La historia de un joven, entre tantas otras…

Miguel tiene 32 años, es jefe de familia y padre de dos niños, uno de ellos en edad escolar y el otro con pocos meses de vida.
Vive en un barrio de la Ciudad de Avellaneda -Primer cordón del Conurbano Bonaerense- lugar donde se crío, estudio, y conoció a su actual mujer. Miguel trabajaba hasta hace seis meses en una empresa realizando tareas de operario, desempeñando su labor de forma óptima según comentarios de sus compañeros y su empleador, en el período de los tres meses que realizó este trabajo.
¿Por qué Miguel paso a formar parte del porcentaje de desocupados de nuestro país? 
No fue una reducción de personal, ni mal desempeño, tampoco fue por falta de producción de la compañía. Un día como todos Miguel se presentó a su trabajo y le informaron que tenía negado el ingreso, ya que había sido despedido. Sin entender las causas, y con una sensación de vacío y falta de claridad, sumada a la preocupación de volver a su hogar e informar esto a su familia, tomó coraje para preguntar a la persona que lo había contratado hace tres meses ¿Por qué?

La respuesta lo colmo de bronca e impotencia: “averiguamos su historia y no queremos trabajando en nuestra empresa a nadie con antecedentes penales”, dijo su jefe. Sin saber muy bien donde ir, angustiado por la noticia se dirigió al espacio de trabajo que lo motivo a la búsqueda de un empleo: El Club, espacio donde periódicamente se reúne un grupo de jóvenes con historias parecidas, que buscan la inclusión, acompañados por profesionales dependientes de una política pública de prevención del delito. Dando las gracias al equipo y a sus compañeros, Miguel expresó su pronta decisión de no querer intentarlo más, de bajar los brazos por volver a sentir que la sociedad lo dejaba fuera, la sensación de no poder elegir. En sus palabras se vislumbraba un razonamiento de un futuro predefinido, predestinado, un futuro del cual no era dueño.

En su proceso se visualizan los esfuerzos en la reconstrucción de su proyecto de vida, en la motivación de buscar un empleo, en el armado de su Curriculum Vitae, en las expectativas de cada puesto disponible publicado en el diario. También del momento en el que se contento con la respuesta positiva e ilusoria de este empleo de operario, en el que fue seleccionado entre otros jóvenes que se habían postulado, y posteriormente halagado por su buen desempeño. Pero, ¿Qué fue evaluado? ¿Su pasado ó su presente?

Al igual que otros profesionales y operadores que trabajan con jóvenes en conflicto con la ley penal ó con antecedentes penales y residentes en barrios vulnerables, fui testigo de varias historias, con elementos comunes a la de Miguel. Historias de discriminación que se repiten, por el lugar de residencia, por la vestimenta, los tatuajes que formaron parte de su pasado y que condicionan su presente.

Hay condiciones materiales, históricas, institucionales que disponen: la moda de pibe chorro, la pobreza, la falta de reglas y normas incorporadas en socialización primaria y en algunos casos la socialización delictiva, como la llaman algunos autores. No podemos negar que las condiciones socioculturales, predisponen a un sector a ciertas prácticas, como por ejemplo las delictivas; pero no las determina.

Deberá estudiarse la relación entre las condiciones individuales y las sociales. Los contextos y las posibilidades. La inclusión y la discriminación, antes de hacer un análisis y/ o emitir opinión sobre las personas que han cometido algún delito.

Pasada una semana de esta visita de Miguel al espacio grupal, lo encontramos en la puerta de la salita de salud del barrio con su hija en brazos, donde nos contó que estaba trabajando nuevamente con la vieja banda en la que nosotros lo conocimos. Que había conseguido otra vez su herramienta de trabajo, pero que estaba mas rescatado y que no usaba la violencia como antes, porque “algo había aprendido en el grupo”.

El delito como trasgresión-normativa esta condicionado socio-culturalmente. No hay factores rígidos que predisponen a los individuos a delinquir, en cada individuo los factores actúan en su subjetividad, como actuó en la de Miguel. Ahora me pregunto, ¿Qué evaluó con su decisión? ¿Su pasado, su presente o su futuro?

Lorena C. Ramundo – Lic. Trabajo Social
Colaboradora del Plan Nacional de Prevención del Delito
Programa Comunidades Vulnerables
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

Sin categoría

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *