Luchas de ayer a hoy

Por Carlos Solero
Uno hilo conductor une las luchas sociales que se dan a lo largo de la historia contemporánea, lo invariante es la vocación emancipadora y libertaria de los pueblos más allá de las manipulaciones demagógicas de los detentadores de los micro y macropoderes.
Entre los hechos suscitados en Chicago en 1886 y que son referencia ineludible cuando se evoca el 1º de Mayo Día Internacional de los Trabajadores, jornada de protesta universal y las diversas revueltas que en el presente se desarrollan en lugares distantes como Londres, Madrid, París, Grecia, Túnez, Siria, Yemen, Barhein o Wisconsin, hay una línea de continuidad.

En efecto, en todos estos acontecimientos se enfrentan concepciones acerca de la vida y la sociedad completamente contrapuestas.

De parte de las masas que pueblan las calles existe una clara decisión de abolir el sometimiento que imponen las estructuras de dominación del capitalismo, de parte de las elites dominantes, más allá de su circunstancial ropaje político o religioso, lo concreto es su vocación de perpetuar la expoliación de la fuerza de trabajo.

Los trabajadores resistieron desde el siglo XIX de modos diversos las imposiciones del sistema de producción industrial, crearon sociedades de resistencia. Fundaron en 1864 la Asociación Internacional de Trabajadores AIT y se propusieron que su emancipación sólo podrían lograrla ellos mismos, organizados solidaria y autogestivamente.

Las conquistas logradas, como la reducción de la jornada laboral a ocho horas, fue producto de su lucha.

Las mutaciones del capitalismo en las últimas tres décadas han aniquilado muchas conquistas y derechos de la clase laboriosa. Muchas de las transformaciones tecnológicas de los últimos años se apropiaron de los saberes obreros e impusieron el retorno de largas jornadas con precarización del empleo, flexibilización y multifunción laboral.

Los obreros anarquistas de Chicago lanzaron en 1886 un llamamiento a todas y todos sus hermanos de clase: luchar por la dignidad humana, la libertad integral, el socialismo, la abolición del trabajo asalariado, la paz entre los pueblos.

Estos objetivos están muy lejos de haberse alcanzado. Por eso las luchas de ayer a hoy no cesan y se multiplican en todo el Planeta Tierra.

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