la “Ciudad Feliz”. Es la prueba de que se habla en serio. El Almirante Isaac Francisco del Angel Rojas lanza el ultimátum: “La próxima operación va a ser sobre las destilerías de petróleo de La Plata, y si usted no presenta la renuncia, seguiremos hasta la destrucción de los tanques de Dock Sud”. El Presidente Constitucional Juan D. Perón -que asumió su segundo mandato con el 60% de los votos- es obligado a renunciar. La “Revolución Libertadora” acaba de triunfar. El 23 de septiembre, el General Eduardo Lonardi (que dió comienzo a la sublevación en Córdoba el 16 de septiembre) ocupa de facto la presidencia de la Nación. Su “vice” será el Almirante Isaac Rojas.
Apenas han pasado cuatro meses de aquel 16 de junio en que 38 aviones han bombardeado Plaza de Mayo arrojando 14 toneladas de explosivos de fragmentación y metralla sobre la población con el grito de guerra: “Cristo Vence”.
“Yo os digo que nunca un pueblo es tan grande como cuando está de rodillas ante Dios, y nunca es tan pequeño como cuando se postra de rodillas ante un hombre”. Son las emocionadas palabras del sermón de la Hora Santa que resuenan en la Basílica del Santísimo Sacramento. Las pronuncia el confesor de Pedro Eugenio Aramburu, Rvdo. P. Iñaqui de Aspiazu. Es el 15 de junio de 1955. Son las últimas horas de ese día. La Sagrada Congregación Consistorial excomulga “de jure” al Gral. Perón, por decreto firmado por el Cardenal Adeodato Piazza. Cuando mañana muera el dictador, su alma irá directo al infierno. Esa noche hay delirio místico y exaltación combativa. Las armas son bendecidas. En los aviones se pinta “Cristo Vence” y “Movimiento Revolucionario”. Todo está listo para ese gran día que tarda en amanecer. En varias iglesias de la capital, los 300 “comandos civiles” entonan emocionados el grito de guerra con el que se hermanan: “Sean eternos los laureles que logramos conseguir, coronados de cruces vivamos, o juremos por Cristo morir”xl. Marta Ezcurra aguarda impaciente la victoria de los cruzados de Cristo Rey. Durante más de medio siglo, esa masacre quedará sepultada por los hechos del 19 de septiembrexli.
La Revolución Libertadora ya tiene su flamante gabinete. Entre otras notables personalidades nombraremos a: Ministro del Interior: Luis María de Pablo Pardo (Acción Católica Argentina), Ministro de Relaciones Exteriores: Mario Amadeo (Acción Católica Argentina), Ministro de Educación: Atilio Dell’Oro Maini (Acción Católica Argentina y Liga Patriótica Argentina), Ministro de Asistencia Social y Salud Pública: Coronel Ernesto Alfredo Rottger.
Como no podía ser de otra manera, la Dirección de Asistencia Integral del Ministerio de Asistencia Social y Salud pública será ocupada por Marta Ezcurraxlii.
El 20 de septiembre, el Coronel Ernesto Alfredo Rottger saquea la casa del Dr. Ramón Carrillo, despedaza su biblioteca y se roba todos los objetos de valor. Tres días después, asume como Ministro de Asistencia Social y Salud pública. A ese Coronel le corresponde la tarea de reemplazar a un brillante neurocirujano, neurobiólogo y médico sanitarista; a ese milico se le encomienda la misión de “desperonizar” el sistema nacional de Salud Pública. Debajo de él, la Dirección de Asistencia Integral tiene otro incomparable objetivo: intervenir, desmantelar y disolver toda la obra de la Fundación Eva Perón con el mismo objetivoxliii. Marta Ezcurra sigue al pie de la letra el decreto 4161 que prohíbe toda mención escrita o hablada de Perón y Evita. Le ordena a un subalterno que borre, tache y/o corte en cada una de las hojas de cada uno de los documentos el nombre prohibido: “Fundación Eva Perón”. Paralelamente, el 23 de noviembre de 1955 -en un operativo eclesiástico-militar- es secuestrado el cadáver de Eva Perón. El féretro, con la anuencia del Papa Pio XII, es enterrado en Milán bajo un nombre falso: María Maggi de Magistris.
Asistente Social y Coronel toman por asalto la Escuela de Enfermeras. Roban y destruyen todo. A todas les allanan sus casas, queman sus uniformes, las rastrean con saña, hasta queman sus legajos en los hospitales junto con las historias clínicas de los pacientes. La milicia sanitaria de Eva Perón, paga caro su conciencia y militancia justicialistaxliv. A los enfermos mentales: los sacaron a los empujones de los hospitales, los arrastraron hasta una ruta perdida de la mano de Dios y los balearon cual si fueran bestias.
Marta Ezcurra ordena el día 23 de septiembre la ocupación militar de cada una de las Escuelas Hogar. Su política de shock es muy clara: retirar y destruir todos los símbolos del gobierno. Con los niños como mudos testigos, en cada uno de los patios, el fuego hace arder pilas de frazadas, sábanas, colchones, pelotas y juguetes diversos con el logo de la FEP, que los valientes soldados previamente han retirado de sus camitas y dormitorios. En cada uno de los patios toda la vajilla es rota a martillazos. Marta Ezcurra dispone la intervención inmediata de cada uno de los institutos el día 24 de septiembre. Convoca para ello, a los miembros de los “comandos civiles” (Acción Católica Argentina) quienes de inmediato comienzan a realizar la depuración de adictos a la “tiranía”. Marta Ezcurra, en medio de un odio demencial, ordena el desalojo inmediato de todos los niños y niñas internados en la Clínica de Recuperación Infantil Termas de Reyes, en Jujuy. La transforma en un Casino para la oligarquía.
Manda tirar al río Mendoza, toda la vajilla y cristalería (importada de Finlandia y Checoslovaquia) con la que han comido los “cabecitas negras” en las unidades turístico-termales de alta montaña de Puente del Inca y Las Cuevas. Manda destruir todos los frascos de los Bancos de Sangre de los Hospitales de la Fundación porque contenían sangre “peronista”. Manda secuestrar todos los pulmotores porque tienen placas metálicas con las palabras “Fundación Eva Perón”. Determina la confiscación de todos los muebles de los hospitales, hogares para niños, hogares escuelas y hogares de tránsito por ser demasiado lujosos para los ahora sin privilegios, se los llevan a sus casas los “comandos civiles”. Los camiones del ejército llegan a los edificios y depósitos de la Fundación y parten llenos. Marta Ezcurra ordena que todos los regalos que los jefes de Estado dieron a Evita durante su viaje a Europa -y que ella los donó para adornar los Hospitales y Hogares- vayan a remate (privado, obvio).
Dispone la desactivación absoluta de todos los programas de turismo social por ser “un peligroso ejemplo de demagogia populista y antidemocrática” en las Colonias de Vacaciones de Córdoba, Mar del Plata y Buenos Aires. Decide el cierre definitivo de las casi 200 proveedurías de alimentos de primera necesidad, la clausura del Plan Agrario, el Plan de Trabajo Rural y los Talleres Rodantes. Resuelve la intervención de los Hogares de Ancianos y el cierre de los Hogares de Tránsitoxlv.
