Saludo Día TS

“Encuentra la semilla en el fondo de tu corazón y recogerás una flor”.
Shigenori Kamekoa

Este trabajo está dedicado a todos los trabajadores sociales, en forma especial, a los colegas de Argentina, en el 15 Aniversario de la Ley de Libre Ejercicio Profesional.

Enfocando en el Profesional
Que queremos trasmitirle a alguien que comienza con el oficio de ser trabajador social ?

Ante todo tenemos que escucharlo. Conocer sus inquietudes, sus necesidades, sus sueños, sus objetivos, respecto a su inicio profesional. Al tomar contacto con ello veríamos que cosas parecidas o no a nuestro inicio. Algunas pueden tener puntos de coincidencia, otras ser diferentes. Todos los inicios no son idénticos aunque puedan parecerse.
Desde mi experiencia, en los primeros tiempos del desempeño de mi profesión, desconocía una serie de necesidades profesionales, que luego me fueron surgiendo y hoy las pienso como vitales.

Describiré alguno de mis descubrimientos. Hoy es de suma importancia en mi presente profesional:

• Trabajar en equipo con otros profesionales, desde la transdisciplina, que nos permita pensar estrategias de abordaje en forma conjunta.
• Pertenecer a un grupo de pares. Contar con un espacio de reflexión profesional.
• Integrarme en un buen sitio de Supervisión.
• Capacitarme continuamente.
• Estar muy alerta y cuidar de mi propio cuerpo.
• Pedir ayuda cuando lo necesito.
• Disfrutar de mis logros profesionales y Aceptar mis limitaciones y
• Participar de actividades creativas.
• Conocerme, para descubrir mis fortalezas y mis debilidades como profesional, cada día un poco más.

Aquí he enumerado algunas de las necesidades profesionales . Y que hay de la necesidad que tenemos los trabajadores sociales de acompañar a otros en sus propios procesos. El que se acerca a consultarnos viene con una necesidad, una carencia, y es muy probable que nosotros a partir de nuestra necesidad de reparar las propias necesidades y carencias, elegimos participar junto a él de su proceso.
Para hacerlo requerimos de tener una escucha atenta, compasiva, sentir con el otro, sin perder el contacto con nosotros mismos, para ver como nos resuena, lo que le sucede al otro, en cada momento del encuentro.
2) Qué seres somos los trabajadores sociales ?
De mi experiencia personal y del trabajo que realizo con colegas puedo decir que somos seres sensibles, amantes de la justicia y del desarrollo humano, apasionados por lo social, inquietos, que nos gustan los desafíos. Sabemos que nuestra tarea no es sencilla, que tenemos que luchar permanentemente con muchos obstáculos, y muchas veces en forma solitaria.
Todo nuestro trabajo ronda alrededor de las carencias, de las necesidades, de los recursos de las personas, del bienestar de las familias, de los conflictos de la sociedad, en general.

3) Qué creencias nos llevan a elegir esta profesión?
Una de las creencias fundamentales radica en el hecho de confiar en el valor y potencial que tiene todo ser humano, con la convicción de que como tal merece vivir con dignidad y plenitud.
Entendiendo que tiene derecho a desarrollarse y a realizarse, aunque ello le implique en forma constante sortear obstáculos y bloqueos.
Otra de las creencias se refiere al convencimiento que “sólo no sé puede”, que el ser humano junto con otros logra potenciarse, sostenerse, afirmarse. Considero que en variadas ocasiones, cuando una persona logra superar los obstáculos que se le presentan, por ejemplo en el área laboral, eso lo fortalece y potencia.

