El potencial terapéutico de la planta de cannabis y sus derivados es parte de la historia de la humanidad. A finales del siglo XIX se utilizaban extractos crudos y tinturas de flores, hojas y raíces de cannabis para diversas afecciones de salud. Por la falta de normalización de estas preparaciones, el aumento del interés en analgésicos sintéticos por parte de los laboratorios y la población y la prohibición mundial del cannabis a mediados del siglo XX se paralizó la investigación y el desarrollo de aplicaciones terapéuticas del cannabis. Sin embargo, en los últimos años, la utilización del cannabis con fines terapéuticos fue reconquistando la legitimidad social, emergiendo y expandiéndose potencialmente, tanto en nuestro país como en el mundo; impactando de distinta manera, en diversos ámbitos: comunitario, territorial, institucional y productivo.
En algunos países (como el caso de Argentina), la utilización del cannabis terapéutico se está constituyendo como un nuevo campo de estudio e intervención para el Trabajo Social y las ciencias en general, donde toma relevancia la demanda de las organizaciones sociales que pusieron en la agenda pública este debate al tiempo que discuten el paradigma del prohibicionismo como las prácticas médicas en pos de reivindicar su derecho a la salud y a la autodeterminación. Es novedoso cómo las personas usuarias y sus familias en búsqueda de mejorar su calidad de vida recurren al cultivo de una planta y ponen en discusión cuestiones arraigadas por décadas.
Este curso propone reflexionar sobre los debates y tensiones de las demandas que expresan estos colectivos, analizar las concepciones de salud – enfermedad y atención hegemónicas como las colectivas, los aspectos socio-histórico-políticos y juridicos y las intervenciones profesionales, entendiendo que se trata de un ámbito de actuación incipiente para el Trabajo Social y un emergente de la cuestión social actual.