Sentencia la paralización definitiva de las obras de construcción de las Ciudades Universitarias. A pedido del Coronel Ernesto Alfredo Rottger -su Jefe y Ministro- ordena que sean expulsados a la calle todos los estudiantes de la Ciudad Estudiantil “Presidente Juan Perón”. El Coronel la necesita como centro de detención para encerrar a todos los miembros del gobierno constitucional detenidos.
Cuando sus interventores le envían los primeros informes de las Escuelas Hogar, descubre con escándalo que “la atención de los menores era suntuosa incluso, excesiva, y nada ajustada a las normas de sobriedad republicana que convenía para la formación austera de los niños. Aves y pescado se incluían en los variados menús diarios. Y en cuanto a vestuario era renovado cada seis meses”xlvi. (En San Juan un niño pobre comía 100 gramos de carne por día y 6 cucharadas de leche. En Jujuy, -por año- un niño comía 43 kilos de carne, en La Rioja 27, en Catamarca 26, y en Santiago del Estero tan sólo 19,6 Kilos)xlvii, en las Escuelas Hogar de la “demagoga, populista y antidemocrática” Eva Perón, los niños comían carne todos los días. Marta Ezcurra cambiará no sólo el nombre de dichas escuelas…también el menú.
Marta Ezcurra propone que María Delfina Matilde Salomé Caprile Esteves de Ezcurra sea quien la ayude en la colosal tarea de liquidar la Fundación Eva Perón. Cartón lleno, todo queda en familia.
Luego que la Dictadura creara Comisión Nacional de la Vivienda en 1956 bajo la dependencia del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, el Decreto Nº 6.404/55 le ordena la realización del “Plan de Emergencia” de las villas de Capital Federal. Marta Ezcurra se ocupa hasta 1957 –entre otras cosas- “de la eliminación de los barrios clandestinos” (así ella los nomina y…elimina)xlviii.
Al finalizar su “servicio social” en la Revolución Libertadora, la dictadura la premia. La envía como delegada argentina a Uruguay; allí, en 1958, es nombrada Jefe del Servicio Social del Instituto Interamericano del Niño (OEA).
Su carrera sigue en ascenso: en 1963 es invitada a Bélgica para asistir al 10º Congreso Internacional de la Unión Católica Internacional de Servicio Social (UCISS). Fue elegida miembro del Bureau Central. Reside dos años en Europa, porque en 1964 fue promovida a Vicepresidente de UCISS y Encargada del Secretariado para América Latina.
Marta Ezcurra, en 1969, elabora un informe…de inteligencia. Son sus impresiones del IV Seminario Latinoamericano de Servicio Social realizado en Concepción, Chile.
Dice: “En Concepción, Chile, en la última semana de enero/69 ha tenido lugar el IV Seminario Latinoamericano de Servicio Social, auspiciado por la Escuela de Servicio Social de la Universidad local. De antemano sabíamos que habría una pugna definida entre un sector marxista- leninista y otro humanista – cristiano. Desgraciadamente la Escuela organizadora ha sido copada por los ideólogos de la izquierda materialista y agresiva. (…) Si consideramos que ese movimiento comunista dentro del Servicio Social ya tiene cabeceras organizadas en Chile (Universidad de Concepción); Argentina (grupo ECRO de Trabajadores Sociales egresados de la Escuela que funcionó en el Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública); y Uruguay (compañeros del ex pastor Kruze, ahora director de la escuela de Concepción), comprenderemos la urgencia de rever nuestros métodos y actuación a la luz de los principios cristianos(…)Entendemos que en este momento crucial de América Latina los Asistentes o Trabajadores Sociales de inspiración cristiana podemos ser útiles cooperando a que los y las profesionales lleguen a ser una fuerza organizada que ejerza su influencia en la disyuntiva que el comunismo quiere presentarle”xlix.
Marta Ezcurra ya ha cumplido 70 años cuando escribe aquel (triste pero) entusiasta discurso antisubversivo. Para ella, aún es posible luchar contra el tiempo que avanza inclemente. Su más brillante alumna – a la que recomendó para dirigir la escuela de Venezuela- ha alojado al Comandante Che Guevara en su casa. Una burla del destino. Marta Ezcurra no sabe que Marta Ezcurra ya es parte del pasado (aunque siempre lo fue, quien amó la Edad Media). Los estudiantes se rebelan en casi todo el mundo. La juventud ha inventado el rock. Los africanos inventan naciones. Estados Unidos, ha sido vencido en Vietnam. En Cuba hay revolución. Los curas se hacen socialistas. los Beatles son más conocidos que Jesucristo. El racismo es cosa del pasado. Las mujeres abrazan el feminismo.
Ese mundo que a ella se le viene encima en Chile…ya cambió. Nadie, pero nadie, recuerda que M.E. haya realizado alguna cosa buena. Aún hoy, se puede encontrar algún ingenuo que piense que aquel verdadero “informe de inteligencia” lo elaboró Marta para enviarlo a la UCISS en Bélgica. ¿Por qué ese ingenuo no puede pensar que Marta Ezcurra, una intelectual orgánica de la “Revolución libertadora” y una militante de élite de la extrema derecha católica, no era aún un “soldado de la civilización occidental y cristiana”?.
¿Acaso hay que explicar que en 1969 la Argentina se encontraba sometida una dictadura y que imperaba la “Doctrina de la Seguridad Nacional”? En todas y cada una de las dictaduras CLERICAL-CIVICO-MILITARES existió siempre un siniestro plan represivo sistemático, y MARTA EZCURRA tuvo responsabilidades indiscutibles en los Golpes de Estado de 1930, 1943, 1951, 1955, 1962, 1966.
Marta Ezcurra nunca fue “católica”. Fue otra cosa. Como otra cosa diferencia a Mons. Angelelli de Mons. Cristian Von Vernich. “Mi sueño es poder recibir de mi obispo diocesano la investidura de cruzado de la fe y poder empuñar en una mano una espada y en la otra la cruz de Cristo, para eliminar a los enemigos de Dios y de la Patria”. Lo dijo el General Luciano Benjamín Menéndez, pero bien podría haberlo dicho ella.
Como bien señala Verbitsky, la trayectoria de Marta Ezcurra ha sido una muestra cabal de “violencia evangélica” ejercida por quien se asumió como un “soldado de Cristo”. Y todo lo que hizo –valga la parábola– NO TIENE PERDON DE DIOS
EPILOGO
En los primeros meses del golpe de estado de 1976, la dictadura dispuso más de 600 Centros Clandestinos de Detención. Hubo un CCD por cada 44.000 habitantes. Para tener una idea aproximada, ese número equivale a la capacidad total de espectadores de la “Bombonera”. Sólo en el CCD El Olimpo, fueron ejecutados 650 detenidos, lo que equivale casi a todos los alumnos ingresantes-matriculados del año 2010, en las once carreras de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ.
Todos los CCD contaban con una o más salas de tortura, viviendas para los torturadores y guardias, algún tipo de servicio médico y servicios religiosos para el personal militar o policial. Es erróneo considerar al acto de tortura como una mera relación entre individuos sino, en su fundamento. El acto de tortura es la expresión de un conflicto socio-político. El sujeto particular, secuestrado, detenido-desaparecido, era objeto de tortura (y/o muerte), no en tanto persona aislada, sino en su condición de parte o representante de un determinado grupo social.
