A que llamamos violencia

Por José Luis Parra
Un diálogo se ha repetido en estos días en numerosos ámbitos. Un joven escolar afirmó hoy: “la cuestión de la seguridad está cada día peor”. Consultado acerca de cómo había llegado a esa idea, señaló que así lo comentaban en su hogar.
Las noticias argentinas de los periódicos de estas últimas semanas confirmarían esta sentencia:

  • Caso Viera: condenan a perpetua a una mujer policía y absuelven a otros 4 agentes
    Todos estaban acusados de torturar y matar a Andrea Viera, de 25 años, quien había sido detenida junto a su pareja en la comisaría 1ª de Florencia Varela, en mayo de 2002. Los agentes los confundieron con asaltantes a los que estaban buscando. Allí, según denunciaron, fueron golpeados y, a los 12 días, la joven murió. La fiscalía había solicitado prisión perpetua para todos los imputados.
    10 de julio
  • Pánico en Belgrano: ocurrió ayer a plena luz del día. Tiroteó a siete personas y una murió
    Un presunto insano sacó un arma de entre sus ropas y disparó a quienes caminaban por la avenida Cabildo al 1700. Murió un joven de 18 años.
    7 de julio.
  • Asesinan a un policía cuando intentó frustrar un asalto
    En el barrio de Retiro, durante el robo a un banco, el agente forcejeó con un ladrón, pero otro le disparó.
    5 de julio
  • Se registra un aumento de raptos
    “La provincia está bajo secuestro”. Eso dijo -o admitió- ayer el gobernador bonaerense, Felipe Solá, cuando se refirió al rapto del vendedor de autos de Ituzaingó Luis Orsomarso.
    28 de junio
  • Creció 11% el robo de autos en la Capital
    Advierten que faltan controles. Por el aumento de la inseguridad, la falta de controles policiales y el avance de los desarmaderos, los robos de automóviles en la ciudad de Buenos Aires se incrementaron 11 por ciento entre enero y mayo de 2006 respecto del mismo período del año pasado. Asimismo, en todo el país aumentaron 3% los robos de vehículos cometidos a mano armada.
    28 de junio
  • La inseguridad en la provincia
    Dos menores son detenidos cada hora en Buenos Aires. En muchos casos son reincidentes; lo atribuyen a la desintegración social .
    26 de junio.
  • Reforma del Código Penal
    Es evidente que el Código Penal está desactualizado y que los centenares de modificaciones introducidas sólo han contribuido a su desorganización, desarticulación y pérdida de coherencia en muchos aspectos. Frente a ello, es necesaria una reforma integral que lo ordene, modernice, y avance sobre cuestiones centrales respecto del delito, como es la reducción del límite de edad por el cual los menores que participan en hechos criminales puedan ser juzgados como mayores de edad. La participación cada día mayor de jóvenes como autores de hechos aberrantes por los cuales no pueden ser responsabilizados penalmente deja en la sociedad una fuerte sensación de desconfianza en las herramientas con las que se cuenta para poner freno al accionar criminal.
    Editorial del diario La Nación, 25 de junio.


Sin embargo, las páginas de los periódicos han cubierto históricamente hechos de delitos y violencia.
Podemos tomar dos ejemplos en sendas ediciones de diarios de Buenos Aires de otra época:

  1. Diario del Plata. Buenos Aires, 7 de junio de 1926:
    • Con un cortaplumas le infirió 20 tajos.
    • No supo recibir las briomas y lo mató por la espalda. Un sereno dio muerte a otro.
    • Huía de la persecución policial y lo embistió un tren.
    • Herido en el rostro de un botellazo.
    • Un agente sufrió una luxación al pretender detener a un sujeto.
  2. Diario Crítica, 24 de enero de 1956
    • Ladrones en Témperley: hasta en 2 hospitales.
    • Tras una discusión hiere de dos tiros a una menor.
    • Denuncian hurtos por $ 120.000
    • Hiere a su rival de una puñalada.
    • Estafaba con boletos de carreras sin valor


Como vemos, los medios de comunicación publicaban y publican hoy situaciones de violencia y delito. Pero, ¿qué consideramos como violencia e inseguridad?
Podemos profundizar esta cuestión a partir de lo ocurrido el día 6 de julio en Buenos Aires.

Los medios de comunicación cubrían desde las primeras horas de la mañana la terrible noticia:

Un bebe de cinco meses que presentaba un severo cuadro de bronquiolitis falleció en el hospital Domingo Mercante de José C. Paz luego de permanecer doce horas en una camilla entubado esperando la derivación a otro nosocomio que tuviera una terapia intensiva pediátrica. (Ampliar la información digitando este enlace »)
Los periodistas hurgaban en la información, hacían enlaces, consultaban a funcionarios y especialistas.
El tema se disparó: funcionarios de Salud de la provincia de Buenos Aires confirmaron que se trataba de una epidemia de bronquiolitis; que afectaba a los hogares más pobres; que habían aumentado los casos en relación a años anteriores; que los hospitales estaban saturados. Se supo que la provincia tenía congelados 500 nombramientos de profesionales para reforzar el sistema de salud; que en muchas provincias se vivían situaciones similares, como en San Juan, donde a los niños pacientes de esa enfermedad no se le da el alta una vez curados, para evitar que vuelvan a la casa y recaigan, ya que en la casa hay pobreza, hacinamiento, falta de higiene, desnutrición.
La cobertura informativa duró unas horas. Otro hecho conmocionaría los medios informativos, tanto como para dejar de hablar de la epidemia, de la muerte del niño, de la pobreza:

Pánico en Belgrano. Tiroteó a siete personas y una murió
Un presunto insano sacó un arma de entre sus ropas y disparó a quienes caminaban por la avenida Cabildo al 1700. Murió Alfredo Marcenac, un joven de 18 años.

