Por Carlos Solero
El triunfo en Francia de F. Hollande, el candidato del partido socialista en las elecciones presidenciales -quien derrotó a N.Sarkozy- despierta sin duda múltiples reflexiones acerca del futuro inmediato.
Ahora bien, se imponen algunos señalamientos que son pertinentes a la hora de avizorar el margen de maniobra del nuevo mandatario.
Hollande llega al gobierno luego de ganar en segunda vuelta. Y como símbolo de mando recibirá -cuando sea entronizado y en cumplimiento del protocolo- un maletín que contiene las claves de las armas nucleares de que dispone el Estado Francés. Esto marca la impronta de lo que significa alcanzar este rango. Francia es una de las potencias mundiales miembro de la OTAN, la alianza atlántica encabezada por EE UU.
Además, luego de décadas de administraciones de talante neoliberal, como los gobiernos de Chirac y Sarkozy, más de una decena de tratados en la unión europea imponen severas reglas a las políticas económicas y sociales.
F.Hollande pertenece a un partido, el socialista francés, claramente alineado en la socialdemocracia. Y cabe recordar que fue durante los mandatos de Francois Miterrand que comenzaron a aplicarse en Francia políticas de desregulación económica y flexibilización que consolidaron al capital financiero y sus mercados.
Con los gobiernos conservadores de los últimos años se plasmaron también duras políticas respecto a los pobladores inmigrantes y también revueltas en barrios de París duramente reprimidas, evidenciando la marginación a que el capitalismo somete a franjas de población que estima supernumerarias.
Habrá que ver cuánto conserva del rojo bermellón la rosa socialdemócrata en Francia, lo cierto es que el pasado 1º de Mayo las calles de diversas ciudades del mundo se poblaron de trabajadores empleados descontentos y desempleados entonando proclamas contra los ajustes conservadores de la troika europea.
Este dato insoslayable puede marcar el devenir en los próximos años. Y no sólo en el territorio galo.
Excelente, sucede lo mismo con la asunción de Obama, muchos pensaban que por ser de color negro implementaría políticas progresistas, sin tener en cuenta a los condicionamientos preexistentes diseñadas e implementadas por gobiernos anteriores de carácter
absolutamente conservadores….En el caso de Francia, Hollande, no solo estará condicionados por dichos “protocolos”, sino que además se encuentra rodeado de gobiernos europeos de ultra derecha, con fuerte incidencia de las políticas del B.M y el F.M.I, por lo que aún teniendo voluntad política no le resultará fácil ir contra las medidas de ajuste sobre la clase trabajadora como propone la U.E. De todos modos los que tenemos algo de esperanza, esperamos ansiosos para ver resplandecer ese rojo bermellón..