Cada Centro Clandestino de Detención y Exterminio, fue una tecnología terrorífica, destinada a actuar sobre el conjunto de la sociedad y no sólo sobre una víctima específica. El objetivo buscado tenía un doble fin: anular a un sujeto activo y paralizar al otro mediante el miedo, implantando un estado de amenaza social. Eso es, en pocas palabras, el terrorismo de Estado. Unas mujeres lo desafiaron.
Los humanos somos seres de lenguaje y es a través de él que los sujetos podemos conocer y pensar. El terrorismo de Estado atacó el instrumento privilegiado de humanización que es la palabra, “a través de producir ignorancia, crear falsas expectativas, reducir al silencio todo pensamiento crítico, utilizar el pánico como instrumento, transformar la información en desinformación o información perversa”l.
Lo señalado aquí, no es retórica, sino política. Porque si el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que -y por medio de lo cual- se lucha, el discurso es un territorio que merece ser resignificado, ya que se vuelve un espacio de disputa por el sentido. De este modo, la RESOLUCIÓN JG N° 1/12 (FAAPSS) al mostrar un evidente vaciamiento simbólico, no puede reclamar ninguna legitimación. Menos aún, al no haber articulado la tríada Memoria, Historia e Identidad.
¿Con qué sentido la FAAPSS declama que “las luchas por los Derechos Humanos constituyen el símbolo de la recuperación y defensa de la Democracia en nuestro país” si a renglón seguido, ignora a las genuinas protagonistas de tales luchas por los Derechos Humanos en Argentina? El 30 de abril de 1977, 14 Madres desafiaron el Estado de Sitio y el régimen de terror. Para reconocerse, comenzaron a usar un pañuelo blanco en la cabeza -hecho con la tela de los pañales que se usaban para bebés- representando así a sus hijos. Ese pañuelo se convirtió en su símbolo. Desde 1981 organizaron las Marchas de la Resistencia, con el fin de reclamar la vigencia plena de los derechos humanos en Argentina. El 22 de octubre de 1977, 12 mujeres de entre 50 y 60 años, comienzan su lucha para recuperar los hijos de las embarazadas que dieron a luz en cautiverio, el “botín de guerra” de la dictadura: eran las Abuelas de Plaza de Mayo. En el último informe del CELS, se consigna que el 92% de los sentenciados han sido condenados gracias a la lucha de Madres y Abuelas que originaron instrumentos jurídicos que permitieron proseguir los Juicios por la Verdad aun en las condiciones históricas más adversas.
Es una pena que la FAAPSS, no haya podido verse reflejada en el espejo que Madres y Abuelas nos han dejado como legado, y hayan elegido una fecha que contradice el declamado “símbolo de la recuperación y defensa de la Democracia en nuestro país”, porque eligieron otro -en mi humilde opinión- no pertinente a nuestra leyenda constituyente, nuestra memoria social, nuestro patrimonio colectivo, nuestra identidad.
Antes de finalizar debo destacar con incomodidad que la Resolución es un plagio distorsionado del pensamiento que nos dejó Alberto José Diéguez en su artículo “Sobre el Día del Trabajador Social en Argentina ¿Qué se celebra el 2 de Julio?” Podría haber sido citado.
Por último, como miembro de la comunidad de Trabajo Social, pido disculpas:
a todos los católicos ofendidos en su fe por la Resolución JG N° 1/12 (FAAPSS) a causa de razonamientos incorrectos desde lo metodológico y epistemológico.
a las Madres y a las Abuelas por haber sido negadas en la Resolución JG N° 1/12 (FAAPSS).
a los jóvenes de las nuevas generaciones de estudiantes a quienes no se les ha brindado la verdad histórica, ni los instrumentos idóneos para elaborar el pasado y así poder construir su identidad profesional y social crítica en el presente.
San Juan, septiembre de 2012
Datos del Autor: José Agustín Figueroa. Asistente Social. Magíster en Políticas Sociales y Gestión Local. Docente-Investigador de la Carrera Licenciatura en Trabajo Social. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de San Juan.
iiEntre el 27 y el 30 de julio de 1961, se realizaron en Mendoza las “II Jornadas Nacionales de Servicio Social”. Asistieron “delegados” de Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Río IV, Rosario, Santa Fe, San Juan, San Luis, El Chaco y Mendoza. El encuentro lo organizó el Círculo de Visitadores y Asistentes Sociales de Mendoza. El tema principal fue la “unificación de los Planes de Estudio en las Escuelas Argentinas de Servicio Social”. En íntima relación con ello, se consideró el proyecto de creación de un “Comité Permanente de Coordinación de Escuelas de Servicio Social”, con elección de autoridades y sede del mismo. Otro de los temas de las Jornadas, fue “La Práctica del Servicio Social”. En otras palabras, quienes se acreditaron, representaban especialmente a las “escuelas” de formación, siendo el temario indudablemente de orden académico.
Las Jornadas funcionaron en la práctica como un Congreso. Todas las delegadas fueron recibidas en la Casa de Gobierno –oficialmente y en audiencia privada- por el Gobernador de Mendoza Ing. Francisco Gabrielli. Luego eligieron autoridades: presidenta: Lidia C. Hernández de Vittorioso, Vice presidenta primera: Genoveva Arango, Vice presidenta segunda: Ana Rosa Canclini y secretarias: Raquel Eulalia Decunto y Nora Quiroga Sayanca.
Entre todos los despachos aprobados, ninguno dice nada sobre haber establecido el 2 de julio como “día del Servicio Social”. Tampoco que hubiera alguna delegada acreditada bajo el nombre de Marta Ezcurra. Hablando de ella…¿dónde estaba?, en Montevideo. Era Jefe del Servicio Social del Instituto Interamericano del Niño, organismo especializado de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Resulta cuanto menos inverosímil, el tratamiento sin ningún rigor histórico del misterio que rodea a la instauración del 2 de julio. Porque si se trató de una moción dentro de las “II Jornadas”, la misma seguramente fue aprobada por todas las delegadas y –como toda lógica supondría-, hubiera sido confirmada como un hito histórico- en dicho evento. Sin embargo, no es así. Por otro lado, si acaso hubiese estado presente Marta Ezcurra (desempeñando semejante cargo en la OEA) el Gobierno de Mendoza la habría distinguido con un trato especial, acorde a su investidura. Ni qué decir, entonces, de quienes organizaron las “II Jornadas”, con la presencia de un referente como ella. No hay nada que testifique que ambas cosas realmente existieron. Ver: Diario los Andes. Segunda Sección. “Se inician hoy las Segundas Jornadas de Servicio Social”. Mendoza, Jueves 27 de julio de 1961. Diario los Andes. “Fueron inauguradas ayer las Segundas Jornadas Nacionales de Servicio Social”. Mendoza, viernes 28 de julio de 1961, pp. 5. Diario los Andes. “Las Segundas Jornadas de Asistencia Social quedaron clausuradas anoche”. Mendoza, domingo 30 de julio de 1961, pp. 7.