4) Qué cosas están a nuestro alcance hacer como profesionales ?
Muchas veces el acompañar a la persona en su proceso de desarrollo, implica aceptar las limitaciones de nuestra sociedad y entender la falta de recursos que existen, lo que requiere de muchos renunciamientos. “Aceptar las frustraciones, y festejar los logros profesionales” es nuestro desafío constante. A un trabajador Social le es difícil confesar que no lo logra, quiere que el que se acerca a él con una necesidad, la satisfaga, la cubra y a veces esto no es posible.
Se necesita mucha fe en el desarrollo humano, en la vida, en la providencia, una gran cuota de esperanza, dejar de lado la omnipotencia, ser realista, ver en la “crisis una oportunidad”, en fin bajar las expectativas ”todopoderosas”, para hacer lo que está a nuestro alcance, de seguro, de todo lo que nos propongamos “algo es posible”.
Otras veces cuando se coloca el acento sólo en los resultados, esto nos impide ver el proceso que realiza una persona.
Algo parecido nos sucede cuando por estar centrados en el destino de un viaje que realizamos, nos privamos de tomar contacto a lo largo del camino con lo que vamos descubriendo en todo su recorrido.
Si sólo pensamos en lo que sucederá cuando lleguemos al destino, nos perdemos de disfrutar muchas veces de los colores y los olores de un hermoso bosque por el que cruzamos, o de la posibilidad de descubrir nuestra habilidad para sortear una piedra, cuando vamos rumbo a la cima de un monte.

5) Con qué recursos contamos? Cual es la red de recursos?
Para poder realizar el proceso de acompañar al otro, necesitamos conocer nuestros recursos personales, como profesionales. Luego saber cuales son los recursos con que cuenta la persona, los propios, los de su familia, y tener en cuenta las redes que ofrece la comunidad en su conjunto.
Durante el proceso es necesario facilitarle al entrevistado la posibilidad de que se contacte con su potencial, con sus valores, me refiero a sus soportes internos, para que pueda a partir de ello reconocer sus necesidades y la manera o no de satisfacerlas. De éste modo puede recurrir a otros si los necesita, conectarse de esta manera con los soportes externos, ya sea sus familiares, sus amigos, los otros profesionales que lo asisten, etc.
En la relación que establece el trabajador social con la persona que lo consulta se establece una interacción dinámica que requiere de respeto y confianza mutua.
En reiteradas ocasiones en los grupos y supervisiones que he venido coordinando, una consulta de los participantes surge en forma constante: la misma se refiere a cierta dificultad por la que atraviesan los trabajadores sociales cuando no logran hacerles tomar conciencia a sus clientes de los recursos y valores propios.
Después de varios años de estudiar e investigar en el tema de la autovaloración, he descubierto que para poder realizar este trabajo con eficacia es necesario comenzar primero por ocuparse de la autoestima del propio profesional.
Este proceso me decidió a proponerle a los trabajadores sociales, su participación en grupos y talleres de Autoestima Profesional.
Estos espacios de reflexión y vivencia, que he venido realizando en distintas Instituciones públicas y privadas, tienen como objetivo que los participantes a partir de sus propios “darse cuenta”, puedan profundizar en el conocimiento de cómo incide su auto- valoración en su desempeño laboral.

Hay dos aspectos de nuestra vida que se ven en especial afectados por nuestra autoestima: ellos son el amor y el trabajo.
La autoconfianza, la seguridad y el valor personal se expresan con frecuencia en estas dos áreas. Definir la autoestima implica mencionar dos de sus componentes, los mismos aluden a:

1. “la competencia personal es decir el sentir confianza frente a los desafíos que nos presenta la vida”.
2. “la consideración por uno mismo que implica el sentirse merecedor de la felicidad”.

La competencia personal radica en confiar en la capacidad para aprender, para elegir, para tomar decisiones. La consideración por uno mismo tiene que ver con confirmar el valor que se tiene por ser persona, el derecho a ser feliz, el poder descubrir las necesidades, aceptar las limitaciones, y disfrutar los logros. Resaltando la importancia de “aceptarse como se es”, ya que esto hace posible el cambio posterior.

La autoestima es una necesidad básica de todo ser humano, que favorece su pleno desarrollo, desenvolvimiento y progreso.

En relación a su intervención profesional es valioso y fortalecedor que el trabajador social pueda reflexionar acerca de su labor cotidiana, pueda solicitar asesoramiento, si lo necesita, y participe de espacios de supervisión, o de grupos de cuidado profesional en forma contínua.

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