Por María Isabel Bertolotto (*)
Con motivo de la presentación del libro Memorias del Apagón, decía allá por el 2003 que ese libro daba cuenta de una parte de la historia de nuestro país, donde quedaba plasmado el accionar conjunto y la asociación ilícita protagonizada -entre otros- por el terrorismo de estado, el poder económico y las fuerzas militares en Jujuy. El libro reconstruye lo que sucedió en Libertador Gral. San Martín, entre los años 1974 y 1983.
El poder económico en ese lugar está encarnado en la familia Blaquier-Arrieta, dueños del Ingenio Ledesma, quienes hace años se han apoderado de ese pueblo, al punto de que se llega a hablar de “Ledesma” y no de Libertador Gral. San Martín. Cómo producto de ese proceso hoy continúan desaparecidos más de 30 militantes del campo popular, otros cientos de personas fueron encarceladas y perseguidas y todo un pueblo fue violentado en su forma de vida, en sus sueños y en sus proyectos.
La Empresa Ledesma fue cómplice de la dictadura. Está probado. Está por demás, documentado. Prestó sus vehículos, sus tierras, sus galpones y su personal, para la persecución y eliminación de todo lo que, tanto la oligarquía como los militares, veían como amenaza a sus privilegios. En “La Noche del Apagón” (27 de julio del 76), los dueños de Ledesma cedieron 43 camionetas a la gendarmería para que secuestrara a los dirigentes populares. La empresa de los Blaquier-Arrieta puso sus vehículos y empleados a disposición del operativo. La Policía Federal, el Ejército y la Gendarmería Nacional, sitiaron las ciudades de General San Martín y Calilegua. En esa oscuridad, en vehículos de la propia empresa manejados por empleados de la fábrica, las fuerzas represivas secuestraron a 400 vecinos: trabajadores, estudiantes, amas de casa. Todos fueron llevados a lugares clandestinos de detención ubicados en los galpones de mantenimiento del Ingenio Ledesma. Se logró entonces, a partir de esta asociación ilícita y asesina desarticular al movimiento obrero, desarticular, desaparecer y asesinar a los militantes del campo popular.
Luis Aredez, una de las víctimas de los Blaquier en esa noche trágica, era médico de los trabajadores de Ledesma y fue Intendente de Libertador Gral. San Martín. Fue un reconocido médico de la obra social del Sindicato de Obreros del Azúcar y el Papel del Ingenio Ledesma. Allí se encontró con las secuelas de la explotación en los más indefensos: los niños, que eran atacados en verano por feroces diarreas. Después del año de trabajo fue despedido por proporcionarles a sus pacientes «demasiados» medicamentos y eso era visto como un gran gasto para la empresa. En su gestión como Intendente, logró por primera vez en la historia, que los Blaquier pagaran impuestos por las grandes ganancias que obtenían de sus empresas. Luis fue secuestrado dos veces y desde el segundo secuestro nunca apareció.
Olga Marquez, esposa de Luis, miembro de Madres de Plaza de Mayo, siguió su lucha, reclamando por los desaparecidos, por la verdad y para que se haga justicia. Con su pañuelo blanco marchaba sola en la plaza del pueblo y hasta sus últimos días siguió denunciando a estos envenenadores y la explotación de la empresa. Olga murió víctima de un cáncer producido por la falta de tratamiento adecuado de las cientos de toneladas de bagazo que genera el ingenio de los Blaquier-Arrieta.
Hace mucho que la Empresa Ledesma mata y envenena. El pueblo llegó a tener un 93% de niños con principios de asma por los gases tóxicos que tira el bagazo, matan porque usan el río para su provecho económico ya que derivan el Río San Lorenzo para canales de riego privados. En el pueblo hay un olor raro, difícil de describir: por momentos medio dulzón, por momentos hay unas ráfagas de olor como a podrido, por momentos un olor ácido. Es producto de la falta de tratamiento de los residuos que acumula el ingenio y que intoxica y envenena al pueblo. A esta hora, en Gral. San Martín miles de personas respiran ese aire, y cientos de ellos seguramente van a ser víctimas de ese envenenamiento, cientos van a morir -tal vez sin nunca saberlo- de problemas pulmonares producidos por la bagazosis.
Una apretada síntesis de quienes vuelven a protagonizar violencia contra el pueblo de Libertador General San Martín. La ambición y codicia de los Blaquier-Arrieta no cesa, el jueves 28 de julio a las 6 de la mañana, otra vez con la complicidad de la oscuridad, otra vez haciendo uso de su poder se cobraron la vida de cuatro personas y dejaron varias decenas de heridos.
En aquella presentación del libro Memorias del Apagón ya señalábamos que en su voracidad, se apropiaron de 150.000 hectáreas de las cuales explotan 40.000. Convirtieron el pueblo en un gran cañaveral y ellos son los únicos dueños. Mataron por 15 hectáreas donde 700 familias querían alcanzar una vivienda digna. Mataron porque esas familias se animaron a armar sus casas en el 0,0001% de las tierras que la familia Blaquier-Arrieta se apropió hace años.
La Empresa Ledesma mata, sigue matando, con sus camionetas, con sus gases tóxicos, con sus guardias, con balas, con su inmenso poder. Mata a quienes luchan por sus derechos; ayer a Luis, años después a Olga, hoy a quienes querían un lugar donde vivir. 700 familias que, al igual que Luis y Olga Aredez y los 30 militantes desaparecidos, siguen luchando por sus derechos, en este caso el derecho a la tierra y esto, los dueños del poder no lo aceptan. Los años pasan la violencia sigue.
En un artículo sobre los Blaquier-Arrieta y su escalada de violencia y muerte se decía que “todavía hoy cada gramo de azúcar está abonado por la sangre de miles de trabajadores y sus familias y por la salud de todo un pueblo”.
Puede parecer simbólico, puede parecer nada al lado de poderes como los que ostentan los Blaquier, pero al mismo tiempo de repudiar esta nueva escalada de violencia generada por la Empresa Ledesma , al mismo tiempo de exigir el esclarecimiento de lo ocurrido, el castigo de todos los culpables y la expropiación de esas 15 hectáreas más todas las tierras que necesita el pueblo, hagamos circular por todas las redes posible la no compra de los productos manchados con sangre que producen los Blaquier.
Ni un paso atrás… NUNCA MÁS!!
(*) Difundido por la Agrupación Lucía Cullen, Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Argentina.