iiiEl calendario romano general indica los días del año para el cual el rito romano asigna las celebraciones litúrgicas de los santos y los “misterios del Señor “para el cumplimiento en todas partes. Calendarios litúrgicos nacionales y diocesanos, así como los de los institutos religiosos e incluso de los continentes, añadir otros santos o transferir la celebración de un santo en particular a partir de la fecha asignada en el calendario general para otra fecha. Estos calendarios litúrgicos también indican el grado o rango de cada celebración: Memorial (que puede ser meramente opcional), fiesta o solemnidad. wikipedia.org
ivDE FIORES, S.; MEO, S.; TOURÓN, E. “Nuevo Diccionario de Mariología”. Ediciones Paulinas, Madrid, 1988.
vVer MAURO, D. “Las voces de Dios en tensión. Los intelectuales católicos entre la interpretación y el control. Santa Fe, 1900-1935”. Signos Históricos, núm. 19, Departamento de Filosofía, CSH/UAM/Iztapalapa, México, 2008.
viLVOVICH, D. “El nacionalismo de derecha. Desde sus orígenes a Tacuara”. Colección Claves Para Todos. Ed. Capital Intelectual. Buenos Aires, 2006.
viiVer DEVOTO, F. “Atilio Dell´Oro Maini y los avatares de una generación de intelectuales católicos del centenario a la década de 1930”, en Prismas, Buenos Aires, 2004.; BIANCHI, S. “La conformación de la Iglesia católica como actor político-social. Los laicos en la institución eclesiástica: las organizaciones de élite (1930- 1950)”. Anuario del IEHS, núm. 17, Tandil, IEHS-UNCPBA, Buenos Aires, 2002. Ver: ECHEVERRÍA, O. “Los intelectuales católicos hasta el golpe de estado de 1930: la lenta constitución del catolicismo como actor autónomo en la política argentina”. Anuario del IEHS, 2002.
viiiRODRIGUEZ, A. M. “Los médicos católicos argentinos en los años treinta”. Sociedad & Religión vol. xx nº 30/31. Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de La Pampa, 2008.
ixSerá en 1956 que el día del médico cambiaría de fecha: Fue una iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina, y oficializada por decreto del gobierno nacional, en 1956. Se eligió el 3 de diciembre, en honor a un médico latinoamericano. Ese día nació Carlos Finlay, el médico cubano que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla -a través de un mosquito-, un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América latina, una decisión acorde con el legado reformista. Lamentablemente, no sucedió lo mismo con el día de la enfermera, que sigue vigente. Sin embargo, los profesionales de la enfermería, conmemoran su día el 12 de mayo en homenaje a Florence Nightingale.
xVer MALLIMACI, F. “Catolicismo integral en la Argentina, 1930-1946”. Ed. Biblos, Buenos Aires, 1988.
xiZANATTA, L. “Perón y el mito de la Nación Católica. Ejército e Iglesia en los orígenes del peronismo”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1999.
xiiUn estudio pertinente para encuadrar el análisis de la historia de vida de un militante católico (en este caso de Marta Ezcurra) es el de Giorgi, a quien citamos para explicar nuestras comillas: “hablaremos de movimiento católico como una forma de delimitar el universo de estudio diferente a la abstracta e indefinida idea de mundo católico, y a la reducida mirada centrada en la institución Iglesia Católica. El movimiento católico comprende instituciones, redes e individuos que, compartiendo su identidad católica, tienen como objetivo recristianizar la sociedad y crear un catolicismo en toda la vida. Este movimiento atraviesa distintos períodos…una etapa de auge del movimiento católico, cuando se conforma y expande el dispositivo de catolicismo integral (entre las décadas de 1930 y 1950), con momentos posteriores en los cuales esta matriz continúa funcionando pero con ciertas transformaciones”. Ver GIORGI, G. I. “Redes católicas y Estado en la “Revolución Argentina”. CEIL-PIETTE, CONICET / Universidad de Buenos Aires, Argentina. Publicada en la Revista Ciencias Sociales y Religión/Ciências Sociais e Religião, Porto Alegre, ano 12, n. 12, p. 53-78, outubro de 2010.
xiiiVer BECERRA SOLA, M. y BECERRA, N. “Intervención Social en la Argentina de los años ´30: la profesionalización del Servicio Social”. 2009
xivFREIDENRAIJ, C. “¿Quién educa a la niñez desviada? La formación de un cuerpo especializado para la reeducación de menores en Buenos Aires durante los años veinte y treinta”, Actas de las XII° Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, Río Negro, 2009. FREIDENRAIJ, C. “La minoridad en disputa. Intervenciones femeninas en torno a la estructuración de las políticas de menores durante los años treinta”. 2010.
xvFALCONE, R., KIRSCH, U., RODRIGUEZ STURLA, P. “Algunas concepciones de lo asistencial, lo social y lo psíquico en las proyectos de Formación Sistemática de los años 30”. Revista de Historia de la Psicología en Argentina N°2. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Bs. As. 2009.
xviiRIVEIRO, L. M. “Los intereses mancomunados del catolicismo y el Trabajo Social, en los orígenes de la profesión”. Tesis de graduación, Maestría en trabajo Social. Universidad nacional de La Plata, 2010.
xviiiEnrique Uriburu será ministro de Hacienda y Presidente del Banco de la Nación, nombrado por su primo el General José Felix Uriburu quien acaba de usurpar el cargo de Presidente de la Nación el 6 de septiembre de 1930. Carlos Ibarguren, es primo hermano de Enrique y un “destacado experto en derecho constitucional”. Su primo-presidente lo nombró Interventor Federal en la Provincia de Córdoba. Coincidía con sus otros dos primos en reemplazar la democracia por un régimen corporativo similar al del fascismo de la Italia de Benito Mussolini.
xixVer FINCHELSTEIN, F. “Fascismo, liturgia e imaginario. El mito del General Uriburu y la Argentina nacionalista”. Ed. FCE, Buenos Aires, 2002.
xxLa Acción Católica se dedicó a formar cuadros, seleccionados con rigor, para realizar el proyecto de Pio XI: Instaurare omnia in Christo. Tras Cristo Rey, el Papa convocó a un gran ejército, disciplinado y militante, para colocar a cada Estado en la senda de Cristo. El combate debía desarrollarse en las conciencias, contra el mal en sus múltiples formas: el liberalismo, la masonería, el protestantismo, el socialismo y el comunismo, los judíos, pero también todas las manifestaciones de la “vida moderna”. ROMERO, L. A. “Una Nación Católica: 1880-1946”. En ALTAMIRANO C. (ed), “La Argentina en el siglo XX”. Ed. Ariel. Buenos Aires, 1999.
