Letras hacia el silencio. Adiós a Héctor Tizón

Por Carlos Solero
Se apagó a los ochenta y cuatro años la vida de uno de los escritores más singulares de las letras hispanoamericanas, Héctor Tizón, un estilo burilado como el arma de un habitante precolombino de la puna, una prosa trabajada con el arte de un constructor de vasijas rituales.
Había nacido el 21 de junio de 1929 en Yala, población de Jujuy a la que el poeta salteño Manuel J. Castilla inmortalizó en sus versos con el retrato de sus copleras.

Las primeras notas y cuentos de Tizón fueron publicados por el diario de Salta El Intransigente.
Durante su periplo diplomático que cesó en 1962 Héctor Tizón mantuvo intercambios entre otros con escritores como Ezequiel Martínez Estrada, Augusto Monterroso, Juan Rulfo y el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Estuvo obligado al exilio por la dictadura militar instaurada en 1976, período en el vivió en Francia.
Autor de obras como: A un costado de los rieles (1960) Relatos, Fuego en Casabindo (1969) Novela, El cantar del profeta y el bandido (1972) Novela, El jactancioso y la bella (1972) Relatos, Sota de bastos, caballo de espadas (1975) Novela,El traidor venerado (1978) Relatos, La casa y el viento(España en 1982 , publicado en Argentina en 1984) Novela, Recuento (1984) (antología personal) Relatos, El viaje (1988) Novela, El hombre que llegó a un pueblo (1988) Novela breve, El gallo blanco (1992) Cuentos, Luz de las crueles provincias (1995) Novela, La mujer de Strasser (1997) Novela, Tierra de frontera (1998) Ensayo, Extraño y pálido fulgor (1999) Novela, La belleza del mundo (2004) Novela, No es posible callar (2004) Ensayos, Cuentos completos (2006), El resplandor de la hoguera (2008) Memorias
Las novelas y los cuentos de Héctor Tizón incorporan el paisaje jujeño y a sus habitantes de un modo tal que la simbiosis de estos resulta ser una marca imborrable persistirá en la memoria de quien se acerque a sus páginas de manera indeleble, la Puna habla en su conmovedora inmensidad, a través de las letras del inextingible Héctor Tizón.

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