Montajes siniestros

Por Carlos Solero
Diversas agencias informativas del mundo fueron el canal difusor de un fraude sangriento. En efecto, mientras las cámaras mostraban simulando un tiempo real inexistente el supuesto alborozo colectivo en Libia por la toma de un cuartel de Kadaffi, el sonido de fondo delataba la maniobra. Las imágenes eran un montaje cinematográfico fraguado en Qatar, con decorado y actores incluidos. La cruel realidad era que en el otro extremo de la Plaza Verde en Trípoli se desataron combates fratricidas entre partidarios del tirano y los acólitos de sus derrocadores.

El variopinto frente que conforma el Consejo Nacional de Transición libio incluye turbios personajes de buena llegada a los banqueros occidentales que están consiguiendo de sus socios Berlusconi y Sarkozy, divisa para la coyuntura a cambio de gas y petróleo, en tanto la población civil, está ya al borde de una catástrofe sanitaria y alimentaria.

Como explica Samir Amin el objetivo de máxima de la OTAN, encabezada por EE UU, no es solo el hacerse con el petróleo, el oro y el gas del suelo y el subsuelo libio, sino establecer una cabeza de playa en el Continente Africano, cuestión no lograda en estos años a pesar del asedio militar aéreo empleado implacablemente con aviones no tripulados.

La orgía de sangre recién comienza, los mercaderes de la guerra frotan entusiastas sus sucias garras. Los banqueros y empresarios van calculando la repartija del botín y los esbirros del Imperio continúan su macabro despliegue y así como en la Primera Guerra del Golfo , camuflaron el horror tras la figura de un cormorán empetrolado, ahora quieren ocultar las muertes deliberadas con decorados hollywoodenses.

No pueden engañar a todos todo el tiempo.

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