xxiACHA, O. “Notas sobre la Evolución Cuantitativa de la Afiliación en la Acción Católica Argentina (1931-1960). UBA/CONICET
xxii “La reconstrucción de la Iglesia implicó una reformulación del papel del Obispo. El ritual episcopal – según el modelo monárquico impulsado por el Vaticano- acentuó las formas de representación del poder. Copello no se fatigaba en reiterar cuál era la posición del episcopado -“la más alta en el rango de la Jerarquía divina, sacerdocio completo y soberano en tal grado, que sólo existe uno más augusto: el del Eterno y Sumo Sacerdote, Cristo Jesús”-, mientras definía a los obispos como “majestuosa aristocracia.” Incluso, el ritual que rodeaba a Copello conoció una notable complejidad cuando, en diciembre de 1935, el Papado lo reconoció como Príncipe de la Iglesia, al otorgarle el título de Cardenal. Era además el primer Cardenal hispanoamericano. A partir de ese momento, su designación oficial fue la de “Santiago Luis, del Título de San Jerónimo de los Ilirios, de la Santa Romana Iglesia Presbítero Cardenal Copello, Arzobispo de Buenos Aires”. De acuerdo al protocolo, todos debían dirigirse a él en términos de “Su Eminencia Reverendísima.”” Ver BIANCHI, S. “Su Eminencia Reverendísima Santiago Luis Copello, Arzobispo de Buenos Aires: Reconstrucción y Crisis de La Iglesia Católica Argentina”.
xxiii“Al liberalismo la Iglesia opuso su concepción social organicista, su ideal corporativo y su reivindicación del monopolio de la identidad nacional en nombre de la catolicidad del pueblo”. Ver: ZANATTA, L. “La Iglesia a la conquista de La Nación. El desafío católico al liberalismo en América Latina en el perìodo de Extreguerras”. Bicentenario. Revista de Historia de Chile y América. Vol. 6, N° 1 Centro de Estudios Bicentenario, Santiago de Chile, 2007.
xxivEl Dr. Luis Agote fue el mentor de la legislación represiva contra los hijos de los inmigrantes en el año 1919 y conocida como ley 10.903, de creación del Patronato Nacional de Menores Abandonados y Delincuentes; el último eslabón de las leyes de residencia. Ver DEMARIA, V., FIGUEROA, J. “10.903: La Ley Maldita”. Revista “El Abasto”. Año 12 N° 140. Febrero 2012. Buenos Aires. 2012.
xxvMOSCATELLI, M. “La Liga patriótica Argentina. Una propuesta nacionalista frente a la conflictividad social de la década del ´20”. Revista La Trama de la Comunicación vol. 7, Anuario del Departamento de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencia Política y RR. II., Universidad Nacional de Rosario.
xxviVer: MARTIN, M. P. “Católicos, control ideológico y cuestión obrera”. Revista Universitaria semestral Estudios Sociales. Universidad nacional de Rosario. Año VII N°12. Santa Fe, 1997.
xxviiVer MCGEE DEUTSCH, S. “Contra el “Gran Desorden Sexual”: los nacionalistas y la sexualidad, 1919-1940”. Cuadernos del CISH. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de la Plata. 2009. Ver AYALA MORA, E. “Los Proyectos Nacionales Latinoamericanos: sus instrumentos y articulación, 1870-1930”. Historia General de América Latina Vol. VII. Ed. UNESCO-Ed. TROTTA. Madrid, 2008.
xxviiiEl 1º de mayo de 1909 los anarquistas se reunieron en la Plaza Lorea para festejar el Día del trabajador (a pocos metros del Congreso). Para dispersar a la multitud, el coronel Ramón Falcón dio la orden de disparar contra los manifestantes porque estos portaban banderas rojas. Ver: VERBITSKI, H. “Doble juego: la Argentina católica y militar”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2006.
xxixMons. Miguel de Andrea es quien junto al Vicario General de la Armada Mons. Agustín Piaggio y el Almirante Domecq García, a comienzos de 1919, organiza y funda en el Círculo Naval, la “Liga Patriótica Argentina”. La Liga fue una organización paramilitar de ultraderecha compuesta por civiles armados que tendrían un desempeño estratégico durante la masacre conocida como “Semana trágica” en la que -según la embajada norteamericana- se pudo contabilizar 1356 muertos y más de 5 mil heridos. El accionar de la Liga estuvo coordinado por el General Luis Dellepiane. Mons. Miguel De Andrea realzó la matanza diciendo que “así se salvaron el gobierno y el honor. Lo que aún no se ha salvado es la omisión de la gratitud nacional, que todavía no ha hecho justicia al hombre: el General de División Luis Dellepiane”. Luego se integraron como refuerzos paramilitares a las órdenes del Teniente Coronel Hector Varela en ocasión de una nueva masacre, esta vez en la Patagonia, donde el saldo fue de 1500 trabajadores fusilados. DEMARIA, V., FIGUEROA, J. Ob. Cit. Ver: MCGEE DEUTSCH, S. “Contrarrevolución en Argentina 1900-1932. La Liga Patriótica Argentina”. Ed. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires, 2003. Ver: FORTE, R. “La Semana trágica de 1919: crisis liberal, protesta social y fortalecimiento del poder militar en Argentina”. En ORTEGA, M. y Otros. “Violencia, Estado y Sociedad. Una perspectiva histórica”. UAM, México, 2004.
xxxAUZA, N. T. “Una experiencia de doctrina y acción social católica: el Secretariado Económico-Social (1934-1945)”. Revista Valores en la Sociedad Industrial. Año XXIV-N°67. Buenos Aires, 2006.
xxxiVer: ROCK, D. “La Argentina autoritaria. Los nacionalistas, su historia y su influencia en la vida pública”. Ed. Ariel, Buenos Aires, 1993.
xxxiiEl Congreso fue un esfuerzo destinado a hacer pública la presencia católica. Se propuso llegar a un número de cien mil niños en actividad y un acto de clausura en el estadio del club Boca Juniors. El himno del Congreso reafirmó el clima castrense de la vocación militante. Su letra, redactada por el abogado y escritor Ignacio B. Anzoátegui, aludió al sostenimiento de la “espada de Cristo” en la mano, a una marcha guiada por una estrella, gritando en la lucha por la gloria de dios. La tierra, aseveró en otro pasaje, “es cuartel y es altar”. La juventud era la “primavera argentina” por la que se debía luchar. En esa tesitura, Anzoátegui realizaba una retórica con rasgos militares que Primeras Armas había cultivado en su representación de los niños desde su primer número de 1935.
Las cifras de asistencia divulgadas por los organizadores fluctuaron entre los 110.00 y 130.000 si se suman los 20.000 que no ingresaron al estadio. El objetivo fue cumplido. El catolicismo confirmó su capacidad de movilización y reafirmó con datos observables la seña imaginaria de que la infancia argentina era católica. Por lo tanto, la argumentación a favor de la educación religiosa en la escuela pública se fortaleció. Las élites católicas vinculadas con el Estado militar pudieron utilizar el capital argumentativo –esto es, la representatividad de una niñez católica– logrado para promover la toma de decisión trascendental (pues suponía una fractura considerable en la historia ideológica nacional) de reintroducir la palabra divina en la enseñanza. Marta Ezcurra fue parte del Comité Organizador y la fundación de la revista infantil “Primeras Armas” la contó entre sus prestigiosas “escritoras”. La movilización infantil del congreso tuvo ribetes de acto fascista. Ver ACHA, O. “La movilización católica de la infancia en octubre de 1943 y la educación religiosa en las escuelas” en Lida, Miranda y Mauro, Diego. “Dossier “Catolicismo y política en la Argentina del siglo XX”, historiapolitica.com, [en línea], URL: http://historiapolitica.com/dossiers/catolicismoypolitica/ .
