Por Carlos Solero
La desigual distribución de los recursos materiales: alimentarios, de vivienda, sanidad, cultura, tecnología, educación, etc., no es una cuestión de relación directa entre el aumento de población y la escasez. Esta falacia, es decir una mentira encubierta, ha sido un argumento esgrimido por los ideólogos del capitalismo desde sus orígenes.
John Malthus en Inglaterra, afirmaba que el crecimiento poblacional era la causa de la pobreza, pero claro, se ocupaba muy bien de ocultar que mientras una minoría gozaba de privilegios y despilfarraba, los verdaderos productores directos eran los que padecían la indigencia, el hacinamiento en las viviendas, la carencia de alimentos y todas las calamidades engendradas por un sistema social desigual desde sus fundamentos exaltadores de la competencia y el egoísmo.
En efecto, instituciones como la propiedad privada de los medios de producción, la concentración del capital en oligopolios y trusts que devastan los ecosistemas y cuya lógica predatoria es su matriz acumulativa, son los factores que producen miseria y pobreza desde hace más de doscientos años.
Es por eso que resulta indignante leer en un documento producido por el Fondo Monetario Internacional (F.M.I.), que los desequilibrios económicos son provocados por la prolongación de la vida de las personas. Entre las propuestas de los tecnoburócratas se plantea que debe diferirse la edad jubilatoria de los trabajadores y eliminar ayudas sociales, para no multiplicar los gastos de empresas y Estados.
Los banqueros del mundo y los capitalistas esquilman a los pueblos en todo el Planeta Tierra, someten al sufrimiento a millones de seres humanos por las alienantes condiciones laborales que nos extraen nuestras energías durante los mejores años de nuestras existencias. Ahora también pretenden ejecutar planes de exterminio selectivo de población.
La cuestión sigue siendo la misma, contando con los medios tecnológicos del presente es absurdo y perverso plantear que no es la desigual distribución el factor de empobrecimiento. Es el apoyo mutuo el instrumento que puede evitar la persistencia de catástrofes. Los recursos materiales están, es preciso que la transformación social se produzca por acción de los pueblos solidarios, antes que sea tarde. Ellos ya nos han declarado la guerra.
Excelente sintesis, acuerdo totalmente, quizas sería interesante incorporar aqui el fenómeno clientelar, incluso en todos los niveles y no solo vinculado a los sectores populares, como estructura sostenedora de un modelo de inequidad.