Esta muerte eclipsó el cuadro de indefenión en el que viven millones de niños. Otra muerte absurda de un niño pasó al olvido.
Tal fue la diferencia en el tratamiento informativo, que los medios de comunicación nunca publicaron el nombre del niño de 5 meses fallecido por bronquiolitis en José C. Paz.

Algunos datos sobre pobreza y mortalidad infantil

  • El 54,6% de los menores de 14 años es pobre (Fuente: Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia de Argentina)
  • Tasa de mortalidad Infantil x 1000. Año 2004: Media Nacional: 14,4. Provincia de Formosa: 25 por mil. (Fuente: Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación)
  • La población de la provincia de Buenos Aires registró en 1998 un volumen anual de nacimientos del orden de los 245.000 y una tasa de mortalidad infantil de 18,4 por mil nacidos vivos (1998). Eso es: 4.508 niños muertos en un año.
    En 1995 el mismo indicador fue de 20,3 mientras Argentina en ese momento registraba una tasa de 22,2 por mil.
    Fuente (OPS Argentina)
  • Con 16 niños muertos por cada mil nacidos vivos, la mortalidad infantil en la Argentina duplica a la de Chile y es cinco veces mayor que la de España (Fuente: Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia de Argentina)
  • Hay provincias argentinas donde el 20% de los recién nacidos ya sufren de desnutrición. Provienen de hogares de desempleados o de subocupados que hace varios años que no tienen acceso a los alimentos básicos, ni a la atención de su salud, ni a condiciones mínimas de dignidad. La desnutrición infantil y la trágica muerte de niños por hambre, que ahora cobra los titulares y los reportajes de los principales medios, no son más que la punta del iceberg de una situación social que explota. Los niños desnutridos son hijos de madres mal alimentadas y fruto de un sistema económico que provocó un alza brutal del desempleo – el 22% de la población económicamente activa – el cierre del fábricas y centros de producción agrícola, y la concentración de la tierra cultivable y de los medios de producción en pocas manos. (Fuente: “Alai-amlatina” Agencia Latinoamericana de Informacion, http://alainet.org)


Algunos datos sobre violencia

  • El número de muertes en cárceles bonaerenses se duplicó y el de muertes violentas se triplicó bajo la actual administración provincial.
    …en las cárceles y comisarías de la provincia, donde más de 30.000 personas sobreviven en condiciones degradantes que luego revierten sobre el conjunto de la sociedad.
    La cantidad de muertes en las cárceles bonaerenses resulta alarmante y puede considerarse el resultado de una verdadera política de exterminio. Considerando los meses de enero y febrero de 2005 (todo según informe del Ministerio de Justicia) ha muerto un interno día por medio por causas traumáticas. Han sido 29 muertes en 59 días correspondientes a los meses mencionados (17 muertes por herida de arma blanca, 9 por asfixia y quemadura, 3 por ahorcamiento). A su vez, enero y febrero tienen 8 semanas y media. En ese período murieron 9 internos por SIDA/HIV positivo, es decir un muerto por semana por esta causa. Y luego están las muertes denominadas ‘naturales’, PCRNT, según terminología oficial (paro cardiorrespiratorio no traumático). Fueron 11 en 8 semanas y media. O sea más de un muerto por semana.” Para Felipe Solo “no me molesta que se diga que esto ocurre en algún caso, pero me parece terrible que se piense que es sistemático y que constituye un plan de exterminio, eso es una locura”. La verdadera locura es que el gobernador minimice la gravedad de estos datos y los reduzca con frivolidad a “algún caso”.
    Fuente: Horacio Verbitsky. Diario Página/12. Argentina, abril del 2005.
  • En la ciudad de Bunos Aires se produjeron 301 homicidios en el año 2002 y 346 en el año 2001. (Fuente: OPS Argentina)

Conclusión
En nuestro país cobran más víctimas la pobreza y la desnutrición que los homicidios. Mientras se definen como muertes violentas especialmente a los accidentes, homicidios y suicidios; las muertes de miles de niños inocentes se registran sin ahondar en las causas. Así, mueren niños por hepatitis, por bronquiolitis, por otras afecciones, pero nunca se registran como muertes desencadenadas por “Pobreza”.
Las personas se acostumbran a convivir con esos datos de la realidad. Los medios de comunicación colaboran en la formación de una ciudadanía carente de derechos, temerosa de usar los espacios públicos, aislada, proclive a aceptar el endurecimiento de las penas a delitos que señalan más la degradación social impuesta por los sistemas de poder que por la degeneración humana.
Miles de argentinos son inducidos a temer hechos violentos en las calles o en sus propias casas. Y ven en el “otro” a un potencial enemigo.

Mientras tanto, la inseguridad y sus verdaderas causas se fortalecen en la pobreza, la desnutrición, la falta de horizontes y proyectos para jóvenes, la falta de empleo productivo, la falta de controles sanitarios, la escasa inversión en salud y educación, la contaminación creciente del agua, la prevención de enfermedades y accidentes, la entrega fraudulenta de tierras fiscales, el endeudamiento externo, la marginación de los pueblos originarios, la impunidad de los delitos económicos, el injusto reparto de las riquezas que produce el país…

Cada vez se hace más evidente que debemos armar una nueva representación de nuestra realidad. Para ello deberemos poner en tela de juicio todas las noticias, los comentarios, las cifras estadísticas, los análisis y opiniones. Y buscar otros enfoques, escuchar otras voces, acercarnos a nuestros vecinos, romper el aislamiento.

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