xxxiiiGustavo Martínez Zuviría comenzó a escribir desde muy joven, manifestando en su producción literaria una postura católica y antisemita definida. Tal posición ideológica provocó que en ocasión de optar en 1907 al grado de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de Santa Fe, su tesis doctoral le fue rechazada debido a su repudio absoluto a los principios políticos liberales. Fue presidente del Círculo de Obreros Católicos de Santa Fe y presidente de la Liga Argentina de la Juventud Católica. Escribió obviamente en la revista Criterio (dirigida por Franceschi) y colaboró en los Cursos de Cultura Católica (junto a DellOro Maini). Se desempeñó como Presidente de la Comisión de Prensa del Congreso Eucarístico Internacional realizado en Buenos Aires en 1934 (donde trabajó junto a Marta Ezcurra). El dictador del régimen nacionalista – católico de entonces, General Ramírez lo nombrará en octubre de 1943 Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación. Fue después de la colosal manifestación de niños que fueron movilizados para el Primer Congreso de Niños Católicos (donde colaboró junto a Marta Ezcurra). Desde el Ministerio impulsó una fuerte intervención clerical en la educación, imponiendo la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas, destituyendo al profesorado liberal e interviniendo las universidades nacionales para “… terminar con el reformismo y limpiar de comunistas la universidad…cristianizar el país y extirpar las doctrinas de odio y ateísmo…” Fue Director de la Biblioteca Nacional, cargo del que fue despedido en 1954 por Perón. Ver: LVOVICH, D. “Una mirada sobre el antisemitismo en la década de 1930”. Revista: Cuadernos del CISH 4(5) Ed. Centro de Investigaciones Socio Históricas. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP, 1999.
xxxiv “Los diversos conflictos sociales que se produjeron hacia la primera década del siglo XX abrieron la posibilidad de cuestionar el discurso liberal, hasta entonces hegemónico. Es a partir de la crítica al sistema imperante que católicos y nacionalistas comenzaron a explorar puntos de contacto. Partiendo de concepciones diferentes, el catolicismo y el incipiente nacionalismo perciben la posibilidad de una alianza estratégica que les permita conjurar los males de la modernidad. En un marco de recrudecimiento de la atmósfera antirrevolucionaria, vínculos previos (los episodios ocurridos en enero de 1919, conocidos como Semana Trágica, que dieron como resultado la aparición de la Liga Patriótica Argentina), circunstancialmente surgidos entre algunos sectores católicos y el naciente nacionalismo, se estrecharon en los Cursos de Cultura Católica que comenzaron a dictarse en 1922, a instancias de Atilio Dell´Oro Maini, Tomás Casares y César E. Pico. Los cursos contaron con la anuencia de las autoridades eclesiásticas argentinas, quienes veían en este espacio el instrumento para la difusión de la teología y la filosofía política católica, tal como lo requería la alineación con el catolicismo integral tomista propugnado por León XIII”. Ver JESUS, L. “Católicos y nacionalistas en los orígenes de la revista Criterio, 1928-1930”.
xxxvBARRI, C. RAMACCIOTTI, K. y VALOBRA, A. (comp.) “La Fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión”. Ed. Biblos. Buenos Aires, 2008.
xxxviGALLO, M. “2 de julio: Día del Trabajador Social conservador”. El Boletín. Revista del Colegio de Profesionales en Servicio Social. Rosario, 2008.
xxxviiVer DIÉGUEZ, A. “Actualización y reconceptualización en el Trabajo Social argentino en los años 60-70”. MARGEN Periódico de Trabajo Social y Ciencias Sociales, Edición Digital, N°43, 2006. Margarita Calvento es mencionada junto a Marta Ezcurra como pertenecientes al “sector conservador” y nucleadas alrededor del Colegio de Asistentes Sociales de Buenos Aires por Alberto Diéguez.
xxxviiiGRANADO, A., (relata esta anécdota que inspiró la película “Diarios de Motocicleta” y que aconteció en el primer viaje que el Che hizo junto a él por Latinoamérica).:
-“Nuestra pinta era terrible. Imagínate, después de ocho meses por carretera y por todas partes, con casi nada de ropa. Llegamos a una casa recomendada, de un amigo nuestro, que nos llevaría a ver a una trabajadora social argentina muy brillante y que estaba haciendo muy buen trabajo en Venezuela”.
-¿Recuerda cómo se llamaba?
-“Sí, cómo no, Margarita Calvento, la tía de un amigo de Ernesto. Ella nos atendió cuando llegamos a Caracas. El Che venía con un ataque de asma terrible. Entonces tuvimos que parar en un lugar que se llama Caño Amarillo, donde las pensiones estaban llenas de piojos y no tenían ni baños, ni nada. Nos bajamos ahí para hervir la jeringuilla y ponerle una adrenalina a Ernesto, porque estaba muy atacado. Cuando volví a la pensión, Ernesto estaba algo repuesto y fuimos a Margarita, que resultó ser un amor depersona. Nos hizo un opíparo almuerzo-cena y cuando íbamos a regresar a Caño Amarillo, ella nos dijo: “No, cómo van a ir a ese lugar, los pueden apuñalear.” Y decide ayudarnos: “Les voy a dar una recomendación para una amiga mía que trabaja en la pensión de la Juventud Católica de Venezuela”. Nos dio el teléfono y la dirección de la pensión, que quedaba en la urbanización El Silencio, por la calle Urdaneta. Cuando la dueña de la pensión nos vio con la pinta que teníamos, inmediatamente llamó por teléfono a Margarita y le preguntó: “Margarita, ¿y estos señores que están aquí, que dicen ser el bachiller Guevara y el doctor Granado, usted los mandó, verdad?” “Sí, sí”, -dice Margarita. “No se fije en el aspecto que tienen. Es que vienen de un viaje muy accidentado”. Claro -le dio su vaselina-, porque la mujer no podía creer que yo fuera doctor y que Guevara fuera bachiller.” En CUBADEBATE. “No aguantábamos ni a los mentirosos ni a los cobardes”. Cuba, 7 de marzo de 2011.
xxxixCALVENTO, M. “Una semilla que fructifica: la Escuela Católica de Servicio Social de Caracas”. Fundación Centro Gumilla. Centro de Investigación y Acción Social de los Jesuitas en Venezuela. 1951.
