Marginación y muerte de indí­genas

Otra vez, como tantas en número de miles, desde hace tanto… la muerte de un inocente nos golpea. Ocupa las primeras planas de los medios, para luego desaparecer -casi en forma inmediata- de la consideración general.
En julio pasado murió por causa de la desnutrición María Rosa Pereyra (46 años), miembro de una comunidad indígena (toba) de Pozo de la China (a casi 500 km de Resistencia, capital de la provincia de Chaco).
En 30 días fallecieron otros diez indígenas.

Para las estadísticas oficiales, en cambio, las muertes se producen por diversos motivos: neumonía, infecciones urinarias, tuberculosis, hipertensión arterial, diabetes…
El frío hace estragos en personas de escasos recursos, con diversos grados de desnutrición, situación que muchas veces se trasmite de generación en generación como un mal imposible de erradicar.
El propio Ministro de Salud chaqueño, Ricardo Mayol, señaló que “en todo el interior provincial se brindan los servicios, agentes sanitarios visitando y empadronando las familias” y consideró que “la mayoría de los casos no son por desnutrición sino por afecciones renales, cardíacas y oncológicas, derivando en desnutrición del paciente” -1-.
El Gobernador del Chaco, Roy Nikisch, admitió que hay desnutridos y que no son casos aislados, aunque señaló que, “más allá de lo que nos duele e impacta, creo que (el problema) está orientado. Hemos logrado resultados positivos y sacado muchos chicos de la desnutrición. Estamos trabajando mucho y el sistema de salud funciona muy bien en todos los rincones”. -2-

Gracias a gente como Mayol y Nikisch, mucha gente podrá dormir en paz con su conciencia.
Muchos profesionales de la salud también se quedarán tranquilos al momento de dar de alta a las miles de personas internadas en los hospitales de todo el país, permitiéndoles volver a padecer las condiciones infrahumanas que los seguirá enfermando: falta de agua potable, de redes cloacales y saneamiento, indigencia y desnutrición.

Para validar este sistema de pensamiento (casi mágico) Mayol fue más allá y afirmó que “ellos tienen su manera de comer, su manera de alimentarse y a veces no aceptan la nuestra”…
La política oficial continúa siendo la misma que impuso la conquista militar del Chaco a fines del siglo XIX, con la expulsión de los pueblos originarios. Actualmente se talan bosques y selvas en forma indiscriminada, se generaliza el cultivo de la soja con la consiguiente generalización de la desocupación, la pobreza, las enfermedades, la contaminación ambiental, etc.
Pero se sigue sosteniendo (al mejor estilo positivista) que las culturas originarias son atrasadas. Los indígenas son “cabezaduras” y no quieren recibir el don de la civilización y el progreso y su consiguiente felicidad.

María Rosa Pereyra, días antes de su muerte (foto: Telam)
Ricardo Mayol, ministro de Salud de la Provincia de Chaco.
Rosa Molina, (toba chaqueña) de 54 años y 24 kilos. Actualmente se encuentra internada. (Foto: diario La Voz del Interior, Córdoba)

REFERENCIAS
-1- y -2- Artículo Diario la Nación: http://www.lanacion.com.ar/archivo/Nota.asp?nota_id=932673
Por el Equipo de Margen

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