xli “El bombardeo de una ciudad abierta por parte de fuerzas armadas del propio país es un acto de terrorismo que registra pocos antecedentes en la historia mundial, ocurridos en el fragor de guerras civiles muy cruentas que asolaron a esas naciones. No hay antecedentes, en cambio, de que miembros de las fuerzas armadas de un país, con la connivencia de sectores políticos y eclesiásticos, descargaran sus bombas y ametrallaran a la pacífica población civil, como forma de implantar el terror y el escarmiento para lograr la toma del poder. Por otra parte, las ciudades argentinas jamás habían sido ni fueron luego bombardeadas por fuerzas extranjeras. El resto de las bombas y proyectiles de grueso calibre provenientes de aviones, así como también los disparados por los fusiles semiautomáticos FN de fabricación belga, estrenados por los infantes de Marina que intentaron asaltar la Casa Rosada, estuvieron dirigidos a una población que fue sorprendida en sus quehaceres cotidianos. Este masivo crimen de lesa humanidad no puede verse descontextualizado con lo que había ocurrido desde el 17 de octubre de 1945. La coalición clerical, oligárquica, política y militar que enfrentó a la formula Perón-Quijano (la Unión Democrática), se constituyó bajo el auspicio del embajador de Estados Unidos, Spruille Braden. Los múltiples vasos comunicantes entre los golpistas de 1951, 1955, 1966 y 1976 son tan evidentes como el hecho de que la impunidad de que gozaron los asesinos habría de alentar el in crescendo criminal que culminó en 1976 con el secuestro, tortura, detención-desaparición y asesinato de millares de personas. La lección de junio del 55 había sido aprendida y transmitida por aquellos que constituyeron su criminalidad como un continuo. La masacre del 16 de junio de 1955 tiene una continuidad política, continuidad que serpentea por un camino plagado de sangre de mártires populares y tiene su gran desemboque criminal el 24 de marzo de 1976”. DUHALDE, E. L. “Bombardeo del 16 de junio de 1955”. Prólogo. Unidad Especial de Investigación sobre Terrorismo de Estado del Archivo Nacional de la Memoria, Secretaría de Derechos Humanos, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación. Ed. Área de Publicaciones de la Secretaría de Derechos Humanos. Buenos Aires 2010.
xliiFERIOLI, N. “La Fundación Eva Perón”. Vol 1. Centro Editor de América Latina Buenos Aires, 1990. GRASSI, E. “La Mujer y la profesión de Asistente Social. El control de la vida cotidiana”. Ed. Humanitas. Buenos Aires, 1989.
xlivDEMARIA, A. y FIGUEROA, J. “Muchacha ojos de papel”. Revista La Quinta Pata. 3/07/ 2011. Las enfermeras sabían manejar, motos, jeeps y ambulancias. A su cargo tenían 200 motos, los jeeps blancos, equipados con carpas, camillas y botiquines. Varias “ambulancia-hospital” (una suerte de motor-home, con diez camas en su interior y una cabina de operaciones, con equipo para realizar transfusión y oxigenoterapia). Tenían, además, perros amaestrados, que transportaban botiquines de aluminio. Llevaron auxilio sanitario a 30 países: Ecuador, Bolivia, Uruguay, Colombia, Chile, Honduras, Paraguay, Austria, España, Francia, Israel, Italia, Grecia, Hungría, Japón, Irlanda, Portugal, Alemania, Turquía, Checoslovaquia, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Filipinas, Cuba, Siria, Noruega…La Escuela de Enfermeras tuvo 858 egresadas y 430 especialistas. Su “pecado” fue haber estudiado “Defensa Nacional y Doctrina Justicialista”, por ello, Marta Ezcurra y el Coronel las aborrecieron.
xlvLa Fundación Eva Perón, al momento del golpe de Estado autodenominado “Revolución Libertadora” administraba: 23 modernos policlínicos generales, de cirugía y maternidad, con una capacidad media de 500 camas; Policlínico para tuberculosos; Clínica de readaptación para niños; Clínica para niños reumáticos en Termas de Reyes (Jujuy); Institutos para alienados; Instituto del Quemado; Hospitales en todo el país y servicios de urgencia modelo; Escuela de Enfermería y Tren Sanitario. Este último, dotado de la más moderna aparatología, cumplía con la tarea de relevamiento y protección de la salud de las poblaciones más alejadas de los grandes centros urbanos; 3 hogares de tránsito en Capital Federal, que hallaron su réplica en el interior, además del hogar de la empleada General San Martín para mujeres sin hijos que sufrían la carencia de alojamiento definitivo ; 1.000 escuelas; 18 Hogares Escuelas para niños de padres sin recursos; Ciudades Infantiles en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza; Ciudad Estudiantil para adolescentes del interior que estudiaban en la Capital Federal; Ciudades Universitarias de Córdoba (para 2.000 estudiantes argentinos y 400 extranjeros) y de Mendoza; Campeonatos infantiles y juveniles de fútbol, ampliados luego a torneos de atletismo, natación, básquetbol, esgrima, etcétera, con un sistema que chequeaba la salud de 300.000 jóvenes por año; Colonias de Vacaciones en Córdoba, Mar del Plata y Buenos Aires, que trasladaban anualmente a 70.000 niños hacia esos lugares de esparcimiento; Pensiones a la vejez (entregadas por primera vez); Hogares de Ancianos con trabajos voluntariamente en forma remunerada en labores productivas adecuadas a su edad y vocación, asistencia a biblioteca y sala de música, con paseos, charlas y otras actividades de esparcimiento; Cadena de Hogares de Tránsito; Barrios en Saavedra y La Matanza), que proporcionaron casa propia a 25.000 familias, y otros en el interior del país; Plan Agrario (donde operaron en el interior del país los primeros 170 tractores, 125 sembradoras, además de arados y rastras de diverso tipo, cultivadoras, juntadoras de maíz, acoplados y otros automotores que había adquirido para pequeños propietarios y colonos, con Talleres rodantes que permanentemente recorrían los campos dando auxilio mecánico a quien lo necesitara); Plan de trabajo rural organizado; 181 proveedurías para apoyar el programa de abaratamiento de precios que los monopolios comerciales se negaban a acatar (en las proveedurías la gente encontraba a bajo precio los artículos de primera necesidad que por entonces los monopolios sustraían del mercado para provocar su encarecimiento). fundaciónevaperon.org
xlviiROSS, P. “The Construction of the Public Health System in Argentina 1943-1955” – Department of Spanish and Latin American Studies, School of History and Philosophy, The University of New South Wales, Sydney, Australia. “Construcción del Sistema de Salud Pública en la Argentina, 1943-1955”. bilingual edition / edición bilingüe Electroneurobiología 2006; 15 (5), pp. 107-178; URL http://electroneubio.secyt.gov.ar/index2.htm. Electroneurobiología, Vol. 15 (5) Sydney, 2006.
xlviiiGONZALEZ DUARTE, L. “Revolución Libertadora y Villas Miseria. Discursos y Representaciones”. X Congreso Argentino de Antropología Social. Facultad de filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2011
xlixSIEDE, M. V. “Algunos trazos sobre la Reconceptualización en Argentina. Reflexiones sobre su proyección en la contemporaneidad actual”. II Encuentro: “Enseñar Historia… y Hacer Historia. Enseñanza – Aprendizaje de la Historia del Trabajo Social”. Departamento en Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de San Juan. San Juan, abril de 2005.
lKAES, R. y PUGET, J. “Violencia de estado y Psicoanálisis”. Ed. Lumen, Buenos Aires, 2006.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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GIORGI, G. “Redes católicas y Estado en la Revolución Argentina”. CEIL-PIETTE, CONICET / Universidad de Buenos Aires, Argentina. Buenos Aires, 2010.
MAURO, D. “Las voces de Dios en tensión. Los intelectuales católicos entre la interpretación y el control. Santa Fe, 1930-1935”. Signos Históricos, núm. 19, Departamento de Filosofía, CSH/UAM/ Iztapalapa, México, enero junio de 2008.
OBREGON, M. “Catolicismo integral, identidad nacional y masas populares. Una aproximación a la trayectoria intelectual de Julio Meinvielle y Gustavo Franseschi (1930-1955)”. Departamento de Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata. La Plata, 2011.
VERBITSKI, H. “Doble juego: la Argentina católica y militar”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2006.
VERBITSKI, H. “Cristo Vence: la Iglesia en la Argentina: Un siglo de historia política (1884-1983) (I)”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2007.
VERBITSKI, H. “La Violencia Evangélica de Lonardi al Cordobazo (II)”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2008.
VERBITSKI, H. “La mano izquierda de Dios. La última dictadura (1976-1983) “. Ed, Planeta. Buenos Aires, 2010.
ANEXO
RESOLUCIÓN JG N° 1/12 (FAAPSS)
PARANÁ, 14 de Abril de 2012
VISTO: El punto 3o del orden del día de la primera reunión del año 2012 de esta Junta de Gobierno, referido a la propuesta de la Comisión Directiva de esta Federación, de fijar el 10 de Diciembre de cada año como Día del Trabajador/a Social en Argentina; y
CONSIDERANDO:
QUE hasta el día de la fecha se venía celebrando el 2 de julio como Día del Trabajador Social en Argentina, fecha que tenía un origen religioso, ya que fue la asistente social Marta Ezcurra quien propuso la misma en 1961 coincidiendo con la liturgia católica de entonces que ese día celebraba el Día de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y esto tenía que ver también con el hecho de que Marta Ezcurra era miembro de la UCISS, la Unión Católica Internacional de Servicio Social, con sede en Bélgica, institución ésta que influyó en la creación de las primeras escuelas latinoamericanas de Servicio Social, en tanto que en Argentina por entonces las escuelas católicas lideraban la profesión y las estructuras de las asociaciones y colectivos profesionales;
QUE existieron varias propuestas de modificación de esta fecha, por considerarla que no representaba al conjunto de trabajadores sociales del país, sino sólo a los que eran católicos y por lo tanto era una fecha sesgada y discriminatoria, tal el caso de Sela B. Sierra que proponía el 4 de mayo, en tanto que colegas como Alberto José Diéguez, Natalio Kisnerman y Norberto Alayón, entre otros, proponían el 10 de diciembre, en coincidencia con el Día Universal de los Derechos Humanos, aunque no obstante estas propuestas, en el III Encuentro Nacional de Asociaciones de Asistentes Sociales, realizado en agosto de 1979 en Santiago del Estero, se ratifica el 2 de Julio como Día del Trabajador Social, quedando esta fecha Organización Miembro de FITS (Federación Internacional de Trabajo Social)
QUE si bien estos antecedentes son importantes y no se puede desconocer la historia de la profesión, ni negarla, es urgente y necesario avanzar con propuestas que avizoren los nuevos tiempos que vive el Trabajo Social como profesión en nuestro país, tiempos de consolidación de los Colegios y Asociaciones Profesionales en cada provincia argentina y también de consolidación de la FAAPSS como institución madre de nuestra profesión;
QUE este proceso de consolidación no se dio por fuera de la consolidación de la Democracia como sistema de vida en nuestro país, la que implicó un continuo y progresivo reconocimiento de derechos que, por supuesto, no estuvo exento de luchas y conflictos, como todas las conquistas sociales; QUE el fortalecimiento de nuestras instituciones profesionales se dio en este marco de fortalecimiento y consolidación de la Democracia, porque sin ella hubiera sido imposible y nuestra profesión no tendría razón de ser;
QUE estos nuevos tiempos que vive nuestra profesión nos exigen avanzar en la calidad institucional, en la pluralidad de pensamiento, en la democratización de las relaciones profesionales, en el reconocimiento de la diversidad y heterogeneidad del Trabajo Social en nuestro país, lo que sin dudas constituye un gran desafío y por eso creemos que un paso muy importante y transcendental para afianzar este rumbo es fijar una nueva fecha como Día del Trabajador/a Social en Argentina, que nos incluya a todas y todos y sea significativa para nuestra profesión;
QUE en este sentido estamos convencidos/as que la cuestión de los Derechos Humanos es, sindudas, el gran horizonte que da sentido a nuestras prácticas profesionales, sin negar que esta cuestión tiene múltiples interpretaciones;
QUE las luchas por los Derechos Humanos constituyen el símbolo de la recuperación y defensa dela Democracia en nuestro país;
QUE en estas luchas han perdido la vida muchos colegas y estudiantes de Trabajo Social, que creyeron y pelearon por un país más justo y humano;
QUE el 10 de Diciembre es el Día Universal de los Derechos Humanos y la propuesta de fijar esta fecha como Día del Trabajador/a Social en Argentina implica asumir una clara posición política e ideológica en nuestra profesión, colocando la cuestión de los Derechos Humanos como eje central de nuestro proyecto ético-político como colectivo profesional;
QUE estamos convencidos/as que la FAAPSS es el ámbito adecuado para tomar esta decisión tansignificativa para el colectivo profesional, porque representa democráticamente a todos los trabajadores sociales del país a través de los colegios y asociaciones profesionales que laintegran;
QUE el cambio de fecha en que se celebra el Día del Trabajador/a Social en Argentina es una vieja aspiración de muchos colegas desde los tiempos de la reconceptualización y ha sido objeto de debates en la FAAPSS durante varios años, como consta en las actas institucionalesrespectivas;
QUE la Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social, FAUATS, en reunión deComisión Directiva de fecha 8 de Marzo de 2012, decidió adherir a la propuesta presentada por la Comisión Directiva de FAAPSS y acompañar la modificación del Día del Trabajador/a Social enArgentina, fijándolo el 10 de Diciembre en coincidencia con el Día Universal de los Derechos Humanos;
QUE la propuesta de modificación cuenta asimismo con una gran cantidad de adhesiones de Sociales) CGP (Confederación General de Profesionales de la República Argentina) e instituciones de todo el país, que se hicieron llegar a la FAAPSS;
QUE en reunión del día de la fecha se puso el tema a consideración de los miembros de esta Junta de Gobierno, generándose un profundo debate en torno a la importancia del cambio propuesto y la elección del 10 de Diciembre como fecha más representativa de los nuevos tiempos del Trabajo Social Argentino;
QUE los miembros presentes mayoritariamente manifestaron su voluntad de no postergar másuna decisión sobre el tema, ante la importancia del mismo y los años de debate que lleva en la FAAPSS;
POR ELLO, LA JUNTA DE GOBIERNO DE LA FEDERACION ARGENTINA DE ASOCIACIONES PROFESIONALES DE SERVICIO SOCIAL (FAAPSS)
R E S U E L V E:
ARTÍCULO 1o.- FIJAR el 10 de Diciembre de cada año como Día del Trabajador/a Social en Argentina.
ARTÍCULO 2o.- REMITIR copia de la presente Resolución a la FAUATS para conocimiento de las Unidades Académicas adheridas a la misma, y a todos los Colegios, Consejos y Asociaciones Profesionales de Servicio Social, Trabajadores/as Sociales y Asistentes Sociales del país.
ARTÍCULO 3o.- REGISTRAR la presente Resolución y archivar el original por Secretaría.-